29°Capítulo

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Guillermo

Otra ves no... Ya estoy arto de que droguen. Además, si la mierda de droga fuera vía oral o nasal no me molestaría tanto, pero no, tiene que ser inyectada ¡Odio las putas agujas. Además, creo que no me colocaron la suficiente, acabo de despertarme y estoy escuchando todo lo que está sucediendo y la verdad es que no pinta nada de bien. Si no fuera por la bolsa que tengo en mi cabeza vería lo que pasa.

-Te lo dije Samuel... Contra mi no puede ganar nadie y menos el hijo inútil del mejor cazador que existió hasta el momento-. ¿Qué está pasando ahí afuera?¿Samuel está ahí? Ay no... Lo van a matar.

-N-No me importa l-lo que tenga q-que luchar. Tengo que salvar a m-mis amigos-. Mierda... Sí está aquí y más encima peleando con esa señora estúpida.

-Vamos... Pareces disco rayado repitiendo una y mil veces lo mismo. Entiende que no puedes hacer nada-.

-Sí puedo, solo... Solo tengo que hacer que entres en razón de una maldita vez, luchar no es algo bueno-. No puede ser... Cómo es eso ¿Está tratando de calmarla?, es un idiota, eso no será posible.

-Y vas otra vez... Mira a Miguel... Tiene a uno de mis ayudantes prácticamente molido en el suelo y solo le queda uno ¿No crees que si él no usara las técnicas que le enseñamos, estaría vivo?-. No se escuchó nada más.-¡Responde!-. Seguido de eso se escuchó un golpe.

-Sí...-. Maldición, lo está lastimando.

-Dímelo en voz alta-. Otro golpe.

-¡Que sí!-. Dijo gritando a todo pulmón.

-¡Entonces!...¡¿Por qué tratas de que cambie de parecer sabiendo que con los golpes se soluciona todo?!-.

-Porque... Porque la gente puede cambiar. No tengo pruebas, pero tampoco dudo de que se logre-.

-Vamos... Será mejor que te rindas de una vez y dejes tus estúpidas ideas de lado-. Cuando terminó de hablaré escuché un leve pero agudo grito que provenía de mi compañero. Eso me produjo tanta rabia y angustia por no saber cómo reaccionar, que de alguna manera logré deshacerme de la bolsa que traía en mi cabeza.

Lo que vi me dejó paralizado por un par de segundos... Sangre por un lado, Alex a mi lado amarrado de la misma manera que yo y por último... Mariana lastimando a Samuel hasta el punto de dejarle rasguños por los brazos.

-No me dejaré vencer, tengo un motivo para no hacerlo y si fallo me sentiré culpable el resto de mi vida-. Decía Samuel mientras forcejeaba para liberarse.

-¡Cállate y muere de una vez!-. Listo, ya me siento mejor. Es hora de hacer algo.

Al ver toda esa situación, rápidamente me levanté tratando de desatar las ataduras que me impedían estár en completa libertad. En el momento que logré hacerlo, salté sobre ella para arrastrarla y sacarla de ahí tratando de liberar a Samuel.

Caímos al suelo por la fuerza que emplee para sacarla de ahí. En cosa de segundos Mariana estaba atacándome como le fuera posible.

-¡Entiende que no puedes quedarte con ese humano, niño!-. Gritó mientras sostenía mi cuello en sus manos.

-¡¿Qué tiene que ver él en todo esto?!... ¡Si solo quiero que me dejes vivir en paz y que no lastimes a los demás!-. Respondí empujándola hacia un lado.-No significa que porque proteja a alguien que está en peligro es porque siento cosas por él-. Dije mientras recuperaba la respiración.

-¿Así que no eh?... Ya veremos hijo, ya veremos...-. Mientras decía lo último, metió su mano a uno de sus bolsillos para sacar un arma.

-¿Qué vas a hacer?¿Por qué tienes esa pistola en tus manos?¿Y de dónde coño la sacaste?-. Levanté mis manos para que no disparara.-Señora, deje eso por favor-.

Mi Neko 7u7 (Wigetta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora