38

627 21 4
                                    

Un mes más tarde...

Sandra

Hace quince días que me habían introducido el óvulo de Nagore en mi útero. Hoy me tocaba hacerme el test de embarazo para comprobar que todo iba bien. Hoy podía cambiar nuestra vida para siempre. 

Nagore: ¿Preparada? Lo haremos juntas y que sea lo que tenga que ser. 

Sandra: Juntas, siempre. 

La doctora nos explicó que me iba a hacer un análisis de orina con el test de embarazo y también un análisis de sangre para, en caso de embarazo, confirmarlo. 

Tras hacerme esas pruebas tuvimos que esperar un rato los resultados. Estaba nerviosa, me sudaban las manos y no paraba de temblar. Nagore me agarró las manos para tranquilizarme.

Nagore: Tranquila cariño, que todo va a salir bien y si no nos quedamos embarazadas a la primera, lo seguiremos intentando las veces que haga falta. 

La doctora abrío la puerta y nos hizo pasar a su despacho. 

Dra. Martínez: Ya tenemos los resultados de las pruebas y... 

Nagore: ¿Ha ido todo bien?

Dra. Martínez: ¡Enhorabuena porque estáis embarazadas!

Nagore y yo nos miramos y de nuestros ojos empezaron a caer lágrimas de emoción. Era sin duda la mejor noticia de mi vida. No me podía creer que dentro de mi empezará a nacer un bebé. 

Me abracé a Nagore y no pude parar de llorar. Las hormonas ya empezaban a actúar. Tras separarnos, Nagore me agarró la mano con fuerza, era increíble todo lo que iba a cambiar nuestras vidas a partir de ahora.

Dra. Martínez: Ahora lo que toca es cuidarse, no coger peso, no comer nada crudo y por supuesto no fumar. Y descansar que estos primeros meses son los más durillos. 

Sandra: Por suerte, ni fumo ni bebo, así que eso está controlado. 

Nagore: Y lo de cuidarse, eso lo hago yo. La mimaré más todavía. 

La próxima visita la teníamos en un mes. Nos despedimos de la doctora y nos fuimos a casa con una sonrisa radiante. 

Nagore

Me desperté al escuchar un ruido en el baño, me levanté corriendo y vi a Sandra vomitando en el váter. Me puse a su lado y le recogí el pelo para que no se lo manchase. También le acaricié la espalda para tranquilizarla. 

Sandra: Vaya plan... Empieza bien el embarazo... ¿Me vas a querer igual después de todas estas cosas?

Nagore: Por supuesto, eso ni se pregunta. Te voy a querer mucho más que ahora, si eso puede ser.

Tras vomitar un poco más, la ayude a levantarse y la llevé de vuelta a la cama. Yo me fui a la cocina para prepararle una manzanilla porque no le apetecía café. Cuando volví a la habitación me la encontré profundamente dormida.

Me la quedé mirando un buen rato, era inmensamente feliz a su lado y nuestra vida iba a dar una vuelta de 360 grados con la llegada de un bebé. Me daba un poco de miedo no estar a la altura, no ser buena madre, en definitiva no hacerlo bien.

Sandra: ¿En qué piensas con esa carita?

Nagore: ¿Mmm...?

Sandra: Estás muy concentrada. ¿En qué piensas?

Nagore: En nada.

Sandra: Venga, cariño, dimelo. Mejor fuera que dentro.

Nagore: Pues estaba pensando en que tengo un poco de miedo de no estar a la altura. ¿Qué pasa si no soy buena madre?

Sandra: A ver, amor, los niños lo que más necesitan es amor y tu de eso tienes de sobra. No pienses eso porque estoy convencida de que serás una gran madre, formamos un buen equipo y además seguro que tú serás la madre buena y yo la mala.

Nagore: Jajaja eso seguro, gruñona. Pero una cosa... Aunque lo tengas tú, ¿serà de las dos verdad?

Sandra: Cariño, yo no me meto en esto sin ti. Anda ven aquí tontita.

Me senté a su lado y nos abrazamos. Sus abrazos eran cura, eran verdad y transmitían mucho amor. Entre sus brazos todo los pensamientos negativos desaparecían y te recargaban el alma.


----

¿Os ha gustado este capítulo?

¿Qué os gustaria, que fuese niño o nina?

Twitter: EresRefugio


Hospital Marie Curie #SangoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora