13

779 93 30
                                        

Dejé mi mochila una vez más en mi sofá y suspiré de cansancio.

Debo admitir que hoy no fue un día genial.

Cuando llegué a la universidad me caí de culo y me olvide de mi billetera en la mesa, no me di cuenta que traía el teléfono descargado.

Y mi querido amigo de cada mes decidió llegar.

Me arrastre hasta mi cama y me quedé en una misma posición por un buen tiempo. Puse a cargar mi teléfono y cerré mis ojos por varios minutos.

Hasta que...

Una llamada de mi hermano.

Abrí mis ojos con susto del demonio y contesté rápidamente el teléfono.

   —¡¿se te congelaron los dedos o qué ?!—gritó mi hermano mayor desde la otra línea.

Alejé el teléfono de mi hermoso oído y cerré mis ojos instintivamente.

—Estuve muy ocupada...lo siento.
—contesté volviendo a poner mi teléfono en el oído.

Pero no tan cerca..por las dudas.

—hay una palabra clave y se llama  "A-v-i-s-a-r."—recalcó haciendo énfasis en cada palabra.

Rodé los ojos ya que mi hermano tenía la razón, no es escusa, debo de admitir que lo olvidé por completo.

—Bueno ahora estamos hablando ¿no?

—¡porque yo te llame niña del demonio!
—reclamó de nuevo, pero esta vez con su toque de diversión.

—Bueno...¿Qué tal tu día?
—pregunté.

—cambié el pañal de mi hijo y me hizo pis en la cara...así que creo que mi día fue genial.
—comentó con un risa e inmediatamente le seguí yo.

No pasamos hablando por dos horas y fue genial volver a escuchar a mi hermano, porque realmente ya lo extrañaba.

                             ***
—¿Por qué siempre te dedicas a leerme historias con un final triste?
—me reclamó Jonah.

Reí ante su pregunta y cerré el libro que tenía en mi mano.

—Yo solo elijo los libros al azar, además es divertido hacerte sufrir.
—contesté burlona.

—oh bueno, gracias.
—contestó sarcástico.

Volví a reír y dejé el libro en su mesita, abrí las cortinas y me senté a su lado.

Sip, Jonah ya me deja entrar en su habitación.

—¿Por qué no quieres ir al viaje con tus padres?
—pregunté directamente.

Últimamente yo también ya he entrado en confianza con Jonah y ya no tengo ningún pelo en la lengua como para lanzarle las preguntas y comentarios así de repente.

—mmmh, porque...aún me cuesta ciertas cosas ¿sabes?—comentó cerrando los ojos. —Hace meses que no salgo de casa...no utilizo el teléfono, y cabe destacar que menos hablo con gente de afuera. Es una gran diferencia y creo que sería un enorme cambio si vuelvo a hacer esas cosas, por que ya no soy la misma persona que solía ser antes.

Lo miré con preocupación, quería que él fuera feliz, porque es evidente que quiere volver a ser el mismo que antes. Porque me doy cuenta que quiere intentarlo y luego recuerda que tiene una desgracia.

—No dejes que el hecho de no ver, te venza. Eres una persona increíble y las personas increíbles no merecen ser infelices.
—solté mirándolo con detenimiento.

In The Dark (Jonah Marais)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora