Capítulo 3.

175 17 0
                                    

Esa noche luego de un largo día de trabajo Oriana regreso a su casa y descubrió a los suyos llenos de emoción, organizando el cuarto para la chica esa, según se enteró en su paso por la cocina «la nueva» ya contaba con un super guardarropa, muebles y hasta cuenta bancaria propia, pero eso no fue lo peor, ese puesto lo ocupó el hecho de haber puesto a esa chica en la habitación contigua a la suya, y para rematar eran las dos habitaciones que tenían comunicación interna entre ellas. Se ofusco tanto que salió directo hacia el estudio, donde seguro encontraría al abuelo.
- ¿Será que dije algo malo Maria ? - preguntó Teresa una de las encargadas del aseo de la mansión.
- ¿Por qué lo preguntas Tere? - preguntó Maria un poco confusa.
- Porque la señorita ha salido como alma que lleva el diablo.
- Esto no les incumbe a ustedes - intervino Olguita, ama de llaves de la mansión - pero lo cierto es que a la señorita Oriana no le cae muy bien la chica, es decir, Mariana, y que raro pensó Olguita juntando sus cejas - La niña Oriana siempre ha sido muy dulce y dispuesta ayudar a quien lo necesita, Marianita es muy dulce (esbozó una sonrisa) y los obstáculos que ha vivido por Dios y los que está viviendo, bien hicieron los señores en ayudarla.
- Si es una muchacha muy especial, dijo Tere.

Pero volvamos con la ofuscada Oriana, que está apunto de interrumpir un momento romántico entre sus abuelos.
- ¿Por qué carajos la pusieron al lado de mi habitación? Oriana entró hecha una furia, aunque su sentido de la oportunidad es fatal, encontró a sus abuelos a la mitad de un muy apasionado beso.
- Mi vida pero si te enseñamos a tocar antes de entrar.
- Abuela lo siento - Oriana estaba completamente roja y avergonzada.
- Por cierto señorita no me has dado mis dos besos, ven y saludanos como Dios manda.

Oriana beso a sus abuelos hablaron acerca del día y de la empresa, les preguntó acerca de lo que escucho en la cocina y ellos le confirmaron que todo era verdad, cuando les preguntó acerca de los supuestos problemas que la chica esa tenía, dijeron que no les correspondía a ellos decirle. Trato de convencer a sus abuelos de que todo eso era una locura y que esa chica era un problema, pero ellos no dieron su brazo a torcer. La abuela se disculpó para ir a supervisar la cena.
- Oriana deja esa actitud grosera que has adoptado con Mariana, porque ese es su nombre y a partir de ahora así es como la llamaras, no entiendo que es lo que sucede contigo respecto a esta chica que tanto nos necesita, entiende mi amor que ella es buena y necesita apoyo, ¿Promete que al menos intentaras llevar la fiesta en paz, si?
- Esta bien abuelo lo prometo.
- No así no, debes ponerte de pie y poner tu mano derecha en tu corazón y la izquierda como si estuvieras prestando juramento a la bandera.

Oriana no pudo evitar sonreír, su abuelo y sus cosas. Era un hombre alto y atlético, a pesar de los años no había perdido su cabello, que se había tornado todo gris. Ella heredó de el sus penetrantes ojos verdes, su abuela tenía los ojos azules y el cabello castaño, su papá Rafael también había heredado ese mismo color de cabello, su mamá Alejandra había heredado del abuelo, sus ojos verdes, su cabello rubio y sus pecas. Samantha y ella eran rubias como su madre, con la diferencia de que Sam había heredado los ojos color miel de papá, eran una mezcla interesante.

Hizo el juramento como su abuelo se lo pidió, luego pasó a ver a su hermanita antes de la cena. Ella la ama demasiado, es su personita especial favorita. Sam nació cuando todo el mundo incluido sus padres, pensaban que no tendrían más bebés. Oriana estaba por cumplir sus 14 años , ahora Sam tiene 10 años y Oriana 24 años. Escucho risas provenientes de la habitación de su hermana y se le hizo raro, al parecer alguien estaba narrando un cuento y Sam reía a carcajadas con la actuación de... Era esa chica la tal Mariana.
- ¿Qué haces aquí? - Oriana miraba a Mariana con tanto fastidio y algo más.
- Oriana no le hables así a Mariana, tranquilizate ella sólo está actuando la bella y la bestia para mi, es muy buena deberías sentarte.

Tenía tantas cosas que decirle a esa, pero no pensaba gritarle delante de su hermana. Así que prefirió decirle a Sam que continuará jugando con Mariana, quien la miro sorprendida ante el uso de su nombre. Una vez en su habitación tomó un pequeño baño y se arregló para la cena.
Durante la comida ignoro a Mariana tanto para bien como para mal, es decir, no dijo nada grosero contra ella, pero también actuó como si ella no estuviera en la mesa. Cuando se retiró Mariana por fin se animó hablar.
- La cena estuvo deliciosa Tere, agradece a los demás de mi parte.
- Gracias a usted que nos ayudó señorita
- No me digas así, dime Mariana, además yo no les ayude mucho, ustedes son unas excelentes cocineras
- Tu eres muy dulce Mariana - dijo Margarita - perdona las groserías de Oriana
- Hoy la hice prometer que intentaría llevarse mejor contigo, ten paciencia, ella es obstinada pero una buena chica.
- Tranquilos, ustedes han sido muy buenos y amables conmigo, yo no se como podré pagarles y en cuanto a eso de la cuenta bancaria, no creo que sea necesario, ustedes ya están haciendo mucho por mi.
- Tonterías - dijo Luis - quitándole importancia con la mano - ese dinero es tuyo, si necesitas más no dudes en pedirlo. Ahora cambiando de tema, para que ya no insistas en lo mismo, ¿Fuiste a verla hoy?
Antes de que Mariana tuviera oportunidad de responder, Sam se adelantó
- Si fue y me llevo abuelo. Mariana me dijo que no falta ni un día, ella va a verla todos los días al hospital.
Todos notaron la tristeza en sus grandes ojos azules, la abuela Margarita extendió la mano y tomó la de ella, el abuelo colocó sus brazos en sus hombros como una especie de abrazo y Sam le repartió muchos besos en sus cachetes. En la cocina algunas mujeres dejaron caer lágrimas y otros se preguntaban como podía ocurrirle cosas tan terribles a esa chica tan dulce que estaba sentada en la mesa.
Cuando Mariana finalmente entró a la habitación que le habían dado encontró a quien menos imagino
- Señorita ¿qué hace aquí? Mariana estaba nerviosa, que podría querer Oriana
- Primero señorita San Miguel para ti - Oriana se acercó demasiado a ella, eso la puso aún más nerviosa - segundo, yo puedo estar aquí y donde quiera , porque esta es mi casa o no lo recuerdas? - esta vez llevo su dedo hasta la cabeza de Mariana - tercero, espero que escuches muy bien lo que voy a decirte porque no pienso repetirlo - Oriana bajo su dedo y golpeó el pecho de Mariana - yo he conocido mujeres como tu, pero sin duda ninguna tan descarada, mira que inventarte quien sabe que cosas, para generar lástima en personas de buen corazón como mis abuelos, Ojalá Dios te perdone porque yo no. Mis abuelos me tienen a mi para protegerlos y no voy a descansar hasta verte fuera de esta casa y en la cárcel si es posible; voy hacerte la vida imposible, tanto que desearas nunca haberte cruzado en nuestro camino, ¿Te ha quedado claro?

Mariana sólo asistió, sentía apretujado el corazón, la cabeza estaba abajo otra vez. Oriana fastidiada de ese gesto la tomó de la barbilla y la miro directo a los ojos.
- No sigas fingiendo esa fragilidad y modestia, con los demás seguro te funciona, pero conmigo no, así que no actues para mi. Oriana empujó a Mariana sobre la cama y salió com una sonrisa triunfante hacia su propia habitación.

Sin embargo Oriana no vio algo de lo que nosotros seremos testigos, y es el hecho de que Mariana lloró en silencio toda la noche, lloró más y luego aún más

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sin embargo Oriana no vio algo de lo que nosotros seremos testigos, y es el hecho de que Mariana lloró en silencio toda la noche, lloró más y luego aún más. Se sentía sobrepasada por las emociones, por un lado agradecida por la ayuda desinteresada de los San Miguel, preocupada por la actitud de la señorita San Miguel y angustiada hasta los huesos por la vida que pende de un hilo en el hospital.

Del Amor Al Odio Y Del Odio Al Amor (Completa - Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora