Simon estaba un poco molesto por haber escuchado la sugerencia de Jace, por culpa de ello, se había perdido el despertar de su hijo. "Ya hueles a rancio, ¿Cuánto hace que no sales de la habitación? ve a que te un poco de aire y luego regresas, yo estaré aquí cuidando de mi sobrino hasta que vuelvas".
Y el castaño le había hecho caso, aprovechó esos minutos para ir al parque frente al hospital y llamar a su madre y hermana para contarles sobre el estado de salud de su hijo, había confiado en que Jace le avisaría si el médico llegaba antes de que el regresara, pero cuando regresó a la habitación de Gideon, se dio con la sorpresa que no solo había venido el médico, si no que también su hijo había habierto sus ojos por unos minutos.
Estaba furioso y no podía gritarle al estúpido que tenía por cuñado ya que no lo encontró por ningún lado, el muy cobarde había huido. Tomó su celular y mando mensajes amenazantes y lo único que obtuvo fue una respuesta que lo hizo enojarse más de lo que ya estaba «lo siento Simon, tomé mucho jugo y me dio ganas de ir al baño..., Cuando regrese el doc ya se había ido ». Simon hubiese querido lanzar su celular y dar justo en la nariz del teñido «No pudiese amarrarte el pene, solo fueron 15 minutos, 15 minutos...».
A la mañana siguiente Simon ya se encontraba calmado, había estado velando el sueño de Gideon el solo, ya que Ed, se llevó a Camille a descansar a casa, ella llevaba un par de días sintiéndose muy cansada y también estaba un poco afiebrada. Un rayo de sol se coló por la ventana y fue a dar justo en el rostro de su hijo, así que apresurado fue a cerrar las cortinas y luego se acercó a la cama para ver que ese incidente no haya perturbado el descanso de Gideon, todo parecía ir bien.
Sin percatarse, Simon dio leves caricias en las pantorrillas de Gideon y se dio cuenta que su piel estaba fría, preocupado, tomó sus pies los cuales estaban helados y frotó suavemente tratando de darle calor, estaba tan concentrado en su labor que se asustó cuando escuchó una risa.
— jajaja..., Me haces cosquillas papá, no..., Jajaja, Papá..., No sigas...
Simon no pensó volverla a oír, la risa de Gideon era solo un recuerdo lejano en su memoria, recuerdos de aquellos días compartidos antes de que ellos supieran que Alec estaba vivo.
Lágrimas de felicidad cayeron y prácticamente se abalanzó sobre su hijo, lo abrazó sin hacerle daño, pero sosteniendo su frágil cuerpo firmemente.
— ¿Qué pasa papá? ¿Por qué estás llorando?
— Felicidad..., tus piernas... — las lágrimas eran tantas que no podía formular oraciones.
Gideon que hasta ese momento no se había dado cuenta, se sobresaltó, fue una total sorpresa para él, miró hacia sus pies que sobresalían de las frazadas y trató de moverlos pero nada sucedió — No puedo moverlas, papá... — lágrimas tristes inundaron los ojos del menor — no puedo moverlas..., No las siento...
En eso un doctor entró apresurado acompañado de una enfermera y sacaron a Simon para atender al paciente que se estaba desestabilizando, el equipo que monitoreaba sus signos vitales mostraba que estaba muy alterado así que le aplicaron un sedante.
— ¿Qué pasó ahí? ¿Por qué el paciente estaba tan alterado? — el doctor estaba muy molesto
— El, el sintió..., El pudo sentir cosquillas en sus pies...
El doctor lo miró como si estuviera loco — ¿Estaba usted dormido...? ¿Acaso alteró la salud del paciente solo por un sueño...?, Mire señor, el paciente aún está en estado crítico, el daño a su columna es irreversible, se lo he explicado, es lamentable, pero el joven Smith no volverá a tener movimiento ni sensaciónes en las piernas. Todos los estudios que se le han realizado indican que la mitad de su cuerpo está....
— Yo sé lo que vi, mi hijo río cuando frote sus pies, el contrajo sus dedos...
— Eso es imposible los estudios demuestran...
— No los hicieron bien, mi hijo...
— ¿Qué está pasando aquí? — justo en ese momento Ed, Camille y Alec estaban llegando. El doctor se apresuró a darle detalle de lo que había pasado con el paciente y eso solo entristeció a los recién llegados. Ellos habían visto y estudiado todos los estudios realizados a Gideon y habían llegado a la misma conclusión que la junta médica.
Alec se acercó a Simon tratando de reconfortarlo y hacerle entender que Gideon ya no volvería a caminar, pero el dijo que no, que su hijo había sentido su toque y lo iba a demostrar cuando despertara.
— Antes de que el paciente se quedara dormido estimulamos sus extremidades inferiores, pero no mostró ningún signo que nos mostrara que había un cambio, deje de darle esperanzas al paciente, si usted vuelve a alterarlo prohibiré la entrada a su habitación — Dicho esto el médico se retiró muy enojado.
Todos entraron a la habitación y calmadamente Camille intentó explicarle que su hijo ya no volvería a caminar, pero Simon les dijo que estaban equivocados.
A la hora del almuerzo Camille estaba sentada al lado de la cama esperando que su hijo despertara, Simon permanecía alejado y a su lado Alec y el doctor, todos esperaban que Gideon abriera sus ojos para que así la rubia tocara sus pies y pudieran constatar que lo que decía Simon solo eran los deseos de un padre que quería ver a su hijo de pie. Nadie creía en sus palabras, pero Simon estaba seguro que lo que pasó esa mañana no era producto de su imaginación.
Gideon abrió sus ojos lentamente y se sobresaltó cuando vio a todos mirándolo. — Hola — saludo tímidamente.
Simon intentó acercarse pero fue detenido por Alec, que le indicó que esperara un momento, Camille besó la frente de Gideon cariñosamente y luego camino de manera disimulada hasta situarse al pie de la cama donde Ed la esperaba, ambos le hablaron de trivialidades para distraerlo y de pronto, tomaron sus pies, presionaron un poco, le hicieron cosquillas e incluso Ed le pellizcó, pero el adolescente ni siquiera reaccionó, Camille entristeció, por un momento la esperanza había vuelto y ahora la realidad la golpeaba aún más duro.
El doctor parecía satisfecho ya que demostró que el tenía razón, no dijeron nada más, Gideon parecía haber olvidado lo sucedido en la mañana asi que luego de saludarlo y decirle que estaban felices por su recuperación le dijeron que saldrían un momento a hablar con el médico.
Todos caminaron a la salida menos Simon, el castaño con lágrimas en los ojos se acercó al pie de la cama y con manos temblorosas tomó los pies de su hijo mientras se repetía que no fue un sueño, que su hijo si había sentido el toque de sus dedos. Acarició suavemente y luego se agachó llorando silenciosamente y dejó un suave beso en la planta de sus pies.
Una suave carcajada se escuchó en la habitación haciendo detener a todos los que estaban por salir — No me hagas cosquillas papá, tu barba pica y me hace reír.
Simon levantó el rostro y sonrió, él no había soñado, su hijo, su Gideon respondía a su toque.
Lamento tanta demora y atraso en las historia que tengo pendiente, pero mi creatividad e imaginación se jubilaron.
Intentaré sacarlas de su retiro, nos leemos pronto.