Cuidados y sonrisas

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Había cerrado mis ojos, no sé por cuanto tiempo, mi cabeza aún me dolía y desperté al oler un aroma delicioso, escucho pasos hacia arriba

- Hola, ya estas despierta... Marylú está comiendo una sopa preparada por su padre- dice en susurro Runako- creo que te extraña mucho, ella dice: mamá- mami y señala con su bonito dedo hacia acá arriba- esas palabras me hieren mi ser. Mi niña, yo también la extraño y eso que sólo han sido unas horas sin verla, me moriría dejarla sola y desamparada un día.

-Tu no cocinas... ¿Quién cocinó esa sopa que está comiendo Mary?- él sonríe

- Le pedí a Melinda que me hiciera una sopa para darte, mientras iba por el medicamento

-Mmm vaya, huele rico desde aquí.

- Voy por tu sopa, sólo venía a comprobar que estuvieras despierta...- se gira sobre sus talones, cuando calculo que va bajando las gradas lo escucho gritar con amor:

- Marylú, ¡no botes la sopa! la comida no se bota... Ohhh no, no, no.... hijaaa... bien vamos para tu cuarto a jugar en tu encierro, mientras mamá come. 

- Mamiiiii- grita Marylú- mamá no come echo... caca.... - escucho a Runako reír

- Eres una niña con un paladar exigente- le dice Runako- no sólo de biberón viven los niños, nena.

-Papitooo.... name... papitooo echeee a miiii- llora, yo me río, él debe aprender a lidiar con ella sin consentirla demasiado ni negarle todas las cosas. Escucho que suben conversando, es algo entre ellos, en susurros escucho cuando Runako le dice:

- Mamita, está enferma, tiene ay ay ay...- los veo frente a la puerta sin entrar, se me quedan mirando ambos de ojos verdes preciosos, la claridad irradia en sus mejillas, son tan parecidos y guapos.

-Mamáaaaa... ta domia... sshshs- pone su dedito para que su padre guarde silencio- yo con los ojos entre abiertos los veo, no hago mucho movimiento para que ella no se altere y desee irse a mi cama. Hasta mañana podré tocar a mi niña.

- sii shshsh, vamos a tu encierro mientras mamá come....ahora te veo nena- ella se queda jugando con un sin números se sílabas sin formar.

Runako baja corriendo y trae una taza no muy grande de sopa

- Bien ahora toca darle de comer a mi reina...- me sonríe

-Yo puedo sola, tal vez no desee mucho- me niega con la cabeza

- Debes comer...yo te cuidaré... te consentiré.... te mimaré- se sienta a mi lado- siéntate por favor-me pide con cariño.

-Yo lo puedo hacer sola...- insisto

-De eso nada, estoy aquí para cuidar de mis dos chicas...-dice esto clavando sus oscuros ojos en mi boca y con su manos giraba la cuchara en mi sopa, supongo que está caliente-abre la boca-me ofrece una cucharada de sopa, me siento ridícula, abro la boca y él me da la sopa y así hasta terminarla toda.

-Estaba deliciosa... muchas gracias, enfermero Renacuajo...-ríe y me arruga el corazón de amor, tenerlo así tan cerca, sus brazos, sus dientes blancos, su hermosa sonrisa y ese olor entre perfume y olor natural, me están volviendo loca...Me mira firmemente y sabe que estoy perturbada

-¿Tienes miedo, verdad?

-Mmm ¿De qué o porqué lo dices?

-De volver a confiar en mí, de volver a creer en mi...

-Mmm yoo, este... la verdad...

-Shshs ... no digas nada, yo te entiendo, te daré el tiempo que sea necesario, nada más, no me rechaces y dame la oportunidad  de reivindicarme... de verdad te amo, nena.

MarylúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora