22

811 32 2
                                    

Sandra

Tras estos días con los míos, tocaba volver a Madrid y al trabajo. Tenía muchas ganas de volver para ver a Nagore, estos días sin ella la había echado mucho de menos y además tenía muchas cosas que contarle. 

Salí de la estación cargada con mi mochila y mi pequeña maleta, allí me esperaba Nagore para recogerme. Le había pedido el coche a Laura para venir a buscarme. La abracé, desde que la conocía, me encantaba su olor. Y tras repartirle besos por toda la cara, nos pusimos camino a casa. 

Nagore: ¿Cómo ha ido por Barcelona?

Sandra: Pues genial, le he contado a mi madre lo nuestro, bueno, más bien ya lo sabía con solo mirarme. 

Nagore: ¿Y eso?

Sandra: Nada, que me ha visto que estaba más contenta de lo normal, siempre de buen humor y con brillo especial en los ojos. 

Nagore: Anda, mira que bien, tiene toda la razón tu madre. ¿Y quién es la afortunada que te hace estar así?

Sandra: Pues no sé... Una chica que esta loca de remate, pero que me tiene a mi aún más loca por ella. 

Nagore: Ohhh sí que has venido romántica de Barcelona, te sienta bien estar en tu tierra. 

Sandra: ¡Pues claro! Aunque yo no he dicho que seas tu eh jajajaja ¡Es broma! Por supuesto que eres tú, quién mejor que tú.

Nagore: Ya lo sabía ya jajaja No, ahora en serio, ¿y que le ha parecido a tu madre que estés conmigo?

Sandra: Le ha parecido genial, dice que eres una gran chica y que cuando vinieron a la inauguración ya vio la conexión entre nosotras. Así que ya te has ganado a tu suegra.

Nagore: ¡Me encanta mi suegra! 

Seguimos el trayecto hablando y riéndonos de todas las tonterías que nos decíamos la una a la otra. Mi sonrisa jamás se borraba si ella estaba cerca. 

Nagore

Por fin tenía a Sandra otra vez a mi lado. Pero ahora nos esperaba una buena temporada de trabajo. Nos esperaban varias guardias en una misma semana, pero la buena noticia era que íbamos a estar juntas en todos los turnos. Así que no íbamos a estar tan mal. 

Habían pasado ya unos días desde que Sandra había vuelto de Barcelona, pero no habíamos tenido un momento para descansar, nos pasabamos el día en el hospital y pisábamos nuestra casa solamente para dormir y poco más.

Cuando el trabajo nos lo permitiese tenía una sorpresa para Sandra, quería llevarla a una casa rural que estaba cerca de Madrid, estaba a una hora en moto y seguro que podíamos desconectar. También podíamos varias actividades al aire libre, entre otras pasear con caballos, me moría de ganas por hacerlo. 

Así que aproximadamente en un mes podíamos disfrutar del aire fresco y dejarnos envolver por la naturaleza. 

Nagore: Cariño, como necesito unas buenas vacaciones...

Sandra: Uff y yo... Vaya días más intensos estamos teniendo... No tenemos tiempo para nada... 

Nagore: ¿Dónde te gustaría escaparte unos días si pudieramos?

Sandra: Pues... La verdad es que me apetece mucho irme a la montaña, aunque yo soy muy de playa, ahora necesito esa tranquilidad que solo se respira en la montaña. 

Nagore: ¡Genial! Digo... A ver si podemos irnos unos días sí... ¡Qué yo también necesito tranquilidad.

Sandra: Pues sí, estaría bien sí. 

Tenía que ser más disimulada porque si no Sandra se iba a enterar de la sorpresa antes de tiempo. Así que utilicé la técnica de cambiar de tema de conversación para que no sospechara nada. 


----

¿Os ha gustado este capítulo?

Twitter: EresRefugio


Hospital Marie Curie #SangoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora