17°Capítulo

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Samuel

-Guillermo... ¿Ya estás bien?-. Estoy notando algo extraño en él, en toda la mañana ha estado actuando normal para mi parecer, es como si su celo se hubiese esfumado en la noche.

-Sí, ¿No vez que estoy comiendo?-. Pero veo que su forma de tratarme es distinta, como si tuviera la culpa de haberle hecho alguna cosa.

-Ya pero...-. No sé que decirle para tratar de averiguar lo que le sucede, me da miedo que me diga algo malo.

-¿Pero qué?¿Necesitas algo?-.

-¿Qué te pasa?-. Creo que es mejor ir al grano y pregúntale.- Me tratas como el culo y no te hice nada-.

-Bueno... No me pasa nada y además no es de tu incumbencia-. Bien... Creo que ya me enojé.

-Dime, no te voy a dejar en paz-.

-No me importa, métete en tus asuntos y deja los míos en paz-. Ok, ok... Debería hacer lo que me dijo, pero no señores, soy insistente.

-No me dejas otra opción...-. Me levanté rápidamente de la silla para colocarme poco más sobre él. De inmediato llevó sus orejas hacia atrás demostrándome que se había enojado.

-Aléjate de mi, ahora-. Sus mejillas cambiaron de color, lo que me pareció extraño viniendo de él, nunca lo hace cuando estoy a su lado.-Samuel ya-. Negué.

-Dime... ¿Tiene que ver con su sonrojo el que no me quieras decir?-. Interrogué a mi compañero apuntando con mi dedo índice su cara.

-N-No... Déjame tranquilo-. Poco a poco noté como su enojo iba aumentando.- ¿Puedes dejarme en paz?-. Iba a levantarse de su asiento, pero lo detuve colocando mis manos en sus hombros.

-Guillermo no te voy a dejar y lo sabes-. Bufó

-No quiero que estés cerca mío, entiende-.

-Hace dos días no decías lo mismo-.

-Ya pero sabes la razón por la que lo hice. Así que ahora déjame-. Viendo que no lo iba a dejar de ninguna manera, se transformó en gato y salió de ahí corriendo por la mesa.

-Ayer entendí otra cosa-. Se detuvo en el sofá.- Y sé que no estabas en tu momento de locura. Tu forma de tratarme era parecida a la de ahora-. Él se quedó sentado ahí sin hacer nada, solo estuvo mirándome por un buen tiempo hasta que me acerqué con su ropa.

Me senté en el sofá con sus cosas en mis manos. Luego de eso tomé a mi compañero para dejarlo sentado en mis piernas.

-Dime lo que quieras, no me voy a enojar-. Sonreí demostrándole que mis palabras eran sinceras.- No tienes que correr-.

-Está bien...-. Volvió a la normalidad quedándose aún sobre mis piernas.- Tápate lo ojos ahora si no quieres que te los arranque-. Hice caso a lo que me pidió.

Estuve así esperando a que terminara de vestirse. Ya después él tomó mis manos y las dejó sobre mis piernas.

-¿Qué quieres saber?-. Dijo ya más tranquilo.

-Desde ayer que me dejaste intrigado con lo que me dijiste-.

-Si te digo la verdad ¿Me dejarás en paz?-.

-Depende-. Suspiró

-Bueno ayer te dije eso por mi celo y ya, fin del tema-. Intentó irse otra vez pero lo tomé de su brazo haciendo que volviera a sentarse.-Samuel ya te dije, no me hagas buscar más donde no hay-.

-Guillermo responde con la verdad-. Lo miré seriamente a los ojos.- Ayer cuando me dijiste eso no tenías nada, te veías normal-.

-Maldición... Bueno sí. Te dije eso estando "normal" como lo dices. Pero no creas que fue cierto al 100%-. Hice una pequeña sonrisa.- Ahora déjame en paz-. Cuando volvió a levantarse nuevamente lo tiré, pero ésta vez para que cayera sobre mí.

-No ahora me toca a mí molestarte-. Lo sostuve como a una princesa, él intentó separarse de mí pero no lo dejé.

-Samuel yo-. No dejé que terminara de hablar y choqué mi boca con su mejilla.

-¿Quién molesta a quién ahora?-. Él solamente me miró con los ojos abiertos y su cara más roja que nunca.

-Eres un desgraciado-. Dijo frunciendo el ceño.- Ya déjame en paz-.

-¿Y si no quiero? Puedo hacer lo que quiera-.

-¡Pero conmigo no!-. Al momento de decir eso calló al piso golpeándose la nariz.-Auch-.

-¿Estás bien?-. Le pregunté mientras se levantaba. Imité su movimiento para revisar el estado de su nariz, la verdad no debe ser algo grave pero por mirar no pierdo nada.- Déjame ver-.

-No es nada, tranquilo-. Saqué sus manos de ese lugar y miré detalladamente por si encontraba algo, pero solo se veía que estaba algo roja.- Vez que no es nada-.

-Menos mal, caíste con todo tu peso en ella-. Pasó su mano por su nariz tratando de quitar el dolor.

-Te odio, siempre termino lastimado-. Reprochó golpeando mi cabeza.

-Y tú luego me maltratas, no hay diferencia-.

-Si hay mucha diferencia-. Dijo él con cara de no muy buenos amigos.- Tu te lo buscas y a mí solo me llegan las desgracias-. Pasó unos segundos.- Como tú-.

-Ah ahora dices que soy una desgracia para ti-.

-Sí pero...-. dejó de hablar. A este niño le gusta dejarme intrigado todo el tiempo.

-¿Pero qué?-.

-Pero la diferencia de las demás es que no me puedo deshacer de ti aún-. ¿Y eso?.

-Ya y... ¿Por qué?-.

-¿No será porque vives aquí y vas a la misma universidad que yo y además estudiamos juntos?-. Me miró levantando los hombros.-¿Por qué otra cosa más sería?-.

-No sé... Pero yo aún no puedo deshacerme de un problema. Y digamos que es algo molesto pero igual trato de no matarlo-.

-Espero que lo hagas luego, si no después te costará-. Dijo para luego darse la vuelta. De inmediato lo abracé por la espalda, noté como se asustó por hacer eso tan rápidamente.

-Ya me resigné al saber que no puedo deshacerme de él-. Mi compañero bufó para luego rotar quedando frente a frente conmigo.

-Samuel...-. Habló colocando sus manos en mis hombros.- ¿Me estás diciendo que yo soy ese problema?-.

-¿Quién dice que lo eres?-. Sonreí.

-Se por qué haces esto. Es tu venganza de cómo te traté estos últimos días, pero te voy a decir que no es nada chistoso-.

-Para mi lo es-. Sin que mi compañero se diera cuenta fui acercándome poco a poco hasta terminar a menos de un centímetro de su cabeza.- Pero si quieres dejó de hacer esto y cada uno se va por su lado-. Finalmente junté mi frente con la de él, se nota que no está pendiente de todo lo que estoy haciendo o si no ya se habría ido.

-Eres un caso perdido-. Dijo chocando sus boca con la mía en un beso corto pero a mí parecer sorpresivo viniendo de él.- Ahora sí me aburriste-.

Se alejó de mi transformado en gato. Al estár su habitación abierta entró rápidamente cerrando como pudo su puerta. Yo me quedé con toda su ropa en mis manos, pero después se la devolveré.

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Esto se está yendo a la mierda... Pero me gusta 7u7

Mi Neko 7u7 (Wigetta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora