06

747 100 21
                                    

Hoy desperté feliz...¿saben la razón?

¿No?

Bueno,  ¡hoy desperté temprano y no escuché ninguna pelea!

Me duche esta vez,  desayune como se debe y me puse a preparar mi mochila porque hoy empezaba las clases y Silvana me prometió mostrarme todas las "instalaciones" de la universidad.

Cabe destacar que iré a la universidad por las tardes, ya que tengo...una personita que cuidar primero.

Tomé un bus y me dirigí a la casa, era mi segunda vez y ya me sentía un poco tranquila. Ya no estaba nerviosa y además llegué a tiempo.

Toqué la puerta y en seguida la señora Carrie me abrió la puerta, me saludó con un beso en la mejilla y me dejó entrar. Cuando entré, Sawyer llegó corriendo hasta mi y comenzó a olerme el zapato como  loco.

Por suerte me reconoció...

—¿Ya desayunaste querida?—preguntó Carrie con una sonrisa.

Asenti y acaricie al perro, y luego pude ver a una niña bajando de las escaleras.

—¿Tú  cuidas de mi hermano?
—preguntó al bajar de las escaleras y se acercó  a mi.

—Sí, soy yo.

La niña me inspeccionó de pies a cabeza y se mostraba pensativa, como si me estuviese analizando.

—No estás nada mal...
—murmuró mostrándome  una sonrisa.

Me sentí halagada, y eso que no me peine hoy.

—Gracias.
—dije con una sonrisa.

—Me llamo Svea y soy la hermana menor de Jonah.—me extendió su mano e inmediatamente le di la mía.

Cabe destacar que la niña casi llegaba a mi altura, me sentí  enana en esos momentos.

—yo soy Rose y fue un gusto conocerte.—murmuré con una sonrisa.

Otra chica bajó  de las escaleras minutos después, tenía  gafas que le quedaban muy bien y su pelo era hermoso.

—¿Eres Rose?—preguntó cuando apenas me vio.

Supongo que silvana ya le habló mucho de mi, o al menos lo poco que sabe de mi.

—Si, y tu eres Grace  ¿verdad?

—La misma.
—respondió con una sonrisa y luego se acercó a mi para saludarme formalmente.

                             ***
Esta mañana conocí a toda la familia y además me invitaron a volver a desayunar para conocernos mejor, por supuesto Jonah no bajó y ni siquiera desayuno con nosotros.

¿adivinen quién debía prepararle el desayuno?

Exacto, yo.

Cuando la familia entera ya no se encontraba en la casa, tuve que preparar café y unas galletas riquísimas.

O bueno...eso creí.

Porque mis galletas salieron como piedras y ni siquiera podías intentar morder.

Subí las escaleras junto a Sawyer y toqué la puerta suavemente.

—Hey...Jonah. soy yo, tu dulce fastidio.—murmuré apoyando mi oído en la puerta.

se escuchó pisadas por el otro lado y me moví inmediatamente unos centímetros para alejarme de la puerta. Sawyer andaba moviendo la cola como loco y me pegaba las piernas.

—Traje tu desayuno.
—insistí queriendo que abra la puerta de una buena vez.

Tenía unas inmensas ganas de verle la cara, no lo conozco y no me quiero conformar solo con escuchar su voz.

In The Dark (Jonah Marais)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora