La Obsesión Del Nerd

30-''Te ves hermosa''

Megan.

Suspiré de alivio al escuchar el sonido de la campana, recogí todas mis cosas con rapidez, las metí todas en mi mochila sin orden y marché trotando del aula. Mire para los lados asegurándome de no ver al idiota de Oliver y cruce la salida del colegio. Disminuí la caminata hacia mi casa, el viento alzo mi cabellera, moviendo cada mechón para atrás, las calles menos transitadas y las personas entretenidas con su alrededor, Cuba es maravilloso.

Mi celular vibro, lo tome y mire el nombre en la pantalla, toda tranquilidad se esfumo al ver a Oliver en la pantalla táctil de mi teléfono, le di a rechazar y el maldito volvió a dar vibraciones. Decidí tomarla.

- ¿Qué quieres? - especte con molestia. No quería gastar mi tiempo hablando con él, no hasta que pensara las cosas con calma.

- ¿Dónde estás? Necesitamos hablar de lo ocurrido, roja - habló relajado, supe que trataba de controlarse.

- No sé - respondí con sequedad, era inquietante hablar con él después de saber que tuvo sexo con mi ex amiga y no me lo dijo, en cambio, había una parte de mí que si quería escucharlo y seguir con él.

- No seas así, ni siquiera sabes la verdad y ya estas toda dramática empeorando la situación, arruinas nuestra relación - dijo con irritación. El silencio gobernó entre nosotros, no podía creer que me echará toda la culpa de algo que yo no hice, tal vez y estaba exagerando al no saber lo que realmente ocurrió, pero no fui yo la que oculté un grave secreto - Roja...perdón, no debí decir eso, tú no estas dañando la relación, fui yo el que cometí un error, discúlpame por lo que dije - hablo. Yo no sabía qué hacer, colgarle o no, ignorarlo o no, terminar con el o no - Megan, por favor, di al...- colgué la llamada y el celular vibro dándome a entender que Oliver estaba llamando, presioné el botón y vi el celular apagarse.

Abrí la puerta de mi casa, todo estaba solitario como siempre, a veces quisiera volver a vivir con mis padres y mi hermano, ellos viven tan pendiente de su trabajo, y ni siquiera he recibido una llamada desde que llegué a Cuba, aun así, los quería y entendía, me mimaban mucho; dinero, ropa, casa...solo les importaba que yo tuviera de todo menos a ellos, era lo peor.

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- ¿No puedes ser normal? - le pregunte, resople al ver que se quedó callado y me levante del sillón - Otras personas piden permiso para entrar a las casas, pero tú entras por la ventana de mi habitación a altas horas de la noche - volví a sentarme, el muy menso no decía ni una palabra solo se quedaba viéndome sin expresión - ¿Tienes miedo de que Tracy te vea entrando a mi casa?

Rodo los ojos, suspiro y paseo su mano por su pelo castaño. Alzo las cejas.

- ¿No piensas escucharme siquiera? - cruzó los brazos y recargo su cabeza en el marco de la puerta - Realmente tenemos que hablar, apenas llevamos un día de noviazgo y ya se está yendo a la mierda por Tracy. Deja que te explique, roja - me quede muda. A veces odiaba su calma, la única molesta era yo y el actuaba como si nada hubiera pasado -Bien, es cierto; me follé a Tracy...

- ¡¿Y lo dices sin importancia?! - le grité.

- ¿Puedes calmarte?, lo digo así porque no quiero andarte con rodeos, deseo que me tengas confianza y que no te lleves de lo que hice antes de conocerte - se sentó frente de mí. No quería admitirlo, pero el tenia razón, me llevaba de lo que decían de él - Eso pasó hace varios meses, como todas las demás la trate a ella, todo casual - suspiro, sus manos arroparon mis mejillas, beso mi frente - No te sientas afectada por eso, yo sólo te quiero a ti, te quiero mucho, te quiero para toda mi vida y la otra - cedió a besar mis labios con suavidad, hizo un muño mi cabello y profundizo el beso, sentí el tacto de su mano en mi mejilla. Me posicioné sobre sus piernas y meneé mis caderas con lentitud y me separé.