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Teztkat

No se como mirarla, realmente no se como volver al " término medio " en el que estábamos. Hace un mes y medio mi vida era muy simple; ir al instituto, hacer mi vida fuera de cualquier entorno social, encargarme de mis deberes, ayudar a Mathèo con todo lo que me pareciera interesante, mantener bajo control mis problemas de ansiedad, follar con cualquier mujer que me encendiera y fluir. Eso básicamente era todo lo que hacía, no me importaba absolutamente nadie que no fuera de mi sangre o el proyecto Dimassis. No me ha importado matar a un padre delante de sus hijos, no me ha importado matar a un traidor y su familia o incluso follarme a la esposa de mi hermano.

No se cuando o en qué momento mi vida cambió tanto.

Tampoco tengo muy claro en qué momento se dio ese gran giro colateral que afecta a todo tu sistema, se cala en tus huesos y ya eres otro. No se como me ha llegado a importar todo cuando literalmente jamás me ha importado nadie más que yo mismo.

-Escuchadme bien los tres, Karine va a venir a casa y no quiero que os acerquéis a ella - habla Rinha mirándonos con recelo - os lo advierto no, no quiero y mucho menos voy a tolerar que le toquéis un solo pelo.

- Hermanita mi futura esposa, madre de mis hijos y cuñada tuya va a venir ¿y no quieres que la enamore? - bromea Bodgane. No será nada tuyo te lo aseguro. Rhina lo mira con asco y le señala con su dedo índice.

- No creo que....

No me da tiempo a responder ya que alguien toca la puerta.

Ella ha llegado. Ya no hay escapatoria, no logro entender qué es lo que me pasa cuando escucho su nombre, cuando noto su presencia y ahora no sé qué es lo que me da más miedo. Si ella o yo mismo.

Rinha se acerca a la puerta en un gran sprint, con una gran sonrisa que ilumina todo su rostro abre la puerta y la recibe ahogando un grito, tapándose la boca con sus manos y aterrada.

Bodgane y Nane bajan enseguida, preocupados y alarmados. Rinha sale corriendo a la cocina y mientras los otros dos la acompañan a la sala de estar.

Yo la observo en silencio, odiándome y maldiciendome. La observo ser arrastrada y sobre protegida. Observo un Bodgane cabreado como la real mierda y un Nane preocupado y compadeciente. Bajo las escaleras, camino lento y controlo mi respiración como siempre he hecho. Camino hasta estar en el umbral de la sala de estar. Ella los mira a los ojos y les pide que la dejen sola, que necesita hablar con Rinha, que no quiere que la vean en ese estado tan deplorable. Ellos no entienden absolutamente nada y siguen sofocándola.

-Dejadnos solos

Karine abre la boca para protestar o putearme, cual sea de las dos no le doy tiempo para decir nada. Siento un gran peso en el estómago cuando en vez de gritarme o enfrentarme se calla de repente y solo me mira a los ojos, aprieta sus labios y sonríe. La sonrisa más devastadora que he visto en toda mi puta vida, los ojos más hermosos que he visto jamás; me observan con tristeza, una tristeza tan profunda que me aterra.

- No tengo de que hablar contigo, pero parece que con tu padre si - No se si soy yo y lo putamente mal que me siento por ella o ahora de verdad siento que es más complicado hablar con ella.

- Por favor - Tarde, muy tarde me doy cuenta de tal susurro. Rinha me mira impresionada y los idiotas de Bodgane y Nane igual.

-Déjennos solos por favor - pide de una vez.

No se como comenzar, nunca me he disculpado con nadie y jamás he sido yo el que ha tomado la iniciativa de nada, tal y como lo estoy haciendo ahora. Hoy debería ser el día más importante de todo el jodido mundo. Estoy nervioso, me sudan las manos, mis piernas están enterradas en el suelo y mis palabras están tan atrapadas en mi garganta que no hay maneras de hacerlas salir. Ella me mira, impaciente, agotada y en silencio. En absoluto silencio.

- No quiero tenerte cerca así que sé breve por favor. - Dagas, unas putas dagas de hielo; eso es lo que son sus palabras para mi.

- No se como empezar la verdad, intento encontrar las buenas palabras, de verdad que lo hago, pero no salen. - Karine me observa detalladamente en silencio, me mira de tal manera que parece que pudiera ver mi infierno sin problema alguno, me mira como si me conociese de toda la vida, sus ojos me transmiten paz y - No me gusta que me miren

Carraspea y acaricia su brazo - Lo siento

- Por favor perdóname

Ya está, a la mierda mi orgullo, a la mierda mi faceta de tío duro, a la mierda mi dignidad; a la mierda todo.

- No puedo hacer eso

En un arrebato toda mi pena y remordimiento se convierten en rabia pura.

- ¿De verdad crees que lo hago porque me nace? No seas estúpida niña. De ser por mi ahora mismo no quedaría ni tú recuerdo.

Me mira derrochando rabia por sus poros, por cada fibra de su ser. Su cuerpo se levanta automáticamente y luego todo es un cambio de papeles.

Me mira, respira y hace el amago de girarse. Me acerco para volver a perder mi orgullo una vez más remediando mi gran cagada pero ya es tarde, estampa su puño en mi cara - puto imbécil ¿que te crees he? ¿Crees que puedes entrar a mi vida, tratarme peor que una puta mierda, prohibirle a la gente acercarse a mi, entrar a mi jodida casa a golpearme como te da tu pinche puta gana y luego pretender que te perdone solo por unas míseras disculpas de mierda? ¿Por qué clase de rey te tienes que eres prepotente a tal grado y tan jodidamente ególatra? Dime Teztkat ¿qué clase de persona eres?

No puedo dejar de mirarla idiotizado, no porque a pesar de tener la cara como la mierda, se siga viendo igual de bien o por usar ropa poco femenina y jodidamente ancha o por ir cargando su vergüenza y su mal carácter disfrazados de tristeza si no porque a pesar de todo su manera de sorprender me descompone.

Cuando creo que voy un paso por delante de ella todo en cuestión de segundos se va a la mierda. Ella explota y es como retroceder diez millas ante ella. Ahora sus ojos reflejan toda su rabia, todo su cabreo. Sus preciosos ojos se han oscurecido y puedo llegar a ver mi mierda, toda mi mierda en ellos sin problema alguno.

Su puño está enrojecido y sus ojos aguados.

- Solo intento - vuelvo a susurrar

- ¿Intentar el que Teztkat Bangüar? ¿Aceptar tus patéticas disculpas para que a los dos días me mates de verdad? - me gustaría contradecirla pero no soy capaz de hacer ni decir nada más - ¿ Qué es lo que desea el señor? ¿Que lo consuele por su cobardia y aires de puto amo y señor del mundo o calmar su sucia y trsite conciencia?

Me quedo callado. La miro incrédulo sin saber que decir, por segunda vez y en menos de una hora me ha vuelto a dejar sin argumentos para defenderme. Ella me conoce bastante bien.

- Tu no me conoces

- No tengo intenciones de hacerlo

- No deberías juzgar a las personas - sonríe con amargura

- Juzgo lo que veo y tu no tienes nada de humanidad, así que usare tus palabras y no las mías: monstruo. Escúchame bien, hablaré con tu odioso padre y si es necesario me volveré sorda, ciega y muda pero no volveré a permitir que ni tú ni nadie me vuelva a poner una sola mano encima.

Sonrio. Su manera de ser es un dolor de cabeza pero es un dolor de cabeza encantador.

- Mañana hablaremos con mi padre y veremos que pasa al final. Intenta ponerte guapa. 

Pozo Sin FondoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora