Aarón.
¿Y cómo explicar esta enorme felicidad que siento en este momento?
Me sentía un millón de veces mejor, no paraba de sonreír, de reír con notable alegría. Miraba el oscuro techo de mi habitación, con un sentimiento increíble en todo mi cuerpo.
Todavía sentía sus labios sobre los míos, como los moviamos, la perfecta sincronía que formamos, nuestra saliva mezclándose...Todo fue perfecto, encantador, marravillosa, hermoso...
Megan sin duda es la chica que necesito, es la que quiero a mi lado, la que le tengo un gran apreció, la que más amo en este mundo. Ella es mi todo. Y no pienso dejarla por nada en el mundo.
Soy la persona más feliz del universo por tenerla a ella como el amor de mi vida.
- Aaron, sal de ahí - ordenó mi abuela - Llegarás tarde al colegio.
- ¡Ya voy! - exclamé levantándome. Salí de mi cuarto, abu me sonrió y me abrazo con fuerza.
- Cuídate mucho, cariño - agarró mis mejillas. Sonreí con ternura y besé su frente.
Caminaba con tranquilidad por las aceras, unos audífonos en mis oídos, el aire fresco chocando en mi rostro, sintiéndome relajado.
Entré al colegio, guardé mis audífonos en el casillero, fui al aula y me ubique en el asiento que sienpre uso. La alarma sonó al instante, sonreí al ver el aula llenarse, miré a cada una de las personas que entraban, buscándola.
El sentimiento de felicidad se instaló en mí al verla sin expresión alguna pero esta felicidad se esfumó al ver a Thomas a su lado.
Los miré con mala cara sin que se dieran cuenta, volteé mi cara del lado contrario, suspiré con pesadez y recosté mi cabeza entre mis brazos cruzados.
No quería verlos. Fui muy idiota, era obvio que ella volvería con ese. Me merezco un Oscar pero por estúpido.
Estaba celoso, molesto, tenía ganas de romper todo el salón y luego, golpear el miserable rostro de Oliver Thomas.
Algún día lo haría.
(☆☆☆)
Y como siempre; la soledad me acompaña.
Observaba cada estudiante caminar, a los grupos hablar, a mejores amigos reír. El recreo era aburrido para mí, era dónde siempre me sentía vacío, solo.
Suspiré, decidido me levanté y caminé a paso lento.
-¡Aarón! - su voz llamándome me detuvo, me giré en mi propio eje y su brinco sobre mí hizo tambalearme. La abracé para sostenerla y sonreí de oreja a oreja. Enrollo sus piernas en mi cintura y me abrazo con fuerza.
Y de repente...¡pum! Felicidad. No deseaba soltarla, no podía, no quería. La anhelaba sólo para mí, poner admirarla a cada momento, sonreírle con amor, reír de cualquier tontería...hacer eso y mucho más con ella, todo con ella.
Deshizo el abrazo, me sonrió con calidez.
- Me alegra verte en el colegio, otra vez - exclamó con honestidad.
- A mí también, pequeña ...-cerré de golpe mi boca. ¡¿La había llamado 'pequeña'?!
Se rió - ¡No te burles de mi tamaño! - dijo entre risas. Solté una carcajada.
- ¡Sí lo eres! - grité y salí trotando de ahí.
- ¡Detente, lentitos!
Corrí más rápido, subí las escaleras, entré a un salón y mi mejilla impactó con el suelo, me giré para quedar boca arriba, sobe mi mejilla con una mueca de dolor.
¡Maldita agua!
-¡Te encontré! - dijo Megan con una sonrisa de victoria desde la puerta. Dio un paso y su lindo trasero chocó con el piso, gimió del dolor, su cara se tornó roja junto con una mueca. Reí a fuertes carcajadas - ¡No te rías! ¡También caíste!
-¡Pero no me puse rojo! - me defendí- Además te mojaste más -seguí riendo. Se mojo pero no de la manera que quiero.
Dejé de reír, Megan ya no estaba. ¿Se enojo? Me levanté.
- ¡Detrás de ti! - sonreí y me volteé. Megan tenía una cubeta con agua más su sonrisa malévola. Toda el agua junto con cubeta cayó sobre mí gracias a mi pequeña. Ella se empieza a reír, cae al suelo por el peso de las carcajadas, sus ojos se achinaron.
Estaba todo empapado, sacudí mi cabello, pase mi mano por él, despeinandolo. "Esto no se va a quedar así, pequeña" pensé.
Vi varias cubetas a nuestro alrededor, tomé una y sonreí.
- Pequeña...- llame su atención - es hora de un baño - dejé caer el agua en Megan, ella se había acurrucado, tiré la cubeta. Escuché un sollozo.
¿Megan lloraba? Abrí mis ojos con preocupación, me agache con rapidez, toque su hombro, traté de voltearla pero ella se negaba. ¿Qué había hecho? Idiota, idiota, ¡idiota!
- Meg, por favor perdoname - supliqué desesperado mientras tocaba su hombro. Esta dejó de sollozar, sacó su cara de sus brazos, sonrió. Suspiré aliviado.
- ¡Caíste! - tomo una cubeta, sus brazos subieron hasta mi cabeza junto con la cubeta y la deposito mojando a ambos. Reí al oírla toser - No salió tan bien - se quejó con voz ronca.
La tenía tan cerca, admirando cada rasgo de su bella cara, deseando besar sus rojos labios, viendo su sonrojo en sus nejillas. Es simplemente perfecta.
Aún me preguntaba ¿cómo pudo enamorarme? Tal vez fue su hermosura, la forma en como vive y ve las cosas, la energía que posee, lo entusiasmada que es. O tal vez porque ella es diferente, diferente a las chicas que e visto, es diferente a la personalidad de otras chicas. Puede ser porque ella fue sincera, no me mintió, no se alejó de mí por mi rareza o por ese rumor que andaba en el colegio. Y un rumor que por más que trato de olvidarlo vuelve a mí como un imán.
Me acerque rápido chocando nuestros labios, la besé con desesperación, ella no respondió pero eso no me detuvo. La necesitaba y mucho. Mordí su labio inferior ligeramente, me sentía exitado, anhelaba más. Di un pico en sus labios, aún estaba en 'shock', pasé mi lengua por su cuello, se estremeció al igual qué yo, deposité largos y profundos besos en él, paseaba mi lengua con agilidad, estaba disfrutando del momento. Un gemido se escapó de su boca. Sonreí satisfecho.
Mi pene ya estaba duro, estaba erecto. Parecía que mi pantalón se rompería por culpa de él.
Dejé de besar el delicado cuello de mi pequeña, miré sus grandes ojos con una sonrisa, ella seguí desconsentrada, confundida y sorprendida. El sonrojo ya no estaba en sus cachetes, sino en su cara de ángel completa. Volví a unir mis labios con los de ella, dejándolos ahí, inmóvil.
- ¡¿Qué ha pasado aquí?! - el gritó de alguien nos sobresalto, Megan me empujó, quedando boca arriba como ella. Miré a la persona que se encontraba en la puerta. Uy, estabamos en problemas.
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😜.
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La Obsesión Del Nerd
Aléatoire- Yo...- duré segundos pronunciando la 'o'. Suspiré. - Siento cosas por ti, Meg. Y no son pocas - giró su cabeza para no verme, suspiré y bajé mi mirada. - Aarón, no puedes, no debes sentir cosas por mí... - Ya es tarde, Meg. Ya lo hago y desde que...