Una larga semana después del accidente Rafe estaba más calmado, aunque no menos preocupado, los recuerdos de aquel funesto día aún eran borrosos y por más que se esforzaba, no lograba recordar después de que cayera del hombro del enorme hombre que lo tenía cautivo. Según lo que Max le contó, él estaba en el suelo y el secuestrador le iba a disparar, pero el policía que había fallecido en el atentado había disparado su arma y con eso evitó que el disparo le diera en la cabeza, dando como resultado el balazo que recibió en el hombro.
Con el ceño fruncido miró su hombro, le picaba horrores y aún le dolía, pero era preferible aguantar la picazón y el dolor a estar muerto, suspiró cansado, no hacía nada más que estar acostado, pero aún así, su cuerpo estaba agotado. Decidió volver a dormir, pero le era imposible buscar una posición comoda con su pequeño cuidador ocupando casi toda la cama.
Sonrió enternecido cuando Max murmuró "ese pastel es mío tío Ragnor", lo observó unos minutos mientras con su mano izquierda acariciaba sus cabellos, su pequeño hermano se había quedado dormido a su lado después de haber estado jugando con su celular toda la mañana. Rafe bufó pensando en sí debería acusarlo con sus padres por andar durmiendo en lugar de cuidarlo como había prometido, cuando de pronto el celular de Max se iluminó por un mensaje y mostró la imagen de Rocket sosteniendo su arma, sonrió ante ello, su hermano era fan del personaje y su mal hablado amigo Groot, iba a leer el mensaje, de seguro era su padre avisándoles como le había ido a su tía Isabelle en el juicio, cuando de pronto su mano quedo a medio camino.
La imagen de Rocket se transformó en la de él disparando, Rafe soltó un jadeo ahogado y de pronto dejó de respirar, los recuerdos de aquel día llegaron tan rápido que era difícil procesarlos, el esfuerzo que hacía por respirar lo hizo jadear, pataleó cuando empezó a perder la consciencia y solo entonces Max despertó. Ver a su hermano con los ojos rojos y llorando lo asustó tanto que cayó de la cama, de inmediato corrió por ayuda y tuvo suerte de encontrar a Edward, el esposo de Camille, a punto de llamar a la puerta.
"Rafael, emergencia" el mensaje de texto enviado por Ed. hizo que Magnus y Alec abandonaran el juzgado en medio de la lectura de la sentencia a Isabelle y robaran el taxi de una abogada acompañada de sus hijos, en esos momentos nada importaba más que Rafael y Max.
Apenas llegaron al hospital encontraron a Max parado frente a una puerta, su hijo estaba pálido y temblando, lo abrazaron para calmarlo y justo cuando iban a tocar el doctor salió junto a unas enfermeras que llevaban una camilla en donde Rafe iba dormido, el doctor había dado la orden de llevarlo a su habitación, pero bajo estricta vigilancia. Magnus y Max acompañaron a Rafe, mientras Alec se quedo para hablar con el médico. El le explicó que Rafe sufrió un ataque de pánico muy severo y que estuvo sin respirar demasiado tiempo, pero afortunadamente las placas que le hicieron no indicaban daños internos, pero aún así por precaución le harían unas nuevas en unas horas.
Alec solo pudo respirar tranquilo luego de que Edward le dijera que todo estaba bien con su hijo y que en lugar de estar ahí debería de ir a su habitación para estar a su lado cuando despertara.
— ... él los va a necesitar a su lado cuando despierte, aún no sabemos que originó ese ataque de pánico, pero debe de ser algo grave si se puso tan mal — Alec solo asintió mientras se dejaba llevar por su amigo.
Rafe no permaneció mucho tiempo dormido, cuando despertó miró a todos extrañado preguntándoles qué hacían ahí cuando deberían de estar en el juzgado para la sentencia de su tía Isabelle, eso preocupó a Alec, su hijo estaba mostrando perdida de memoria y podría ser algo grave, pensó en la posibilidad de un coágulo de sangre que estuviera presionando su cerebro y eso lo aterró, estaba por llevarlo a emergencia cuando Rafe pareció despertar de un sueño y gritó.
— Yo lo mate... — Su respiración se volvió irregular, perdió la voz y un terrible temblor atacó su cuerpo, Rafe estaba teniendo un ataque de pánico otra vez.
Alec tiró sus muletas y se acercó cojeando, levantó a Rafe y lo colocó en su regazo para luego empezar a cariciar su espalda y hablarle suavemente — tranquilo hijo, escucha lo latidos de mi corazón y respira junto conmigo, despació.
Al inicio fue dificil llevar algo de aire a sus pulmones, pero mientras los segundos transcurrian lo logró, Rafe miró a su alrededor buscando a su otro padre y a su hermano, y los encontró a su lado, ambos lo miraban preocupados e inhalaban y exhalaban como si estuvieran enseñándole a respirar, no solo fue Alec, Magnus y Max también respiraban a su ritmo.
Cuando logró calmarse completamente, escondió su rostro en el cuello de Alec, no quería salir de ahí, tenía miedo, estaba asustado por la reacción que tendrían cuando les contara que era un asesino.
Mientras tanto, en el juzgado, Isabelle trataba de aferrarse a sus padres para que no se la llevaran, veinte años tras prisión era su castigo por los crimenes cometidos, el juez no fue indulgente con ella y no creyó ni una sola palabra de la defensa cuando intentaron hacer reducir la pena argumentando problemas de salud mental.