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Dos años más tarde...

Nagore

La vida seguía igual, Sandra y yo seguíamos trabajando en el mismo hospital aunque ahora teníamos más tiempo libre porque solamente trabajábamos por la mañana. Ya mismo nos íbamos a ir de vacaciones, habíamos ahorrado para irnos unas semanas a las Maldivas. Sería un viaje muy largo pero iba a merecer la pena, playas paradisíacas de tierra blanca para desconectar.

Teníamos las maletas ya casi hechas, nos íbamos esta misma noche para llegar al medio día a la isla. Tendríamos que hacer una escala pero así podríamos descansar durante el viaje. Eran más de 13 horas de viaje.

Laura nos iba a llevar al aeropuerto, la estábamos esperando en el portal de casa cargadas de maletas. Nos íbamos casi 20 días de viaje. Eran sin duda las vacaciones de nuestras vidas, no pararíamos de hacer aventuras por la isla.

Nagore: ¿Preparada para hacer mil aventuras?

Sandra: A tu lado estoy preparada para todo. 

Tras bajar del avión, recogimos todo el equipaje y en un coche nos llevaron al hotel, era un resort en medio de la jungla, desde nuestra habitación teníamos vistas al mar, la arena era totalmente blanca. Era el paraíso. 

Nos cambiamos de ropa, nos pusimos el bikini y nos fuimos directamente para la playa. La verdad es que estábamos cansadas del viaje, pero teníamos que aprovechar que estábamos de vacaciones, ya descansaríamos más tarde. 

Sandra

Habíamos pasado gran parte de la tarde en la playa, pero ya tocaba volver al hotel para cenar y descansar. No sabía si tenia más hambre o más sueño. Optamos por cenar algo rápido en la habitación y meternos en la cama, ambas estábamos muy cansadas. Nada más tumbarnos nos quedamos dormidas. 

Me desperté cuando estaba amaneciendo, había dormido casi 10 horas seguidas, salí a la terraza solamente con el pijama para contemplar el mar y el sol.

Nagore: Las vistas son inmejorables ahora mismo. 

Me giré y encontré a Nagore enrollada en las sábanas que me estaba mirando desde la cama. 

Sandra: Buenos días amor mío. 

Fui hacía ella y me tiré encima, le llené la cara de besos. Estuvimos un buen rato entre mimos y después pedimos desayuno para disfrutarlo en nuestra terraza con las magnificas vistas que teníamos.

Tras recargar pilas, bajamos a la recepción para concretar una salida en barco para esa misma tarde, queríamos hacer buceo y ver toda la riqueza marina que había en esa isla. También queríamos hacer un poco de surf pero sería otro día. 

Así que tras concretar la cita del barco para esa misma tarde, a las cinco de la tarde, también veríamos el atardecer desde alta mar, pusimos otra vez rumbo a la playa. No había gente y era como sentirte en paz, entre el sonido de las olas y la arena blanca, era como transportarte. 


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¿Os ha gustado este capítulo?

Últimamente me está costando bastante escribir esta historia, no tengo muy claro qué enfoque darle para los próximos capítulos, así que creo que lo mejor será dejar de escribir durante algunas semanas para buscar nuevas ideas e inspiración. Espero que no os importe, pero estoy segura que volveré con más fuerza que nunca.

Twitter: EresRefugio


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