4

1.4K 48 10
                                    


Una semana después en casa de Sandra...

Nagore

Me dirigía a la casa de Sandra con dos regalos. Uno era una caja medianamente grande y el otro era una caja pequeña, que llevaba en el bolsillo de mi cazadora. Iba caminando ya que no me había traído la moto, me quedaban un par de calles para llegar. 

Piqué al piso que me había indicado Sandra y noté como la puerta se abría. 

Nagore: ¡¡Feliz cumpleaños guapa!! 

Sandra: ¡Muchas gracias! No hacía falta que me comprases nada... 

Nagore: Anda calla, tonta, si lo mejor de los cumpleaños son los regalos. A ver si te gusta...

Sandra: Viniendo de ti, seguro que si. Entra y tomate algo, mientas esperamos a que vengan todos.

Dentro del piso ya había gente, entre ellas Laura. Estuve hablando con casi todo el mundo, pero sobretodo con Laura y Sandra, eran las únicas que conocía. Después de un rato, donde estuvimos comiendo y bebiendo, de repente se apagaron las luces y salio Rocío, con una tarta en las manos y con las velas encendidas. 

Todos: ¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos cumpleaños feliz! 

Sandra se acercó a Rocío.

Nagore: ¡Pide un deseo antes de soplar!

Y mirándome soplo las velas. Tras repartir la tarta, nos sentamos en el comedor. Sandra se sentó a mi lado.

Nagore: ¿Me vas a decir qué deseo has pedido?

Sandra: No, porque si no, no se cumple.

Nagore: Chica lista, claro. Por cierto, muy bonita tu casa. 

Sandra: Gracias. Es mi humilde morada. 

Nagore: Pues es muy bonita. ¿Pero donde está el baño?

Sandra: Jajaja ven, que te hago un tour por mi casa y te lo digo.

Sandra me enseño su habitación, un estudio que tenía y el baño. La verdad es que era una casa muy acogedora y no le faltaba detalle. 

Sandra

Tras enseñarle a Nagore mi casa y dejarla en el baño, volví al salón con todos mis amigos. Estaba siendo un gran cumpleaños, me lo estaba pasando muy bien. Era hora de abrir los regalos que me habían traído. Me senté en el sillón y empecé a abrirlos. 

Me habían regalado un fonendo de color azul turquesa, mi color favorito, dos entradas para ver a mi cantante favorito, Pablo Alborán, una chaqueta tejana personalizada con mi nombre y unas zapatillas para ir a correr. Me quedaba el último regalo, el paquete de Nagore. No tenía ni idea de que podía ser. Lo abrí poco a poco, estaba dentro de una caja. Cuando lo abrí, la miré.

Nagore: Así no tendrás excusa para no montarte en mi moto y dar un paseo. Espero que te guste. 

Era un casco de color negro con un relámpago amarillo en un lado. La verdad era que me encantaba, nunca había tenido un casco y me gustaba mucho. 

Fui abrazando uno por uno a todos mis amigos, para agradecerles los regalos. 

Sandra: ¡Ven aquí motera!

La estreché entre mis brazos.

Nagore: ¿Te ha gustado?

Sandra: Sí, mucho. ¡Muchas gracias! Ahora ya no te libraras de mi.

Nagore: Yo no quiero librarme de ti. Un placer ser tu motorista favorita.

Sandra: ¿Quién ha dicho que seas mi motorista favorita?

Nagore: Tu sonrisa.

La verdad es que me había pillado y había hecho que tras sus palabras me pusiera roja. 

Nagore

El cumpleaños estaba llegando a su fin. Muchos de los amigos de Sandra se habían ido ya, quedábamos pocos, que estábamos ayudando a recoger. 

Sandra: Muchas gracias chicos por ayudarme, no hacía falta.

Laura: Es lo mínimo que podemos hacer después del súper cumple al que nos has invitado.

Cuando estaba todo recogido, me fui al baño, pero antes deje la cajita que tenía en mi cazadora encima de la almohada en la habitación de Sandra, junto a una nota con mi nombre. 

Nagore: Bueno, chicos, yo me voy ya, que mañana tengo que madrugar.

Sandra: Muchas gracias por venir, me ha encantado tu regalo. Espero que lo pueda estrenar pronto.

Nagore: Cuando quieras.

Nos despedimos con dos besos y un abrazo. La verdad es que me lo había pasado muy bien. 

Sandra

Cuando todos se fueron, fui a mi habitación y me encontré encima de la almohada una caja pequeña. Vi una nota, en el que ponía 'Nago'. Lo abrí y dentro había una pulsera de cuero fina con una estrella de mar. Me la puse y le mande una foto. 


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Estuvimos hablando un rato más hasta que ambas nos fuimos a dormir, ya que nos habían dado las dos de la mañana hablando. 


----

¿Os ha gustado?

Los próximos capítulos habrá más tonteo y más momentos juntas. 

MUCHAS GRACIAS POR TODO EL APOYO QUE LE ESTÁIS DANDO A LA HISTORIA. 

Twitter: EresRefugio






Hospital Marie Curie #SangoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora