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Teztkat

Han pasado dos días desde nuestro enfrentamiento, mi padre casi me mata cuando se enteró de nuestra pelea, me dejó sin comer un día entero y casi le ofrece sus disculpas para nada sinceras a las Evans pero como siempre su lado machito sacó algo bueno, cínico mejor dicho, pero bueno para él y no lo hizo. Nadie ha podido visitar a Karine, las reglas que tenemos son claras y estrictas y ni mi tío se atreve a romperlas, es de las pocas cosas que siguen vigentes desde hace mucho tiempo en nosotros. Por otro lado mi tío me llegó a felicitar y apaciguó el cabreo de mi padre diciendo que de esta manera le hemos dejado claro las circunstancias en las que se encuentra la cuatro ojos esa.

"La mano dura es la mejor educación y los golpes con firmeza son buenos recordatorios" y junto a su típica sonrisa me empezó a atormentar todo lo que orquesté. Casi me da algo cuando la vi tan mal herida pero no me arrepiento.

Ella no ha comido nada desde entonces y debo admitir que tiene mucha voluntad para aguantar algo así. He destruido algo en ella que no podrá reconstruir ni deseándolo con su último aliento y ahora solo me falta destruir su estúpido orgullo y ahí será un Jaque Mate perfecto e impenetrable.

Yo mismo curé sus heridas como pude y siendo honesto no fue nada fácil, también he ido estas dos noches a verla. La quinta es la bodega más fría y aislada que tenemos. Ni siquiera me molesté en atarla ya que es casi imposible para ella levantarse.

Hoy se hacen tres días.

- Eres un mierda ¿lo sabes no? - dice Karen entrando a la cocina.

Desde que Karine fue encerrada en la quinta yo me la paso en mi casa, quiero conocer todo de ella, quiero analizarla al cien por cien, quiero evitar sorpresas en cualquier futuro. No quiero dejar cabos sueltos con ella y su madre no ayuda preguntando siempre por ella, la llama y le deja largos y extensos mensajes contándole lo que ha hecho en el día y regañándola por haberse ido sin avisarle. El primer día me pareció muy cliché, el segundo fue algo más tierno y hoy es exageradamente irritante. La excusa que le vendimos a su madre es que había un viaje de motivación y por eso Karen se tomó la libertad de firmar en su nombre para que ella pudiese ir. Su madre casi le rompe la cara a Karen con un sartén por su "osadía". Quise entrar a su habitación pero Tomas siempre está ahí metido. Me da pena que él lo pase mal por culpa de esa estúpida.

- ¿Podemos ir al parque? - pregunta Tomas.

Lo observo, tiene los ojos algo hinchados y una expresión triste. Su mano izquierda se rasca el cabello castaño que tiene y con su mano derecha me agarra sutilmente del bajo de la camiseta. Le sonrío.

- Solo si tu madre está de acuerdo. - Deja de rascarse el cabello y me sonríe. Baja corriendo las escaleras para buscar a Karen y pedirle permiso, yo mientras aprovecho la oportunidad para entrar a la habitación de ella.

Para poder destruirla tengo que conocer todos sus miedos y si no los tiene me tocará infundírselos. Empiezo observando toda su habitación y sinceramente es horrible. Es tan simple que me cuestiono si esa chica tiene algo de gusto, voy a su armario y observo toda su ropa y es bastante cuestionable su feminidad. Por más que muevo perchas de un lado al otro mi esperanza desaparece más y más. Su "ropa" es un asco, eso es un hecho. Respiro hondo y paso a los cajones pero enserio me lo pienso, no dos sino hasta cuatro veces si debería hacerlo y vaya sorpresa la mía.

No cambia nada su monotonía. Los cajones son un mundo completamente parecido a sus sudaderas y camisetas. Sus pantalones que es que solo son pantalones, varían entre el negro y el azul oscuro. No hay más colores, ni siquiera blanco. Indignado, paso al último cajón, el de ropa interior. Y ¡Vaya por Dios! También es negra y un solo conjunto blanco. Todo de encaje y sexy. Alarmado y asqueado por su falta de estilo paso al siguiente mueble, su cómoda. Abro el primer cajón y ¡Gracias al cielo! Es jodidamente diferente al primer gran armario, ropa bonita, de marcas caras; seda, algodón; faldas largas y cortas... Tiene toda una versión de ropa más femenina. Muy femenina. Muy al estilo de su madre. Sigo de largo hasta su escritorio donde hay un portátil gris plateado con una foto de ella cuando era pequeña en la que sale Karen de pequeña también pero haciendo obvio el hecho de los dos años de diferencia de edad entre ambas y sus padres. Observo la foto y siento cierta envidia por ella, sigo observando los papeles que tiene en todos los compartimentos, abro el primer cajón y veo trabajos por lo que lo cierro enseguida, abro el segundo y veo hojas en blanco y algunos cartuchos de tinta y lo cierro también y abro el siguiente donde hay dibujos de todo tipo.

- ¿Que se supone que haces? - me congelo por un momento y cierro el cajón de golpe - ¿Que coño haces? - vuelve a gruñir más cabreado. Suspiro rendido y me giro para darle la cara.

Mathèo me mira muy molesto y Tomás algo asustado por las reacciones de su padre. Me planteo las dos opciones que tengo y a decir la verdad la primera opción es una mierda y en la segunda quedo como una mierda mayor. Por lo tanto me decanto por la verdad.

- Quiero conocerla, nada más. - sonrío sin ánimos y mi hermano me observa.

- Sal de aquí - lo miro cabreado y mi sobrino se suelta de su agarre. - No lo pienso repetir una segunda vez - me advierte ejerciendo presión en sus puños. Sonrío y levanto mis manos. Susurro un ‹‹ me voy ›› y salgo de la habitación. Cabreado pero salgo. El sale detrás de mí y cierra la puerta con Tomás dentro. Lo observo y sin contemplaciones me suelta un puñetazo. Mi cara duele por el brusco impacto. Mi sangre hierve y mis puños pican por destrozarlo a golpes pero simplemente me enderezo y me sobo mi cara con mi brazo izquierdo.

- ¿Crees que me lo merezco? - mi hermano levanta la vista de mi brazo escayolado a mi cara - tú estás mandando a la mierda todo por lo que nos hemos sacado la puta trabajando, por lo que tenemos todo lo que tenemos y todo por esa pequeña zorra. - me estampa otro puñetazo - y lo peor de todo es que sigues llevando el apellido Bangüar con orgullo. Deberías sentir vergüenza.

- Fuera de mi casa - grita fuera de sí. Sonrío y doy un pasó hacía él.

- Fuera tú de mi casa - articulo lento saboreando mis palabras y su cara de 'acuerdate de esto' se plasman en mi alma.

La he cagado, lo sé. Ėl la embarró primero y es algo que tengo muy presente dia si y dia también y sé que todo esto es una gran putada, que no tiene nombre. Dios mi devo controlar mejor mis impulsos y mi rabia, mi hermano puede ser todo lo que él quiera pero es mi jodido hermano mayor. Mi puto hermano y lo acabo de echar.

Pozo Sin FondoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora