Puse una música para tranquilizarme mientras hacía el desayuno, debo admitir que estos días ya no me sentía una completa extraña en la casa de Jonah, es más, ya estaba acostumbrada a el silencio.
Me saqué el delantal y lave mis manos, no estaba segura qué hice para el desayuno, pero yo seguía creyendo que eran galletitas.
Llevé el desayuno en la habitación del rey y lo dejé en la mesita, yo iba a desayunar abajo en la cocina como siempre pero él me detuvo.
—Me preguntaba si..¿Quieres desayunar conmigo?—preguntó acercándose a la mesita.
Sonreí.
—Creí que nunca me lo pedirías Marais, ya pensaba renunciar y todo.—bromee y me acerqué con mi taza de café con leche.
Las ventanas estaban abiertas, supongo que ya se acostumbró a abrirlas por mi culpa, aunque me sentía muy especial ya que sabía que él lo hacía solo por mi.
Y de seguro para que entre aire en su habitación, estar mucho tiempo encerrado en una habitación sin ventilación es...¿anti-higiénico?
—¿sabías que estaba en una boyband antes?—preguntó para romper el silencio.
—Sí...me lo dijo tu madre.—contesté disimulando que no me quemé la lengua con mi café con leche.
—Yo...extraño esos momentos en donde iba de gira y conocía nuevas culturas, personas y lugares.—dio un pequeño suspiro de nostalgia.
Vaya, creí que Jonah tardaría más para hablar de este tema conmigo.
Estos días me estoy llevando más sorpresas tanto buenas como malas.
—También extraño a mis amigos-comentó bastante serio.—no estoy bien, los alejé poco a poco y no sé nada sobre ellos.
Me incorporé en mi lugar y lo observé, pues claro que no estaba bien, se notaba la tristeza en su rostro.
—Quiero volver a ver el atardecer, quiero volver a componer o a cantar. Quiero volver a ser lo que era antes.— susurró cerrando los ojos con fuerza.
Suspiré y coloqué mi mano en la suya, mis dedos pasaron por los espacios del suyo y acaricie su cabello negro.
—¿Confías en mi?
—le pregunté ya muy cerca de él.—Mucho, ya te lo hice saber.—aclaró apoyando su cabeza en mi hombro.
—¿tanto como para que me dejes llevarte a Los ángeles?—pregunté dudosa.
Un silencio del inframudno se hizo presente.
No sabía si su silencio me respondía todo o nada, así que le di un pequeño codazo para que no me deje hablando sola.
—¿Estás hablando en serio?—fue lo que respondió atónito.
—¿Por qué te mentiría?—contesté sincera.
Tibuteo una vez más y entralazo mi mano con la suya, suspiró acercándose más para decirme algo que me puso los pelos de punta;
—Rose...contigo iría a donde sea.
█ █ █
Estoy sentada en mi lugar correspondiente de la clase, terminando mis últimas tareas, cuando de repente la luz natural que tengo gracias a la ventana es interrumpida por un cuerpo humano.
Y para ser exactos...Silvana.
—¿Podemos hablar?—preguntó mordiéndose la uña de los nervios.
—¿No ves que estoy ocupada?—contesté sin apartar la vista de mi cuaderno.
—solo serán unos minutos, necesito explicarte....
—No tienes que explicar nada, ya sé todo y además me dejaste bien en claro que solo me utilizaste.—dije tratando de no perder la cordura.
Se quedó unos minutos más insistiendo, pero para mi fortuna la campana sonó y salí cómo Flash de la clase.
No tenía ánimos para escucharla, todo lo que necesitaba es ir a casa de Jonah y hacer mi trabajo...y pasar tiempo con él.
Es lo único que me saca el estrés.
Cuando llegué a la casa, dejé mis cosas en el sofá y subí las escaleras rumbo a la habitación de Jonah.
Toqué varias veces la puerta suavemente, pero no oí nada y eso es lo que más me inquietaba.
Comencé a sudar de los nervios, ni siquiera se oía nada desde el otro lado.
Estoy comenzando a pensar que...¡No!
Toqué de nuevo, pero esta vez más fuerte y tampoco obtuve una respuesta.
—Hey...traje gomitas—avisé animadamente.
No obtuve respuesta...otra vez y entonces decidí entrar.
Abrí la puerta y el olor de su perfume chocó contra mi nariz, la habitación estaba oscura, las ventanas estaban completamente cerradas, la cama estaba hecha y...Jonah no estaba.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza y sentía que no podía respirar, de pronto una gran desesperación apareció en mí.
—¡Jonah!—lo llamé buscándolo por toda la casa.
Los busqué en la cocina, la sala, los baños y en cada rincón dentro de la casa.
Pero no había señales de él.
La noche cayó finalmente y con un nudo en la garganta comencé a caminar en círculos sin ninguna explicación.
No sabía qué hacer, mi sudor era inexplicable y mi respiración era anormal.
¿Jonah dónde te metiste?
Muchas cosas se cruzaron por mi cabeza en ese momento, quería llorar porque no sabía exactamente qué hacer o a quién acudir.
Me sentía tan mal.
Decidida, cogí mi teléfono y llamé a la madre de Jonah para contarle sobre todo. Es obvio que no tenía otra opción más que esa.
Me respondió al tercer llamado.
—Señora Carrie...tengo que decirle algo—dije quebrada.
—¿Qué pasó cariño?—se notaba la preocupación en su voz.
Suspiré para no derrumbarme.
—Es que Jonah....
Justo cuando iba a contar todo, Jonah entró por la puerta principal con lágrimas en los ojos y se apoyó por la pared asustado.
Abrí mis ojos de par en par y corté rápidamente la llamada sin importar qué.
—¿Rose estás aquí?—preguntó con la voz quebrada.
Su pecho subía y bajaba por la desesperación.
Corrí hasta él y cogí una de sus manos.
—Sí, estoy aquí.
Rápidamente me cubrió en sus brazos y se derrumbó a llantos en mis hombros, instintivamente también comencé a llorar y le devolví el abrazo.
—¿Dónde estabas?—pregunté en un susurro.
—Yo...No lo sé—logró responder.
Apreté mis brazos en su cuerpo para hacerle saber que todo estaba bien y que yo estaba ahí para él incluso en estos momentos, no quería preguntarle nada, yo solo sabía que tenía que estar ahí para darle tranquilidad y consuelo.

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In The Dark (Jonah Marais)
Fanfiction"no se necesita ver para amar" "No necesita tocar para sentir" Rose solo quería un trabajo, era amable, buena, graciosa y bonita. Desde un principio ella sabía que lo que se venía iba a ser difícil. Y lo difícil tenía nombre.. Y su nombre era; Jona...