Pozo Sin Fondo

[18]

Teztkat

No me gusta en lo más mínimo. Nada de nada.

No voy a negar que la chica tiene valor, carácter y destreza pero le faltan otras cosas, como la paciencia, la experiencia, la mente fría... Por otro lado admito que es mejor tenerla como aliada que como enemiga, ya que es más que evidente que no nos soportamos.

Ahora, después de negarme rotundamente a esa idea mi humor no es el mejor del mundo. No la defiendo y tampoco lo hago por caridad, claro que no. Lo que pase con ella me importa un culo, lo que realmente me preocupa es la reacción de Rhina, ella se lo tomará personal una vez se entere ya que en ese preciso instante su equilibrio mental se destruirá y ahí es donde tendremos realmente problemas. Todos.

- ¿Has hablado con Karine? - pregunta Mathèo. Niego con mi cabeza.

- Sé qué debo hacerlo, sé que merece explicaciones, sé que la he metido un gran lío y ya no puedo retroceder ni retractarme. Es irónico, yo no la soporto - mi hermano me mira y me escucha con mucha atención - no puedo ni hablar bien con ella y la tengo metida no solo en mi casa por derecho - mi hermano agacha la cabeza - si no que ahora no solo conforme con ser parte de mi familia, contradecirme en todo lo que puede, sacarme de quicio todos los días y tener el mismo círculo de amigos, también tiene que meterse en nuestro negocio, mi negocio - exploto. Mi hermano sonríe - Mathèo es como si me hubiera casado con ella y ni siquiera somos amigos. - mi hermano suelta una enorme carcajada.

- Lo tuyo es mejor que ver una novela - dice entre risas, lo miro mal. El levanta las manos - en ese caso te conviene llevarte bien con ella. Por qué Karine Evans te está pegando fuerte y la vas a tener como chicle en el zapato por un largo tiempo - se vuelve a reír - Pero volviendo al tema principal y más importante que tu vida de enamorado - le lanzo lo primero que encuentro - era broma hombre - dice riendo - Piensa bien cómo vas a hacerlo - me mira serio - tienes que ser cauteloso con ella porque Karine no es tonta así que por tu bien y el suyo no te comportes como un animal. Recuerda que es una mujer antes que otra cosa. No seas bruto con ella -. Cabrona - En dos días debes traer a Karine a como dé lugar. - asiento - Ya me contarás como te va tu vida de casado hermanito. - grita antes de salir corriendo.

¿Cómo se supone que voy a traerla? ¡Si somos incapaces de hablar como personas civilizadas! ¿Que se supone que debo decirle para que venga conmigo? «Cuatro ojos mi padre quiere que vengas a nuestra casa para ver cómo te metemos de lleno en el mundo del narcotráfico ¿Qué dices te apuntas?» ¡No! Solo pensar en ella me da dolor de cabeza.

-¡Junior!

-No hace falta gritar - me reprocha.

- ¿Cómo puedo invitar a una chica a casa sin que suene de mala educación? - susurra un "tío" poniendo su típica cara de pendejo - Necesito que la cuatro ojos venga a la mansión - gira su cara para mirarme como si estuviera loco - Mi padre quiere hablar con ella y mi tío tiene cierto interés en conocerla - digo de mala gana y me encojo de hombros.

- ¿En qué lío se ha metido esa niña? - le doy una palmada en su hombro y niego con la cabeza. No sé si mentir, decirle la verdad o directamente no decir nada. Junior es mi amigo desde hace muchos años sabe cuándo miento, cuando me afecta algo, cuando estoy triste, cuando tengo ganas de matar a alguien, sabe incluso cómo, cuando y donde me follo a cualquier mujer. Este hombre es mucho más mi hermano.

- ¿Quieres concentrarte y ayudarme? -refunfuño.

- Obligala a venir - lo miro - No te comas el coco tío y menos por una mujer.

Obligarla suena bien.

-Tío ¿Ya has hecho los deberes? - exclama de la nada poniendo sus manos sobre su cabeza. ¿Cómo puede pensar en eso con lo que me cargo encima ahora?

- No, de eso se encarga Kari - o por lo menos eso espero

- «Kari» ¿Ahora la llamas "Kari"? - Me mira cruzando sus brazos - ¿Desde cuándo vosotros sois amigos? - dice molesto

- ¿Y a ti qué te pasa? - Lo miro mal - Solo ayúdame a hacer el trabajo y luego hacemos el tuyo.

Después de ponerle el alto a Junior nos hicimos algo de comida y nos pusimos con los deberes. Llamamos a Dana y a Sofía para tener compañía.

- ¿Teztkat ya previniste a García? - pregunta Mathèo entrando a mi habitación. Niego y saco mi móvil para llamarla. - Tienes hasta la fecha de partida para adiestrar a Karine. - Mi teléfono se cae de mis manos. Levanto mi cabeza y lo observo. Me levanto enfurecido con ganas de golpear algo. Lo que sea. Dana me mira, Sofía me mira y Junior se levanta también.

- Es imposible, esa niña es realmente bruta y ni siquiera he hablado al respecto con ella. - grito al punto de reventar realmente

- Órdenes de papá. - dice para luego salir de mi habitación. Junior hace un ademán para que todos los demás salgan y solo quede yo, cosa que agradezco.

- ¡Me cago en la puta! - Grito lo más alto que puedo sin contemplaciones. ¿¡Es que no tiene consciencia!? - Karine es una impulsiva de mierda, demasiado bruta. - grito una vez más. Para que mi padre me escuche - ¡En cinco días no puedo hacer nada! ¡No tengo tiempo de hacer nada! ¡Es imposible! - acabo soltando toda mi ira. Mi frustración. Abro la puerta viendo como mis amigos y mi hermano me miran impresionados.

- Vamos a la casa de Karine - dice Dana completamente nerviosa - ¡moveos!

Nadie dice nada más, sin peros ni nada salimos todos directos a los coches e ir a su casa. Me enferma que ellas sean amigas y me enferma aún más que se lleven tan bien. Llegamos en menos de quince minutos y como nada de ella me sorprende ya, todas las luces están apagadas. Apenas son casi la una de la mañana ¿acaso sabe lo que es vivir? ¿Divertirse quizás?

-¿Qué haces? - pregunta Junior Divertido mirando a Dana.

- Pues llamarla ¿no es obvio? - definitivamente las mujeres son realmente brutas. - ¿Cómo crees que vamos a entrar sino?

- Pues por algo es mi casa - dice Mathèo. Ubicándose al lado de mi coche. Bien jugado hermano.

Mathèo abre el gran portón dándonos entrada con los coches, avanzamos rodeando la gran fuente de Karen y aparcamos. Puedo ver por el rabillo del ojo el asombro de Dana al ver la casa en la que vive Karine. Su amiguita del alma. Mathèo abre la puerta de la casa y entra. La deja abierta para nosotros. Entro sin pensarlo dos veces. Como una flecha. Subo las escaleras de dos en dos hasta llegar al segundo piso donde se encuentra la habitación de Karine. Camino a zancadas hasta llegar a su puerta y la abro.

-Tenemos que hablar - digo entrando a su cuarto como si fuese el mío.