Hospital Marie Curie #Sangore

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Nagore

Hoy era mi primer día en el Hospital, no había dormido nada, estaba nerviosa. Después de muchos años estudiando, por fin había conseguido un trabajo para ejercer de médico en un hospital de Madrid. 

Me tenía que presentar a las ocho de la mañana, en el Hospital Vella Sud y preguntar por Marta. Ella sería mi jefa y la que me presentaría a todo el equipo.  Antes de entrar al edificio, respiro hondo, empiezo una etapa que presiento que será muy importante, la verdad es que tengo muchas ganas de empezar. 

Me dirigo al mostrador, donde hay una chica con el pelo rubio hasta los hombros y con flequillo que le llega a la altura de los ojos. 

Nagore: Hola, buenos días, hoy es mi primer día, me dijeron que preguntase por Marta. 

Chica: Hola, buenos días, Sí, acompáñame, te llevaré a su despacho. Por cierto, yo soy Alba. 

Nagore: Encantada. 

Alba: Igualmente. Vamos.

Tras andar por los pasillos eternos, subimos dos plantas y me dejo delante de una puerta.

Alba: Este es su despacho. Dentro está Marta.

Nagore: Gracias, sin tu ayuda no hubiera sido capaz de llegar, esto es como un laberinto.

Alba: Si necesitas que te haga un tour por el hospital, ya sabes donde estoy. ¡Nos vemos! 

Nagore: Gracias, una vez más. ¡Hasta luego! 

Piqué a la puerta y me asomé. Ella estaba de espaldas, escribiendo algo en el ordenador y a los pocos segundos, se giró. Tenía unos ojos color miel, muy bonitos.

Nagore: Buenos días... Yo soy Nagore, es mi primer día, me llamaron y me dijeron que preguntase por usted. 

Marta: Sí, buenos días. Yo soy Marta, la coordinadora de los residentes, así que si necesitas algo, no dudes en pedírmelo. Ahora te presentaré al equipo con el que trabajaras. Y por cierto, no me hables de usted, que me haces mayor.

Nagore: Jajaja vale vale. Muchas gracias.

Marta: ¿Nerviosa?

Nagore: La verdad es que sí, pero muy ilusionada a la vez. 

Marta: Pues no te preocupes, que aquí somos gente maja. Mi objetivo, es que aquí, además de venir a trabajar, también se cree una gran familia, porque cuanto mejor sea el ambiente, mejor se trabaja. Antes de nada, aquí tienes tu identificación, recuerda que la tienes que llevar siempre visible. Venga, te voy a presentar a tus compañeros.

Me dio una targeta, donde figuraba mi foto y mi nombre. Salimos de su despacho, atravesamos una puerta de cristal y nos metimos en una sala, que era la sala de descanso donde había mucha gente. Marta me estuvo presentando a todos los que había allí. 

Por suerte, había más médicos residentes como yo, que tenían más o menos mi misma edad. Se llamaban Sandra y Laura. 

Laura: ¿No te han dado la ropa todavía no?

Nagore: No... Solo me han dado la identificación. 

Sandra: Pues si quieres, podemos ir a buscarlo. 

Marta:Sí, claro, así le ayudáis a traerse todo y le enseñáis los vestuarios. Pero no tardéis, que aquí en urgencias el paciente no espera. 

Nos fuimos las tres, de camino a recoger el uniforme, me estuvieron poniendo un poco al día, ellas llevaban dos años en este servicio y me estuvieron contando, también, las cosas más raras que habían visto. 

Me tuvieron que ayudar a llevar todo el material que me habían dado a mi taquilla. Tenía dos batas, dos pares de zuecos, también dos pijamas blancas y otros dos de color verde. Ya que fuimos a los vestuarios, aproveche y me cambié. Luego volvimos las tres otra vez a la sala donde están los doctores. 

Mi adjunto, el médico que me iba a enseñar, se llamaba Pablo. Aunque, como me habían comentado Laura y Sandra, mejor llamarle doctor Rodriguez. Era un señor alto, con el pelo negro, con una barba cuidada y tendría como mucho, diez años más que yo. 

De repente, el teléfono que había encima de la mesa, empezó a sonar. Lo cogió Pablo y nos dijo que estaban a punto de llegar tres ambulancias.

Pablo: Tu primer paciente. ¿Preparada?

Nagore: Sí, doctor Rodríguez. Preparada.

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Aquí os dejo el primer capítulo de la nueva historia. Espero que os guste. 

Twitter: EresRefugio

P.D: Si no entendéis algo, me lo dejáis en los comentarios. ¿Qué queréis que pase?