[13] parte 2

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Teztkat

No hay vuelta atrás; se han convertido en pura sensualidad. En la atención de toda la multitud.

Nane y Karen se levantan sin poderse creer lo que están viendo. Hay que admitir que la escena de esos dos es graciosa y el numerito de esas tres es un gran arrebato. Incluso Mathèo no puede apartar la mirada de esas tres cabras locas.

Me levanto, cansado de ese espectáculo tan deplorable. No solo es algo impropio de Rinha sino que estoy más que seguro que para Karine es una línea que nunca hubiera cruzado por ella misma. Me acerco a Mathèo que también parece completamente atontado con ese espectáculo. Llamo su atención y lo alejo de este panorama. Bodgane y Nane nos siguen desde atrás. No sin antes dedicarle una seña a Rinha que destella fuego. Nos adentramos más, mucho más. Cualquiera diría que vamos a drogarnos al baño si se fijase un mínimo en la dirección que tomamos. Seguimos de largo los baños y llegamos a una doble puerta, entramos y subimos las escaleras. Llegamos a la terraza y nos acercamos a la barandilla.

- ¿Cuál es el problema? - habla directamente Nane. Nos mira a Mathèo y a mí, así sucesivamente hasta que mi hermano se aclara la garganta. Las noticias no son buenas y sé que a él no le gusta darlas pero si lo hago yo, no tendría tacto alguno y lo que menos quiero es perjudicarlos a ellos. Pero esa carga la llevo yo.

- La entrega es esta misma noche. - digo sin tapujos. Los dos idiotas de mis primos se miran entre sí y abren los ojos.

- ¿Como que hoy? ¿Cómo puede ser eso posible? - brama Bodgane. Lo comprendo a mí también me enfurece. ¿Pero a quien no? Cambiar los planes a alguien de la noche a la mañana es muy precipitado y difícil de gestionar.

- ¿No que era para la semana que viene? - dice Nane. - ¿Por qué lo han adelantado?

- No hagáis tantas preguntas. Es hoy a las tres de la mañana. En la casa principal. Llevad toda la mercancía a la casa principal lo antes posible a esa hora. Jorge se va a encargar de la seguridad y Alicia de que la señora Malexa y Karine no se despierten hasta mañana. No tenemos tiempo así que a trabajar. - Mis primos y Mathèo asienten. Bodgane y mi hermano se van primero y Nane y yo nos quedamos un rato más.

- ¿Por qué se ha adelantado para esta madrugada? ¿Cuál es el verdadero propósito de hacerlo hoy? - me mira fijamente. Quiere una respuesta y no quiere oír la que él ya sabe.

- Hoy van a venir tres de los mejores clientes de mi padre. Y tú viejo quiere conocerlos. - gira su cabeza y me mira frunciendo su ceño - por lo que en una semana iremos a México.

- ¿Qué vamos a hacer en México? - réplica sin apartar su mirada de la mía, giro mi cabeza seguramente mordiendo mi labio.

- Ampliar el negocio familiar querido primo. - respiro hondo y me deleito mirando al vacío - ampliar el negocio. - susurro más para mí que para él.

- Están locos.¿Les faltan neuronas o qué? Ir allá es como ir al matadero. Teztkat necesitaríamos un puto milagro como mínimo, quizás dos e incluso tres. Si nos presentamos sin estrategia alguna, sin algo bueno que ofrecer, sin algo exclusivo; seremos hombres muertos. ¿Entiendes la gravedad de esto? –percibo su indignación, su miedo más que nada.

- Ellos tienen su doble as bajo la manga. Esas personas serán nuestra bomba atómica en México. Nosotros iremos como refuerzo o más bien como el plan B. - Nane se pasa las manos por la cara hasta revolver su cabello totalmente frustrado. Yo no tengo una hermanas pero si la tuviera y hubiese cualquier indicio, detalle o lo que sea de que ella está en peligro no sería capaz de vivir tranquilo. No podría dormir. Se me olvidaría vivir.

Le echo una mirada rápida a Nane y me voy dejándolo solo. Tranquilidad es lo que necesita ahora.

Sigo mi camino y voy a los baños. Quiera que no, esta situación también me estresa. Le mando un mensaje a Dana para que venga. Espero apoyado en la pared, al lado de la entrada a los baños femeninos y ella llega. No espero nada y la beso. Giro entre nosotros y la pego a la pared. Ella mete su lengua en mi boca y yo hago lo propio. El beso va subiendo su intensidad y nos metemos en un cubículo de mierda. No tenemos tiempo, dentro de nada nos tenemos que ir. Dana me sienta en el inodoro y se quita la camiseta, me mira juguetona y me levanta de ahí. Se sienta y pone sus manos en mis piernas, jala de mis pantalones y me acerca a ella. No quiere sexo, quiere desestresarme a mí. Me desabrocha el pantalón y lo baja hasta las rodillas. Me acaricia con delicadeza por encima del bóxer, me agarra los huevos y los aprieta un poco. Me acerca un poco más y se quita el sujetador. Empieza a lamer mi vientre mientras se toca sus senos. Baja su falda y abre sus piernas, mueve su tanga y comienza a bajar mi bóxer. Deja de atender sus pechos para atenderme a mí. Me la coge con la mano derecha y se la acerca a la boca, mirándome a los ojos. Sin apartar su mirada de la mía, empieza a lamer mi capullo y con su mano izquierda se acaricia su clítoris. Deja de lamer para metérsela en la boca, chupa con todas sus fuerzas y hace un gran esfuerzo por metersela entera. La veo cerrar los ojos cuando me muevo en su boca y la veo apretarlos cuando la cojo del pelo y me vuelvo más violento. Deja de acariciarse a ella y enreda sus piernas en las mías y coloca sus manos en mis nalgas apretándolas con fuerza en cada embestida. Seguimos así unos minutos más y cuando estoy a punto de acabar me aleja de ella y me dice que lo eche en el inodoro.

- Me encantas ¿Lo sabías? - dice poniéndose su sujetador

- Supongo que por algo siempre estás dispuesta para mí. - bromeo

- No seas idiota Teztkat.

Sin nada más salimos de ahí y vamos a la pista a reunirnos con todos.

- Bueno bebés, nosotros nos vamos ya - anuncia Karen. Todos nos volvemos a mirarla y como buen marido, Mathèo alías «mandarina de su mujer» la apoya levantándose también y sujetándola de una manera posesiva pero cariñosa. Ruedo los ojos. Ya me gustaría tener una mujer como Karen a mi lado.

- Karine ¿Sabes conducir? Porque creo que tendrás que llevarnos a casa. Sanos y salvos. - habla Mathèo para después lanzarle sus llaves ¡Sus llaves!

Indignado al ver como mi hermano le entrega las llaves de su auto a la cuatro ojos y ver como Dana le pasa su número, empiezo a tomarme lo que queda de Tequila hasta que Dana me quita la botella de la boca.

- ¿Qué crees que haces? ¡Tienes que compartir imbécil! - me grita

Después de acabarnos la botella nos vamos a bailar. Bailamos hasta que Dana le estampa la mano a una chica por mirarme. La chica no se le queda atrás a mi gatita y le devuelve el golpe con la misma intensidad. Antes de que las cosas vayan a peor me meto en medio y cojo a Dana por la cintura, cargándola en mis hombros. Salgo de la discoteca y nos subo a mi auto.

Antes de separarme de Dana la beso y soy correspondido.

Pozo Sin FondoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora