Después de la llamada de Raphael una intensa discusión se llevó a cabo entre Alec y su doctor.
— Iré a Japón si o sí.
— No puedo autorizar este viaje, primero debemos de esperar los resultados de los estudios que realizamos, trata de entender Alec.
— No me importa, iré con mi familia, ellos me necesitan
— Estas poniendo en riesgo tu salud..., Magnus tienes que detener esto.
Magnus miró a Alec y este lo observó de vuelta esperando ver qué dijera algo. ¿Qué podía hacer? la mirada de su esposo le decía que no había nada que discutir, la decisión estaba tomada este o no de acuerdo con eso, conocía muy bien a su esposo, Alec iría así tuviese que empujar su silla de ruedas el mismo.
— Doctor..., venga con nosotros, no se preocupe por los gastos, nosotros...
— Pero...
Después de varios minutos de discusión el doctor aceptó ir con ellos — No me haré responsable si algo malo sucede, son muchas horas de vuelo y el paciente aun corre peligro
— No se preocupe, Catarina irá con nosotros y Ragnor ya arreglo lo de los pasajes, iremos en un vuelo privado, en el avión hay una habitación totalmente equipada para una emergencia médica —Después de ello todos se retiraron a sus casas.
Alistar maletas era un trabajo pesado y más si sólo tenías dos horas para hacerlo — Rafe, Máx espero estén alistando sus maletas
— Ya están listas, el único que falta eres tú papá
Magnus salió a hacer inspección mientras sus hijos veian la televisión — Maxwell no pusiste ni una sola media y ni que decir de la ropa interior, ¿es que piensas darle la vuelta a la que llevas puesta?, tu tarea para las vacaciones tampoco está, sube ahora mismo.
Después de Máx fue a por Rafael, todo muy ordenado y bien doblado, aparentemente todo en orden pero un padre siempre encontrará algo fuera de lugar — Rafael no puedes esconder a Presidente Miau en la maleta. Sácalo de ahí y ponlo en su jaula, también ve por sus documentos — ante la mirada incrédula de su hijo el agrego — no podemos dejarlo en casa y ninguno de nuestras amigos lo quiere cuidar, no después de que preño a la gata de Maureen y volvió gay al gato de Maia.
Ser padre era un trabajo duro y más con un niño a puertas de la pubertad. Volvió a su habitación y empezó a acomodar una maleta para Alec, después de años de usar sólo camisones o pijamas, su amado esposo usaría la ropa de su última colección. Estaba emocionado mientras doblaba las camisas y los pantalones.
— Papá ya llegó tío Ragnor.
— Ok hijo, dile por favor que me ayude a llevar las maletas.
—Ok papi, te esperamos en el auto — Gritó Max, mientras corría arrastrando dos enormes maletas.
— ¿No exageraste un poco?
— ¿Por qué lo dices cariño?
Rafe miró a las 10 maletas listas para ser transportadas. Magnus se había emocionado tanto al alistar ropa para Alec que había decidido empacar absolutamente todo lo que hiciera juego con él.
Una hora después Ragnor gruñia en la cola para revisar maletas, no solo Magnus exagero, Máx estaba explicándole al de aduanas que un joven como él necesitaba de más de 10 colonias, 20 gorras y como cincuenta cambios de ropa para vestirse.
— ¿Estás seguro que no es contrabando niño?.
— No, ya le dije que...
Presidente maullo o casi ladró, el también estaba esperando con sus dos maletas llenas de molestos ajuares para gato y sus ratones de juguete.
Varias horas después Alec observaba las nubes mientras la aeromoza le acomodaba los cinturones, estaban a minutos de aterrizar.
— ¿Pasa algo hermano? — Jace que a última hora se coló en el avión miraba a Alec con preocupación, estaban conversando cuando de pronto Alec se había perdido en sus pensamientos.
— Máx
— Tu hijo está en...
— No, no mi hijo..., recordé a nuestro hermano Max, y tambien recordé que debo patear el trasero de Magnus, por cierto debo disculparme con Clary por haberla impresionado tanto al punto de adelantar el parto.
Jace lo miró boquiabierto, recordó que Clary le había contado que Alec se despidió de sus hijos, pero pensó que había alucinado por los dolores del parto
Alec sonrió — él está bien Jace, nuestro hermanito es feliz, se convirtió en un pequeño Ángel que nos cuida desde el cielo. El me dijo que era posible que lo olvidara, pero al ver las nubes lo recordé, ¿sabes? cuando miramos las nubes fijamente nos traen recuerdos que parecen perdidos para siempre.
Una vez pisaron suelo japonés se instalaron en el mismo hotel donde se hospedaba su familia. Alec no perdió el tiempo y fue para hablar con Isabelle, pero Jace se le adelantó.
— Me ocuparé de ella Alec, si Simón le pidió el divorcio entonces necesita un abogado.
— ¡Jace!
— Sólo bromeo hermano, no quiero que te alteres por su culpa, tratare con ella primero mientras tanto ve con nuestro cuñado, vi a Simón, él te necesita...., por cierto, lleva tu bolsita chapatina.
Jace se fue mientras Máx le alcanzaba un maletín robado.
— Aquí tienes papá, ve a trabajar — Alec no entendía nada, ¿para que tenia que llevar el maletín de Catarina?