Marylú

Un dolor desgarrador

 Mi cuerpo temblaba, el de Runako también, sacó su pañuelo y se limpió las lágrimas amargas que recorrían su rostro, había envejecido 10 años en un instante.  Isabella se quejaba aferrada a un rosario en sus manos y lágrimas caían en sus manos unidas.

Mi niña va a estar bien... Dios tiene que estar bien.

Prefiero mil veces padecer yo y no mi Marylú.

Me levanto del regazo de Runako, necesito sentarme en mi propio espacio, donde hable con Dios, con ese Dios que me han dicho da vida. Otra vez.

Me siento en la esquina a la par de Runako de frente a la puerta de la habitación de Marylú,  nadie sale, nadie entra, el mundo se detuvo.

Bajé mi rostro y lo meto entre mis manos:

Dios porrr favorr... no soy nadie para pedirte esto... pero aquí estoy otra vezzz.. es por mi niña... es una bebé.  Diosss sánala... cuídala... no te la lleves... me moriría si eso ocurre.... Dios mi alma se ahoga sin mi niña... es mi bebé. Diosss si tu existesss no te la llevess porrr favorrr - le ruego llorando al que está en el cielo.

No sé cuánto tiempo pasó, mi mundo se detuvo y mi corazón se estremeció cuando vi abrirse la puerta, Alcides salía con los hombros derrotados, en sus manos traía el peluche rosado de Marylú,  lo apretaba con tanta fuerza que su puño estaba blanco, apretaba tanto como queriendo desahogar un dolor inhumano en ese peluche. Dejó caer el peluche al piso, todo lo vi en cámara lenta.

-NOOOOOOOOOOOOOOO...grité poniéndome en pie y correr hacia la habitación,  pase golpeando a Alcides al pasar, tiré la puerta y la imagen fue desgarradora, mi niña yacía sin vida y con el pecho abierto con marcas en su pecho, donde habían intentado resucitarla. No logré llegar hasta la cama a pocos centímetros caí al piso devastada, escuché los rugidos de dolor de Runako y correr hacia Marylú,  se tiró sobre sus hombros y la zarandeaba para despertarla,  su llanto era un rugido como de León herido.

-MARYLÚUUUUUUUU DESPIERTA.... ABRE LOS OJOS MI NIÑAAAAA.... NENAAAA POR FAVORRRRR.... HABLAMEEEE.... AQUI ESTA TU CONFITEEE QUE ME PEDISTE.... HIJAAAAAA HABLAMEEEE..... AQUI ESTA TU PAPITOOOO... MI VIDAAA- su llanto en grito se fue apagando, pero siempre encima del cuerpo de la niña.

Yo sentí unas manos que me levantaban del piso, no miré quien era, sólo le agradecí que fuera mi sustento para llegar a la cama, mis lágrimas eran un rio desgarrador, llegue hasta tu rostro y lo besé,  sus ojos verdes ya estaban cerrados, esos ojos verdes que nunca más volveré a ver... esa boca que nunca más dirá: mamita.... planeta planetalio... Ya nunca más vera a su amiga Dola....

Mi niña,  mi hija, mi bebé ha muerto...

-Siempre te voy a amar mi cielo.... te amo- le dije besando su frente.

Pasaron 10 minutos y Linda me tomó de la cintura

-Lamento mucho está terrible pérdida- creo escucharla sollozar. Yo asiento y veo que otra enfermera se lleva a Runako  a regañadientes hacia afuera-vamos Miranda debemos preparar la salida de la niña y el acta de defunción. Deben esperar afuera.

-No... yo me quedaré a su lado, nunca la voy a abandonar, nunca. Siento mi corazón quebrantarse, mi garganta no pasa ese nudo grueso que me ahoga y me consume sin sentido mi alma.

Casi quebrantada llego hasta el sillón.

-Isabellaaaa mi niña... mi hija ha muertoooo.....noooo nooo

-Miranda debes calmarte-me abraza fuerte y Runako muy devastado se sienta a mi lado y me pasa un brazo en mi hombro.  Veo el mundo girar pero yo sigo quieta, mi mundo no gira, se ha detenido. Veo llegar a mamá quien corre hacia mí, Fanny, Rinekta con un hombre, creo que su esposo,  Melinda llorando, Isabella se abraza con su esposo y por último veo llegar a Fernanda...toda maquillada y vestida con un corto vestido negro. Como si fuera un desfile de moda.