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—No.

¿no?

—¿dijiste No?—pregunté sorprendida.

El negó con la cabeza y comenzó a levantarse.

Confundida copié su acto y lo persegui por toda la casa preguntándole todo el tiempo la misma cosa y su respuesta siempre era NO.

¿cómo que no?

—Al menos explicame—murmuré entrando a su habitación.

Podría jurar que Jonah estaba harto de sea tan insistente, pero en mi defensa yo no tengo la culpa, pasa que su hermana ya compró los boletos y además quiero viajar.

Tengo que convencerlo.

—¿Quieres salir de mi habitación?
—preguntó tocándose la frente.

Fruncí el ceño.

—¿Por qué?
—Pregunté confundida.

Una risa se escapó de él y suspiró.

—Rose, quiero bañarme...¿o acaso quieres verme desnudo?

Abrí los ojos bastante sorprendida y sonreí con vergüenza.

El cieguito modo Hot on.

—E..ee...e...
—tibuteo mientras dejo la habitación lentamente.

Jonah se sacó su remera, dejándome ver su torso desnudo.

Digo...No sería un problema quedarme aquí un rato.

jeje.

Se estaba a punto de sacar los pantalones, pero otra de sus sonrisas aniquiladoras se hizo presente en sus labios.

—Rose...sé que sigues ahí parada, desde aquí escucho como tu respiración se acelera.—murmuró con su sonrisa.

—Yo no estoy aquí, chau.—dije y me fui corriendo escaleras abajo.

Madre santa...¿En qué pensaba cuando decidí quedarme?

Cosas buenas no, claramente.

Jeje.

Cuando bajé encontré a Sawyer jugando con su pelota y no tuve otra opción que jugar con él, para matar el tiempo y esperar a que Jonah termine su ducha.

                            ¤¤¤¤¤

—¿todavía no te cansas?
—Preguntó suspirando.

—¿Eh? No.

Me quedé esperando una respuesta, pero se quedaba en silencio como hace cinco minutos atrás. No pude evitar rodar los ojos porque en realidad sí estaba cansada y quería mandar todo por el váter la idea de convencerlo.

—Rose...¿Por qué de todos los lugares que existen en el mundo quieres ir allí?—Preguntó rompiendo el silencio.

—¿Qué tiene de malo?—Pregunté sincera.—Quiero conocer Los ángeles.

—Tú sabes que ahí están mis amigos ¿no?—Arqueo una ceja.

Tragué saliva.

—No lo creo, ya no tienen por qué estar ahí...¿Sabes  a lo que me refiero?
—pregunté tratando de convencerlo.

Cerró los ojos con fuerza  y asintió con la cabeza.

—Entonces...

—te voy a perseguir a los ángeles, Rose.—Emitió colocando su mano sobre la mía.

Sonreí emocionada y le di un beso en la mejilla, no pude evitar sentir tanta  emoción en ese momento.

Lo abrace minutos después y me empujó levemente.

—¿Qué?
—Pregunté extrañada.

—Suéltame pervertida.—bromeó por lo de hace rato.

Me sonroje inmediatamente y reí nerviosa.

Jonah se carcajeó y me abrazó dándome miles de besos en la frente.

—Sabes que soy tuyo y tú serás mía dentro de poco...

In The Dark (Jonah Marais)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora