Megan
Me volteó otra vez, es insoportable, ya no lo aguantó.
-Por favor, Meg, perdoname - repite. Lo ignoró.
No sé como diablos entró a mi casa, sin mi permiso. Estoy harta de él, sus malditas disculpas.
Estamos en mi habitación, él está arrodillado frente a mí, tiene ojeras, no sé ve nada bien.
-Te e comprado chocolates, un enorme oso, flores, rosas, boletas para el concierto de Paulo Londra...¿y aún así no me perdonas? -dice Oliver.
-No mereces mi perdón. -digo, triste. -¿Para qué?¿para que la zorra de Darla te chupe tu sucia polla?
-No...-agacha la cabeza -Quiero estar bien contigo, qué lo qué estamos tratando de comenzar no se quede en el olvido. Me equivoque, lo admito, nunca debió pasar, fui un maldito imbécil qué no pensó en ti, en lo que podía provocar... Perdoname, Megan...por favor - suplica, triste.
-No te voy a perdonar, ve con la perra de Darla, follense, casense y sean felices...- lágrimas resbalan por mis mejillas al recordarlo. Todo es su culpa, de como yo me siento, de cómo le grite a Aaron y lo insulté. No debí hacerlo pero no estaba nada bien después de lo qué vi.
(Flashback)
Estaba preocupada, trotaba por las aceras, tenía qué ir, no quería que se enojara más conmigo por estar todo este tiempo en el hospital con Aaron.
Su llamada no me gustó, se oía acelerado, enojado.
Observo su casa, el cielo está nublado, mayormente oscuro.
Con la llave qué me dio Michi abro la puerta trasera, no hay señal de alguien por aquí, la luces están apagadas, caminó sin hacer ruido, una luz de arriba llama mi atención.
Colocó un pie en el primer escalón, mi corazón empieza a latir fuerte, mi pecho se aprieta, es cómo un mal presentimiento, mi cabeza empieza a doler.
Subo los escalones, no e dejado se sentir ese mal presentimiento, cada pasó qué doy es más fuerte.
-Oh...sí... -un gemido proveniente del baño me asusta.
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La Obsesión Del Nerd
De Todo- Yo...- duré segundos pronunciando la 'o'. Suspiré. - Siento cosas por ti, Meg. Y no son pocas - giró su cabeza para no verme, suspiré y bajé mi mirada. - Aarón, no puedes, no debes sentir cosas por mí... - Ya es tarde, Meg. Ya lo hago y desde que...