Epílogo

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5 años después

-Con gran honor podemos decir que de ahora en adelante, en nuestras calles, clínicas o en cualquier otro lugar. Tendremos la certeza de que estos muchachos ayudarán a los animales que más lo necesiten-. En el momento que el director de carrera terminó su discurso, los aplausos por parte de todas las personas presentes esa noche no tardaron en sonar con toda la alegría que se podía demostrar. Tras largos 5 años de haber vuelto a estudiar, Guillermo junto con sus compañeros, lograron graduarse de médicos veterinarios. Cada uno tenía sus razones por la cual quería estudiar aquella carrera, pero la de nuestro amigo es más por un tema personal. Él al tener esas cualidades que lo hacen tan especial, decidió aprender para estár más conectado con su cuerpo. Por culpa de tener una fisionomía parecida a los animales, el tema de los medicamentos le era imposible saber si lo curaría o si es que lo matarían. Y lamentablemente cuando fue creciendo, se dio cuenta de que nada suministrado con la dosis de los humanos le servía, así que finalmente tuvo que soportar los resfriados con la esperanza de no morir.- Les pido que por favor se acerquen para entregarles sus diplomas-. Pidió aquel hombre tomando uno por uno los papeles que luego serían entregados a cada uno.

Y así fue. Cada vez que nombraban a una persona se acercaban y les entregaban su diploma, hasta terminar con todos. Fue una larga noche, pero ya siendo lo último, a casi nadie le importó.

-¡Ay mi gatito ya se graduó!-. Samuel por otra parte era el que demostraba más emociones ante todo esto y como siempre, Guillermo se quedó parado sin saber que responder.

-Mejor vayámonos a casa. tengo que alimentar a mis gatos-. Dijo acomodándose su gorra para tapar su sonrojo que se hizo evidente.

-Está bien, pero antes dime por que tienes gatos. Hace un tiempo que me lo pregunto-.

-Porque me gustan, también con ellos tengo más temas de conversación-. Dijo eso último riendo. Pero a Samuel no le pareció muy buena esa respuesta y por eso comenzó a caminar más rápido dejando a su novio atrás.- Samuel, no te enojes, fue solo una broma-.

-Bromas le dices ahora-.

-¿Te vas a sentir solo por eso?. Si te ibas a poner así mejor no hubieras preguntado-. 

-Eso veo. Pero dime si es verdad lo de los gatos-. 

-¿Qué cosa?-.

-De que prefieres hablar con ellos antes que conmigo-. Guillermo negó riendo.

-Tu para que te crees todo o que digo. Si sabes que de alguna manera hablo más contigo porque no puedo trasformarme muy seguido en gato para hablarles-. Respondió abrazándolo por la espalda. Samuel al ver la muestra de cariño por parte de su pareja, dejó el enojo de lado para darse la vuelta y abrazarlo.

-¿Por qué no me quieres decir la razón?, hace unas semanas pasabas horas en tu forma de gato roñozo-.

-Me siento un poco mal, es todo. Pero ya se me pasará-. Dijo Guillermo mirando hacia un lado, sintió que alguien se estaba acercando.-Samuel... ¿A quién invitaste?-.

-¿Ya te diste cuenta o aún no?-. Él antes de ir a la graduación de Guillermo, llamó a unos viejos amigos que no veían hace unos cuantos años. 3 para ser exactos.- No los vemos desde que les dijimos sobre lo nuestro y pensé que como esta ocasión es especial, ellos debían estar aquí-. Aún recuerdan lo que sucedió ese día. Era otoño y hace unos pocos días Alex y Mangel los habían vuelto a contactar. Así que de venganza, decidieron decirles sobre su noviazgo el mismo día que se juntaron. 

-Mejor ven a darme un abrazo a mi que yo te protegí por años-. El primero en alegar fue Alex, aunque no lo admita extraña mucho a su amigo.

-¿Celoso?-.

Mi Neko 7u7 (Wigetta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora