¡Hey! Muchas de ustedes quieren el protagonismo de Nicole. Pero...¿se han preguntado quien es Nicole? O...¿si existe? ¡Abrazos y disfruten!
Aaron.
Mi padre estaba empacando para irse, pensaba que era momento justo para marcharse de casa de Alicia y tenía otros asuntos que resolver. Su propósito cuando llegó fue arreglar nuestra relación de padre a hijo, eliminar cada mentira o cuento que yo creí durante años. Adoré aquel hecho, por fin dio la cara como un verdadero padre y vino hacía mí después de tanto tiempo esperándolo con ansías.
Observé cuando se colocó en la puerta, suspiró al verme y prosiguió a sonreír. Mi abuela estaba en el sillón con algunas lágrimas sus mejillas maquilladas, estaba triste de que se fuera y por dentro estaba seguro que lo quería, que al igual como yo adorabamos que viniera a por mí.
- Prometo volver - dijo cuando me acerqué. Si que nos parecíamos, yo era su copia pero más joven - También tendré pendiente llamarte. Y venir a buscarte, así conoces a tu otra familia, Aaron - me sonrió, dejó caer su brazo en mis hombros, apretó uno - Alicia me dijo que todas las noches vas a ver a una chica, eh. Espero que me la presentes cuando vuelva. Me enorgulleces, hijo.
Sonreí vergonzoso. Y la imaginé nuevamente.
- Es muy hermosa, papá. La quiero demasiado - dije sin quitar mi sonrisa - Me alegra que todo se haya aclarado. También espero ver a tu esposa e hija. - apreté su hombro - Mi otra famila - agregué. Echó otro suspiro.
- Es hora de irme, Aaron. No me olvides y portate bien, hijo.
- ¿No es un poco tarde para eso? - bromeé, los tres reímos.
- No lo creo. No serás grande para mí, nunca - llevó sus malestas, el taxista se encargó de entrarlas, dió una vuelta para sonreírme - Que la chica sea la indicada, es una afortunada en tenerte como novio. Hasta luego, Aaron - hice un simple asentimiento, le di un pequeño gesto de cariño.
El impulso de ir tras él y abrazarlo me dominó, lo hice tan fuerte, sin tener intenciones de despegarme, de dejarlo ir otra vez. Mis fosas nasales se hundieron de su perfume.
- Hasta luego, papá - solté en un sollozo, las lágrimas bajaban en abundancia. Lo sostuve más fuerte.
- Te quiero, hijo. Mucho - me apretó contra él, su voz se oyó aguda.
- Yo también, padre. No he dejado de hacerlo - pasé por muchas cosas la verdad, su ausencia me afectó pero aún así lo quería. Era mi padre, odiarlo no podía.
Y, está vez, lo vi irse de la manera mas hermosa; sin la estúpida mentira de ir por cigarros. Se fue honestamente, dejando buenos recuerdos y promesas que muy pronto cumpliría.
Hasta luego, Arthur.
*
La oscuridad y el sonido de pocos vehículos me acompañaban mientras iba de camino donde mi chica, quedaba poco por llegar, la necesidad de verla me consumían.
La felicidad ocupó todo mi ser, tenía un día sin verla, las ansías me ponían inquietante.Al estar en frente de su casa, acomodé mis únicos lentes, aquellos que me los había regalado mi chica, quien ponía una inquietud y necesidad en mí, aquella chica que tanto quería; Megan. Entré a su hogar por una ventana, hubiera querido observarla por el árbol, sin embargo, hace una semana lo cortaron y solamente tres personas sabíamos la razón.
Estando frente a su habitación, mi mente se inundó de la imágenes borrosas que tuve con Nicole, la chica con la que me entregué hace semanas e hizo que Megan quedará en el olvido esa noche. Concluí que fue otro producto de mi imaginación, nadie sabía de ella y en ningún lugar la volví a ver, al otro día de esa noche dejó de importarme. Además, aparecí en casa de Megan y no de la tal Nicole dando a entender que mi conclusión es cierta; imaginé aquello.
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La Obsesión Del Nerd
Aléatoire- Yo...- duré segundos pronunciando la 'o'. Suspiré. - Siento cosas por ti, Meg. Y no son pocas - giró su cabeza para no verme, suspiré y bajé mi mirada. - Aarón, no puedes, no debes sentir cosas por mí... - Ya es tarde, Meg. Ya lo hago y desde que...