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Nagore

Sandra me estaba proponiendo tener un hijo. A mi me encantaban los niños, siempre me había gustado ser madre pero la propuesta de Sandra me había pillado en fuera de juego, no me la esperaba. 

Sandra: No hace falta que contestes ahora... Es una decisión que hay que pensarse muy bien. 

Nagore: No, no... Es simplemente que no esperaba que me propusieses esto. 

Sandra: Tú tranquila, no tienes que responderme ahora, sé que te lo tienes que pensar y es normal. 

Nagore: No es eso, es que no me esperaba que me lo dijeses pero la respuesta la tenga más que clara. Por supuesto que sí, me muero de ganas de tener una mini Sandra correteando y enseñarle todo lo que mis padres me han enseñado a mi. Además que no me quiero perder la imagen de ti con un bebé entre los brazos. 

Sandra me abrazó, no podía parar de llorar de la ilusión que le hacía que tuviéramos un bebé, era un paso muy importante en nuestra relación.  Yo también me emocioné, sin duda era la cosa más importante que iba a hacer en mi vida. 

Sandra

No cabía en mi de toda la emoción que tenía por que Nagore aceptará ser madres, era nuestro último día en Las Maldivas pero eso no importaba. En realidad quería volver a Madrid para empezar con el tema del embarazo, porque iba a ser un camino largo, no sería tan fácil como cualquier pareja heterosexual. 

Y también tenía muchas ganas de contárselo todo a mi familia. Pero antes había que disfrutar de este paraíso, sin duda este viaje no lo iba a olvidar jamás. Pero 

Sandra: Cariño, podíamos ir hoy a surfear. ¿Qué te parece?

Nagore: Me parece que me encantas. 

Nos fuimos para la playa y en un puesto de surf que nos habían recomendado desde el hotel encontramos a Michael, el era un auténtico forofo de este deporte y se dedicaba a dar clases a los turistas. 

Antes de meternos en el agua nos explicó algunos trucos en la arena. No iba a resultar fácil aguantar el equilibrio encima de la tabla con el vaivén de las olas. Pero había que intentarlo. Nos metimos en el agua pero cada intento que hacía acababa en el agua a los pocos segundos, la que lo estaba consiguiendo poco a poco era Nagore. 

Yo salí del agua tras varias caída, tenía el cuerpo amoratado, me quedé en la orilla mirando a Michael y a Nagore. Ella se había caído pocas veces y estaba a punto de coger su primera ola. 

Nagore

Tras la sesión de surf de la qual estaba muy contenta porque había conseguido aguantar encima de la tabla bastante tiempo nos fuimos al hotel, nos teníamos que preparar para la última cena en Las Maldivas y también había que preparar el equipaje. 

Nagore: Cariño, jamás voy a olvidar este viaje. ¡Ha sido increíble! 

Sandra: Ya ves... Hemos vivido experiencias únicas pero lo mejor es que aún nos quedan muchas más por vivir y siempre a tu lado. 


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