8

1.2K 46 5
                                    


A la mañana siguiente...

Nagore

Me desperté con mucho dolor en la cabeza. Antes de dormirme me había curado la herida pero durante la noche, se había abierto y había manchado todo de sangre. Así que tuve que cambiar las sábanas.

Mientras estaba desayunando, recibí un mensaje de Sandra preguntándome cómo estaba, si había pasado una buena noche, le expliqué todo lo que me había pasado. Y le dije que le había hecho caso con lo del hielo. 

Ni ella ni yo trabajamos hoy. Así que le propuse ir al cine por la tarde, así también podíamos ver alguna tienda en el centro comercial. Sandra acepto, así que habíamos quedado que a las cuatro la recogería en su casa.

Así que aproveché para ordenar la casa, hacerme la comida y también estuve hablando con mis padres y mis amigas por FaceTime. Con ellas nunca faltaban las risas pero tampoco faltaban las preguntas sobre mi vida amorosa. 

María: ¿Qué ya tienes novia? ¿Qué tal con la chica esa?

Nagore: Muy bien, es muy guapa y la verdad es que tenemos muchas cosas en común. Pero quiero ir poco a poco...

María: Lo que yo te digo, te conozco y pasarán los cinco años y no le pedirás salir 

Nagore: ¡Qué exagerada eres! Pues esta tarde he quedado con ella para ir al cine.

María: ¡Y hacer manitas! 

Nagore: Jajaja que no, mujer, tu no entiendes lo que es ir poco a poco...

Pilar: Pero dinos por lo menos como se llama, mujer.

Nagore: Se llama Sandra. Y no os digo más que seguro que la buscáis y me la asustáis. 

María: ¡Qué mala imagen tienes de nosotras!

Nagore: La imagen real

Las tres nos empezamos a reír. Me despedí de ellas y salí corriendo de casa, porque ya iba tarde. Cogí la moto y fui esquivando los coches hasta que estuve en el portal de Sandra. Ella me estaba esperando con una sonrisa. 

Nagore: Siento el retraso... Es que me he liado en casa hablando con mis amigas... 

Sandra: No te preocupes, si solo han sido diez minutos.

Se puso el casco y se montó en la moto. Me agarró por detrás y apoyo su cabeza en mi espalda. De tan pegada que estaba a mi, podía notar su respiración en mi espalda. Así estuvimos todo el camino.

Sandra

Al final decidimos ver una película de miedo, aunque a mi ese genero no me gustaba mucho, yo prefería una película romántica, pero tuve que ceder con la condición que la próxima vez veríamos una que me gustase a mi. 

Así que tras comprar la bebida y las palomitas nos sentamos en nuestras butacas. Se apagaron las luces y yo ya me empecé a asustar por cualquier ruido, lo iba a pasar realmente mal durante la película. 

En la primera escena ya me pegue un buen susto y me hice un ovillo en el asiento. 

Nagore: ¿Tienes miedo?

Sandra: Un poco y eso que acaba de empezar. 

Nagore paso un brazo por detrás de mi cabeza para abrazarme, yo apoyé mi cabeza en su pecho. y con la otra mano me acarició la pierna para que me tranquilizara.

Nagore: ¿Mejor?

Yo simplemente asentí, aunque de vez en cuando me daba algún susto por la película pero al escuchar su corazón me tranquilizaba. Para no ver el último trozo de la película, subí la vista para verla a ella, que mantenía la sonrisa a pesar de los gritos y la sangre de las escenas. 

Cuando acabó la película, ella bajo la vista y me miró. 

Nagore: ¿Te ha gustado?

Sandra: La verdad es que no le he prestado mucha atención.

Nagore: ¿Y entonces que has estado haciendo todo el rato?

Sandra: Escuchando tu corazón y contemplando tu sonrisa.

Ella se sonrojo. Me volvió a mirar para después mirar mis labios. Yo le acaricié la mejilla nerviosa por la cercanía y poco a poco nuestra distancia fue disminuyendo hasta que noté sus labios encima de los míos.  

Fue un contacto suave, Nagore se separó y abrió los ojos, yo la miré a sus ojos verdes y la agarré del cuello para volver a besarla. Esta vez sin nervios y con seguridad. De repente encendieron las luces de la sala y ambas tuvimos que cerrar los ojos para acostumbrarnos a la claridad. 

Nagore

Salimos del cine en silencio. Desde que nos habíamos besado no habíamos hablado, mi corazón estaba desbocado. 

Nagore: Te invito a cenar. ¿Dónde quieres cenar?

Quería pasar más tiempo con ella. 

Sandra: Nagore, será mejor que me vaya a casa... Estoy cansada...

Nagore: Pero tendrás que cenar.

Sandra: Es que me duele el estomago.

Nagore: ¿Estás bien?

Sandra: Sisi, es simplemente que estoy cansada. 

Nagore: Venga, te acerco a casa.

Nos dirigimos hacía la moto y nos subimos en silencio. Hicimos todo el trayecto sin hablar hasta que llegamos a su portal. 

Nagore: Sandra, ¿todo está bien?

Sandra: Sí, tranquila. Es simplemente que estoy cansada.

Nagore: Vale, pues descansa. Luego te escribo para saber como estas. 

Nos despedimos con un beso en la mejilla y me fui. La verdad es que en esa tarde había pasado de todo y necesitaba relajarme, así que me puse a conducir por la ciudad y cuando pare llamé a María, aunque a veces era muy bruta era la persona que me daba los mejores consejos.


----

¿Qué pasará? 

¿Os ha gustado?

Twitter: EresRefugio

Hospital Marie Curie #SangoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora