Todos estaban felices por el despertar de Alec y aunque deseaban quedarse con él, decidieron darle privacidad a la pareja de amantes; fueron años separados, años de no ver su sonrisa y años de no escuchar sus sermones cuando hacían de las suyas, y ahora parecía que estaban en el más hermoso sueño, aún no podían creer que Alexander estuviera una vez más con ellos, Isabelle y Jace prácticamente saltaban como niños esperando su turno para entrar a verlo, hasta que cierto Castaño los bajo de su nube de felicidad.
— ¿Qué le diremos cuando pregunte por Camille?
— Cállate Lewiss...
— Es un hecho que lo hará, no podemos no decirle nada
— Ya veremos en su momento, pero de ninguna manera le diremos ahora, primero tiene que recuperarse completamente.
— Lo siento, pero yo necesito saber si sabe donde puedo encontrarla, necesito una pista que me lleve a mi hijo
Jace solo cerró la boca, como decirle no a Simón, si el perdiera a sus hijos estaría como loco buscándolos sin importarle nada ni nadie.
Mientras en sala de espera discutían el asunto de Camille, en la habitación Magnus no dejaba de observar a su esposo, varios minutos habían pasado desde que compartieron su primer beso después de años y aunque Magnus acariciaba su rostro cariñosamente con una sonrisa, en su interior estaba aterrado, había un pequeño o tal ve no tan pequeño detalle que lo estaba incomodando.
"— Llama a Gideon..." — Alec había echo todo el esfuerzo del mundo para pronunciar solo tres palabras.
Magnus se congeló por breves segundos y decidió mentirle — Lo siento amor pero Gideon esta en un internado fuera del país y Camille fue a visitarlo
En los ojos de Alec vio duda, sabía que no le creía nada y estaba asustado sin saber que más decir, hasta que el doctor entró diciéndole que las visitas se acabaron y agradeció por ello, sintió a Alec tensarse y con la intención de hablar nuevamente cuando el médico lo reprendió
— Solo di lo necesario para poder entendernos, tu garganta aún está muy irritada por todo el tiempo que estuviste conectado al respirador — Magnus fue salvado de las interrogantes de Alec gracias a las indicaciones del doctor.
Alec frunció el ceño pero igualmente obedeció, sabía que el doctor tenía razón en cuanto a su salud y mientras más rápido se recuperara, mas rápido averiguaría que estaba pasando. Decidió que por el momento dejaría el tema pendiente, no le creía a Magnus ni una sílaba así que le lanzo su mirada acusadora, el sabía que Camille y Gideon jamás lo dejarían, recordaba perfectamente sus voces prometiéndole estar a su lado cuando despertara, además también tenía que hablar con su hermana, el había descubierto el secreto de su abuela, el sabía que Gideon era su sobrino y tenía que recuperarse lo más pronto posible para decírselo a Isabelle.
Las semanas pasaron y gracias a las constantes visitas de su familia el tiempo pasó más rápidamente, estaba extrañado de que Lily no apareciera para visitarlo y avergonzarlo tratando de desnudarle como solía hacer cuando tenía la mala suerte de cruzarse sus caminos y más de no ver a Patrick asomar su rubia cabellera para tímidamente preguntarle si podía enseñarle de primeros auxilios para poder curar a Gideon cuando lo lastimaran en la escuela, ellos también eran su familia, una familia que esperaba presentar a Magnus, sus hijos, a sus padres y hermanos apenas pudiera hablar nuevamente; diariamente recibía visitas y sabía que algo andaba mal aunque no le dijeran nada, su hermana llegaba con la cara lavada y ojeras muy marcadas y Simon en varias ocasiones llegó con el mismo atuendo y sin bañarse.
Alec solo los observaba, ansiando que el tiempo pasara más rápido para poder averiguar lo que estaba ocurriendo, su rehabilitación ya había empezado y aunque era doloroso mover un solo dedo por el tiempo transcurrido se le hacía más fácil cuando su esposo y sus hijos lo ayudaban, tenía tanto que decirles a sus niños, habían muchos regaños pendientes por todas las travesuras que hicieron a espaldas de Magnus, travesuras de las cuales él estaba enterado gracias a los vídeos que tan amablemente Camille reproducía para él, y también estaba su esposo, tenía mucho que decirle, el sería castigado duramente nada más logrará salir de esa cama.
Una semana después el médico entró con carpeta en mano revisando los últimos estudios realizados al paciente Lightwood — Al parecer todo esta en perfectas condiciones, la cirugía fue un éxito y en cuanto a la rehabilitación vas de maravilla, al parecer tus antiguos doctores se ocuparon muy bien de ti — Robert carraspeo, llevaban semanas evitando tocar el tema y venía ese médico a mencionarlo.
Alec solo parpadeo unos segundos sabiendo que algo no querían decirle, iba a preguntar, pero decidió callar unos días más, quería recuperarse completamente antes de empezar a buscar por sus propios medios respuesta a todas las preguntas que se agolpaban en su mente.
Dos días más pasaron y el doctor se encontraba discutiendo con los familiares de Alec — Hace mucho que el debería estar hablando nuevamente, no puedo seguir prohibiéndoselo solo porque si
— Sólo un poco más... — Isabelle estaba suplicante, no estaba preparada para confesarle a su hermano todo lo que había hecho
Magnus se mantenía al margen, él también era culpable, pero odiaba a Camille con todas sus fuerzas por haberle ocultado el hecho de que su Alec estaba vivo, quería respuestas pero mientras no dieran con su paradero jamás las obtendría o eso creía el.
El ojiazul había obedecido pacientemente aunque sabía que hace mucho debieron de permitirle hablar, tal vez todos habían olvidado el pequeño detalle de que él era médico y era capaz de diagnosticarse a si mismo, en ese momento mientras esperaba que alguien viniera a verlo estaba tratando de forzar su memoria, necesitaba recordar si había escuchado algo que le dijera que es lo que estaba sucediendo. Tanto pensar lo hizo dormir, no había nadie con él en ese momento, nadie que se percatara que estaba teniendo un mal sueño; todos estaban reunidos en la oficina del doctor cuando él empezó a dar quejidos y luego un grito que se escuchó en el pasillo, Catarina que se encontraba sentada en su escritorio conversando con uno de los enfermeros fue la primera en llegar y encontró a Alec sentado, no sabía cómo había logrado levantar su cuerpo, se supone y apenas podía mover los dedos, se acercó de inmediato y trato de calmarlo, Alec estaba alterado, jadeaba y murmuraba algo inentendible al inicio, pero poco a poco su voz se fue aclarando, se trataba de un recuerdo desagradable que había llegado mientras dormía.
Catarina trataba de calmarlo inútilmente, Alec estaba intentando moverse y en un descuido golpeo su cabeza fuertemente contra la almohada
— El paciente esta sangrando... — el enfermero gritó aquello mientras trataba de mantenerlo quieto, en ese momento el doctor entró corriendo y al ver la situación ordenó sedarlo de inmediato, mientras que Catarina le pedía al enfermero que cerrara la puerta e impidiera el paso a Magnus y su familia.
Muchos minutos después, cuando Magnus estaba perdiendo la voz de tanto exigir que le dejaran ver a su esposo Catarina salió junto al doctor para explicarles lo que había sucedido.
— ¿Qué fue lo que pasó?
— No lo sabemos..., al parecer recordó algo mientras dormía y ...
— ¿Qué recordó? — Catarina miro hacia otro lado, no quería ser ella la que le dijera aquellas palabras— Catarina dime que recordó
Ella mordió sus labios fuertemente y él doctor al ver que ella no quería hablar supuso que era algo personal y delicado así que por el momento les daría privacidad, se retiró junto al enfermero mientras toda la familia se reunía.
— Catarina...
— Magnus tal vez no...
— Sólo dilo..., quiero saber, necesito saber
— "Deja de llorar, es lo único que sabes hacer, llorar... maldita sea la hora en que te pedí vivir juntos, maldita la hora en que me convenciste de adoptar, maldita sean esos moc...", eso fue lo que dijo.
Magnus cayó de rodillas, de entre todas las cosas recordó su último día, aquel día donde la pesadilla de su familia empezó.