¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La muerte de Sir Reginald Hargreeves fue lo único que logró reunir de nuevo a los hermanos después de tantos años de separarse.
Mejor dicho, casi todos ya que de los ocho hermanos adoptivos, dos hacían falta, número cinco y número cero.
Dakota estaba frente a la entrada de la que fue su hogar por seis años, hasta que su madre arrepentida decidió volver a por ella, y jamás tuvo la valentía de volver y ser rechazada por los que fueron sus hermanos.
Tocó la puerta en repetidas ocasiones pero no tuvo respuesta más sin embargo la puerta se encontraba sin seguro, sin pensarlo mucho abrió la puerta de su antiguo hogar.
Vio todo a su alrededor, notando que nada había cambiado, y aunque no recordaba mucho era lo suficiente, sus pies la guiaron a la sala de estar sin estar conciente, se quedo como piedra al ver a tantas personas ahí mirándola.
- ¿Quién eres y cómo has entrado?- Un hombre rubio, alto y muy grande pregunto, Luther fue el primer pensamiento de Dakota.
- Soy su hermana, y te venido al funeral de nuestro padre.
- ¿Dakota?- Pregunto una voz al lado de Luther, aunque por obvias razones había cambiado demasiado sabía perfectamente quien era aquella persona, Diego.
- Si, soy yo.
- ¿Como es eso posible? - Pregunto mientras dejaba una sonrisa de lado.
- Han pasado muchas cosas éstos años.- Ahora más confiada y sin ver el rechazo de los demás, se acercó un poco más, cuando sintió a Allison rodearla con los brazos en un cálido abrazo.
- Creí que jamás te veríamos.
- Yo tampoco- confesó.
- Se que todos estamos sorprendidos de verla y muy emocionados pero... podrían darme unos minutos a solas con ella- Pidió Diego, tratando de ser amable, todos asintieron y Vanya cerró la puerta tras ella para darles privacidad.
- Realmente no puedo creer que estés aquí, tu desapareciste de la nada, jamás pudimos encontrarte.
- Pasaron muchas cosas este año, Diego, mi madre fue una de esas, ella vino por mi, me llevó lejos de aquí, me ayudo a manejar mis poderes y después de que pasaran los años no me sentía lista para verlos después de tantos años, creí que me rechazarías, que todos lo hicieran- sé corrigió.
- Sabes que eso jamás hubiera pasado, al menos no por mi parte, y sabes por que.
- ¿Tu...-
- Jamás he dejado de hacerlo, se que solo teníamos 6 años cuando nos enamoramos pero jamás pude olvidarte- el tomó la mano de ella y sintió la electricidad correr por sus dedos y no metafóricamente, realmente lo sintió gracias a los poderes de Dakota.
- Yo tampoco- confesó la castaña.
- Es bueno saber eso- sé quedaron un momento en silencio.- Solo prometeme que jamás te irás de nuevo, no sola.
- Diego...
- Por favor, prometelo.
- ¿Que si te lastimó a ti, a nuestros hermanos? Mis poderes
- Te ayudaré con eso, puedes darme ala descargas electricas que quieras, no tendré problema con eso- por los labios de la castaña se asomó una pequeña sonrisa.
- Te prometo que no me iré de nuevo-Ahora era el turno de Diego de sonreir, una gran sonrisa.
Se acercó a ella y la beso, sintiendo aquella electricidad de nuevo.
Perdón por el capitulo tan horrible, me quedé sin ideas