Ayuda inesperada

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Tener que ver el cuerpo de su esposo convulsionarse y no poder hacer nada más que observar mientras otras manos eras las que trataban de ayudarlo, convirtió esa noche, en una de las peores noches en la vida de Magnus Bane, quien no pudo contener las lágrimas que surcaban sus mejillas como riachuelos en una noche de tormenta.

—Te lo suplico mi amor... no me dejes, no podré vivir sin ti, por favor... Alec — Magnus estaba histérico y en lugar de ser de ayuda se convirtió en un obstáculo para Catarina que trataba de reanimar a Alec, ya harta de ser interrumpida constantemente dio una orden y el moreno fue sacado de sala por una de las enfermeras.

Fueron horas que a Magnus le parecieron días enteros, se había atrincherado en la puerta esperando desesperado hasta que su amiga salió para informarle. Ella le intentó explicar lo que había ocurrido con Alec, pero él no entendía casi nada, a pesar de haber vivido con un médico no entendía nada de los términos médicos que Catarina usaba.

— Cat no entiendo nada, solo dime los más importante, ¿mi Alec está bien? ¿Ya pasó el peligro, verdad? dime que él esta bien.

Ella lo miró seria, debatiéndose internamente en sí debía de ser sincera, no necesitó mucho tiempo para tomar una decisión — Magnus tal vez deberías prepararte pa...

¡Cállate! no lo digas..., él es fuerte, él está peleando por su vida, no te atrevas a rendirte Cat.

Magnus estaba desesperado, en un inicio le gritó a su amiga pero al final terminó con un susurro suplicante, siguió escuchando unos minutos más y luego entró a ver a su esposo. Alec dormía profundamente así que con delicadeza tomó su mano y la lleno de besos y en suaves murmullos le pidió que no lo dejara, que no lo abandonara.

Las horas pasaron y cerca al medio día Simón llegó con una muy buena noticia, en el juzgado y frente a la cárcel había muchísimas personas, muchas con pancartas en mano y todas gritando que liberaran a Camille y a los médicos que habían atendido el caso del Dr. Lightwood. No sabían porque la gente se estaba comportando de aquella manera hasta que llegó Max y les contó que todo lo había hecho Gideon, él había hackeado varias emisoras televisivas introduciendo en la programacion de los noticieros una parte de la conversación de los doctores que atendieron a Alec.

En ella decían que si tuviesen todos los archivos del tratamiento que se había aplicado en Alexander podrían salvar las vidas de aquellos que sufrían de derrame cerebral y estaban condenados a vivir postrados, incluso decían que podría ser factible despertar a aquellos que estaban en coma.

Fue una revolución en los medios de prensa que no sabían esa parte de la historia, la gente salió a las calles pidiendo que se liberara a los cuestionados doctores, muchos de ellos tenían la esperanza de que sus familiares fueran curados.

Mientras tanto Magnus jalaba de las orejas a su hijo menor, el diablillo de Max se había escabullido de la seguridad de su hogar a altas horas de la noche y había ido hasta el barrio bajo de la ciudad en busca de Gideon, fue una fortuna que Lily quien regresaba al D'mort lo viera y se lo llevara a rastras.

— Lo siento papi, pero era necesario, solo Gi podía ayudarme y si te lo hubiera dicho no me habrias dejado ir, perdoname pa no lo volvere a hacer.

— Claro que no lo volverás a hacer, te voy a engranpar un GPs en la oreja, ¿cómo demonios se te ocurrió ir al lugar más peligroso de todo Nueva York?.

— Papá, fue por papá, tenía que hacer algo, tenía que ayudar.

— Si tu padre se entera de lo que hiciste te va a dar unas buenas nalgadas y a mi contigo.

— Como si no lo fueras a disfrutar — Lily se metió en la discusión, ya estaba harta de escucharlo sermonear a su hijo — Mira Bane, no pasó nada ok, tu retoño esta muy bien, es más mis chicas lo trataron como a un príncipe hasta se ofrecieron a dormir con él.

— Papi ¿tu sabes qué es un beso francés?, tía Pame me dijo que me iba a enseñar y tío Henry dijo algo de un beso...

Lily cubrió la boca del niño antes que a Magnus le diera un ataque.

— Maxwell Lightwood Bane más te vale que no hayas permitido que ninguno de esos p... — Se mordió la lengua antes de soltar una palabrota — señores te haya tocado, espero estés tan puro como cuando saliste de tu madre.

— Pa, tía Lily me llevo con ella y estuve toda la noche en la habitación de Gi junto con Patrick, nadie me tocó aunque no entiendo porque te preocupas.

— Aún eres un niño, lo sabrás más adelante. Ahora dime como demonios hizo Gideon para lograr que tantas personas quieran la liberación de Camille.

— Aparte de los noticieros él también uso las redes sociales, el vídeo del hospital se volvió viral, ya todos saben que hay un tratamiento para los que están como papá.

Después de que Max le contara a su padre que Gideon era el rey de los nerd, Magnus recién reparó en la presencia de Lily.

— ¿Tú no deberías estar en la cárcel?

— ¿Debería?..., solo vine a ver como estaba el príncipe azul, Cami me pidió que le echará un ojo. ¿qué mierda paso Bane?, segun Camille ahora él debería estar haciendo rehabilitación.

Magnus le contó todo con lujo de detalles y Lily solo lo miraba sin ninguna expresión.

— Así que todo fue por nada, al final hiciste lo que ella te dijo no hicieras. Bueno supongo que así es la vida, ella estará muy triste.

— ¿Cómo saliste?, no mejor dime, ¿Lily puedes sacar a Camille? ¿tú... puedes traerla.?

Ella solo lo miro un largo rato — Puedo, pero ¿por qué debería hacerlo Bane? después de todo metiste a mi amiga en la cárcel, el idiota de Stevenson te dijo que ellos eran su única esperanza y no te importó. Ni siquiera por el amor que dices tenerle a tú esposo te detuviste. Dime porque rayos yo debería ayudarte cuando me metiste a la cárcel y ¿por qué mierda tendría que ayudarte cuando hiciste que casi ultrajaran a Gideon en ese reformatorio donde lo encerraste?

Siempre seré TuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora