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Teztkat

El beso seguía subiendo su intensidad hasta que siento que me vibra el pantalón.
Dejo de besar a Dana pensando que es algo importante. Saco el móvil y leo el mensaje.

¿Dónde estás Tezth?

Sin nada más que decir, me separo brusca y completamente de Dana y me siento correctamente, me pongo el cinturón y enciendo el coche. Dana me mira sin comprender nada y yo simplemente le hago una seña para que ella se ponga su cinturón también.
- Es mi madre.
Ella asiente y no dice nada más. Arranco sin decir nada, en dirección a su casa. Ella intenta hablar, intenta aligerar nuestro ambiente pero no lo consigue. Cuando llegamos a su casa, se desabrocha el cinturón y se acerca a mí con la intención de besarme de nuevo. Aparto mi cabeza y ella aprieta su mandíbula. Sale echando humo hasta por las orejas.
Beber, correrme y bailar me ha dejado completamente agotado. A pesar de todo lo que ha pasado hoy, solo hay una cosa que no logro quitarme de la cabeza. Una persona que me va a volver loco y no en el buen sentido.
Llego de milagro a casa sano y a salvo. Bajo del auto cerrando la puerta detrás de mí, camino hasta la entrada y toco el timbre. Espero hasta que nadie más que ella se digna a abrir la puerta con un aburrimiento detonado en sus cautivadores ojos verdes. Sé que está molesta y que no le agrado en casa, pero no hay de otra, lo que es de uno es de uno y muy a su pesar esta casa y todo lo que hay dentro de la misma es mío aunque eso ella aún no lo sepa.
- Pasa - dice haciéndose a un lado para evitar que la vea bostear. Mejor que esté cansada por ella sola - te estábamos esperando así que date prisa. - paso el umbral y espero a que me pase de largo pero no lo hace. Ahora que la veo bien ya no lleva esos botines enormes. Por lo menos con ellos no parece tan enana a mi lado.
- Ponte bien la camisa, no se verá bien si entras con esas fachas. - dice sin más, dando media vuelta y yéndose sin esperarme. ¿Quién se ha creído que es?
Haciendo mi acto de presencia me siento a la derecha de mi padre quedando cara a cara con ella. No puedo concentrarme en la conversación que tienen mi familia y la suya. No le ha dado tiempo a cambiarse por algo más decente y ahora su incomodidad es palpante. Pero mejor, estas vistas no son malas.
- ¿Teztkat tú qué opinas? - habla la mamá de Karine mirándome atentamente.
- ¿Perdón? - contesto sin apartar la mirada de la cuatro ojos y sin importarme en lo absoluto las miradas de mis padres, ni la de mi hermano y mucho menos las de su madre y Karen. Me mira, sonríe y sé lo que está pensando, me gusta la sensación que ella me provoca, su manera de jugar conmigo, su manera de tentarme a jugar con ella.
- Mamá, Teztkat está muy cansado ya, solo está aquí por no hacernos el feo a nosotras. - contesta ella a modo de disculpas - si me disculpan voy recogiendo los platos y después me retiraré a descansar. - sonríe para todos y se levanta recogiendo los trastes sucios.
Pues sí, la cuatro ojos respeta mucho a su familia. Es tal su respeto que prefiere tragarse su orgullo y hacerme quedar bien a mí ante su madre. Increíble.
Después de recoger la mesa entera, guardar todos los trastes en su sitio y lavar la vajilla, ella se dispone a subir a su cuarto.
- Me gusta tu hija Malexa - dice mi padre sorprendido - aparte de ser muy hermosa también es educada y atenta - sigue elogiandola.
Mi madre también empieza a alagar a la feucha. Mi hermano me envía un mensaje y salgo a la cocina a leerlo.

Alicia ya se encargó de la señora Malexa y de Karine, no la cagues.

Sin nada mas que decir comienzo a llamar a los chicos para decirles que en media hora deben estar en la mansión.
Empiezo a abrir cajones y sacar vajilla, haciendo todo el espacio posible para nuestras golosinas. La vajilla que no puedo reubicar la coloco en la mesa. Coloco todos los vasos en un costado de la mesa y los platos justo en el centro, más que nada por aburrimiento. Sigo con mi faena totalmente concentrado. Escucho que mi madre se despide de la señora Malexa que debe estar que no puede con el sueño y también de mi padre. Eso quiere decir que ya va siendo hora de que lleguen Nane y Bodgane. Me meto un poco más de prisa en mi tarea y esta vez salgo a la puerta trasera de la cocina, abro el portón trasero y sin hacer mucho ruido vuelvo a entrar a la cocina dejando la puerta entreabierta.
- ¿Que mierda haces Bangüar? - me asusto al escucharla y choco con la mesa haciendo que se caigan tres vasos uno detrás otro, causando un gran escándalo a estas horas de la madrugada - ¡De verdad que no das una en serio! - se exaspera. Yo sigo mirándola incrédulo. ¿No se suponía que Alicia se había ocupado de ellas?

- ¿Qué haces que no duermes? - espontáneamente lanzo la pregunta sin pensar en las consecuencias que me llevarían después.

- Yo te puedo preguntar lo mismo. ¿Qué mierda se supone que haces? No son horas para hacer el imbécil Teztkat, ya te he soportado lo suficiente ¿No crees? tus padres ya se han ido ¿Por qué no te largas de una vez tu también? - me mira realmente cansada, aburrida de mí y ligeramente cabreada. No sé qué hacer, cómo reaccionar o qué decir. Ahora mismo no sé nada, no entiendo nada. - ¡Que te largues a tu maldita casa de una vez! - chilla realmente enfadada, algo muy sexy y excitante para mi mente borracha.

- ¿Quieres despertar a todo el mundo so tarada? Simplemente intento conciliar el sueño y ya. La gente normal cuenta ovejas o los números - la miro con algo de diversión por su cara de cansancio y de pocos amigos - y yo - me callo de golpe - pues yo re ordeno la vajilla y....

- Buenas noches - dice de muy mala gana para darse media vuelta e irse a su habitación para dormir de una vez por todas. - recoge los cristales y cierra la puerta cuando te vayas por favor.

- Y tú deja de poner la oreja donde nadie te llama. – grito para molestarla más que nada; a lo que ella me responde con un fuck. Mandándome literalmente a la mierda con todo su estilo.

Pozo Sin FondoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora