Me quedo mirando hacia la puerta donde vi salir al hombre que me dejó con muchas dudas... hoy esta extraño. Después de limpiar el comedor y recoger la cocina decido ir a mi cama algo confundida.
Mi reloj personal en la mañana no me falla, es maravilloso, escuchar su llanto por la mañana, porque me doy cuenta que hoy nuevamente me está dando una oportunidad de verla, escucharla y disfrutarla, salgo disparada hacia su cuarto, lloraba como si el mundo se le iba a acabar jejeje
-Mi bella, ya calma, vamos por tu sabroso biberón- ella en mis brazos va calmando su llanto, es una manipuladora en miniatura.
Luego de bañarnos y vestirnos salimos hacia la calle en busca de un taxi, llegamos a la oficina del abogado con noticias grandiosas, por supuesto lo digo y lo pienso con sarcasmo. Entramos y renacuajo ya estaba ahí
- Hola, pensé que no vendrían...
-¿Y eso por qué?
-Tenía ganas de verlas- me mira penetrante, pero lo siento serio.
-Buenos días- nos interrumpe el abogado tras ser anunciado que nosotros estábamos allí- pasen adelante.
- Buenos días Eusebio. Creo que ya estamos de acuerdo respecto al cuido y educación de Marylú.
-Me parece excelente noticia- dice muy efusivo.
- Por supuesto desde hoy mismo se irán a mi casa. Digo a nuestra casa- me mira y sonríe, pero no me es una sonrisa de felicidad.
- ¿Por qué tanto apuro?- lo miro con duda
-Me urge que ya estemos viviendo juntos para disfrutar de mi hija al 100%...- me mira y quita la mirada, Marylú mira a su padre y le sonríe, como si entendiera lo que él acaba de decir, patea los pies y balbucea algo mientras lo mira con sus ojos verdes a los ojos verdes de él. Él la mira y yo sin pensarlo se la paso, él toma a la bebé como si fuera un saco de papas sucias, con los brazos muy extendidos, yo me sonrío y él me penetra con la mirada seria. Me la da de regreso y la bebé se le queda mirando y sigue moviendo los pies y balbuceando algo a él, veo en sus labios una fugaz sonrisa, pero muy fugaz.
Al terminar con el abogado, salimos a la calle, él llevaba el bolso de Marylú.
- Lo siento hoy no las puedo llevar, debo estar en el canal en 15 minutos, pero ya desde hoy las disfrutaré en mi casa, la compañía de mudanza ya están enterados de tu dirección y una persona de mi confianza llegará para llevarlas. Trataré de llegar para almorzar juntos, me esperan.
- De acuerdo, gracias- digo esto confundida, él es muy autoritario, mandón y hoy anda muy raro, diferente muy extraño. Le da un beso en la cabeza a su hija y a mí me mira muy frío, como distante. Se da la vuelta y me mata con su espalda ancha, su caminar seguro, sus brazos fuertes y su trasero... uff vaya que hoy hace calor....
Llegamos a casa y en cuestión de 10 minutos ya están en la puerta de la casa la compañía de mudanza. Ellos se encargaron de empacar, igual y mi casa no es nido de ratas, tengo pocas cosas, pero muy valiosas. Y lo que me llevo es lo esencial, no voy a descartar mi casa.
Vuelven a tocar al timbre, cuando abro con la niña en brazos veo a un señor adulto como de unos 50 años, me mira sonriente.
- Buenos días Señorita Miranda, soy Jonás Grunm- siguen los nombres impronunciables- soy el chófer y mano derecha del Señor Runako.
- Ah... mucho gusto, pase adelante.
- Vengo para llevarlas a casa, veo que aquí ya queda poco- mira hacia la casa y sonríe- me transmite confianza.
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Marylú
RomanceUn periodista exitoso, guapo, de mundo y soltero empedernido siente morir cuando un abogado le notifica que tiene una hija, sin darse cuenta que por dicho suceso conocerá a la mujer de su vida y su hija le robará el corazón, ese corazón que nunca p...