Permaneció en silencio y fingiendo desinterés mientras escuchaba a Liam, Jess y Damon hablar respecto a lo que harían. Mañana era la fecha y el tiempo para perfeccionar todo se les estaba acabando. Necesitaban comprobar que no hubiera ninguna falla en sus planes porque el menor error podría costarles caro.
Lizz contuvo una sonrisa al pensar aquello. Ella conocía la falla en sus planes y era que se presentarían en un lugar y en una hora que no era la correcta pero no pensaba decírselos. Ya se había ocupado también de cubrir aquella parte por más que, con algo de suerte, no sería realmente necesario.
En ningún momento le quitó la vista de encima a Damon. Lo miraba con desconfianza y sabiendo que él estaba ocultando algo pero cada vez que notaba que él se fijaría en ella fingía su mejor desinterés y le dedicaba una ligera sonrisa solo a él sin que nadie más lo notara.
El resto del tiempo mantuvo su vista en el techo sin saber realmente qué hacer. Miró con curiosidad un punto que delataba una cámara escondida y recordó la vez que Jess le había mencionado que era mejor hablar en un lugar que no tuviera ojos u oídos. Internamente repasó todo lo que sabía sobre la Sede y en cuestión de segundos supo por qué estaba realmente allí.
Miró a Damon casi con odio cuando él no se estaba fijando. Ella era consciente de que seguramente la estaría utilizando y odiaba haber sido tan crédula y haber caído tan ingenuamente en su engaño. El momento ideal para comenzar con su pequeño plan se presentó cuando Jess le pidió ayuda a Liam para ir por unos planos y su hermano aceptó dejándolos a ambos solos.
Solo entonces ella rió tiernamente. Le encantaba jugar, lo sencillo que le resultaba actuar. Damon la miró y ella le dedicó una sonrisa. Estaba sentaba en el suelo y con la espalda apoyada contra un pilar mientras él estaba de pie en la mitad de la habitación.
—Es extraño y divertido. ¿Sabes? Nunca antes había sabido de una criatura que hubiera puesto un pie dentro de alguna Sede. Es irónico verte allí de pie tan tranquilo. Un dependiente de una monarquista en medio de la Sede de New York —Dijo ella—. ¿Cómo es que lo haces? ¿Cómo es que nadie te descubrió hasta el momento? Admito que eres muy hábil si lograste burlar a un identificadoro una detectora. ¿Cómo hiciste?
—El identificador me descubrió al primer instante pero logré engañarlo para que guardara silencio el tiempo necesario —Dijo él.
—¿El tiempo necesario para qué? —Preguntó Lizz y él suspiró.
—Para ir por él fuera de la Sede y tomar su sangre. Cada vez que un monarquista muerde a alguien le roba un recuerdo, puede ser uno específico o uno al azar —Dijo Damon—. Llevo tanto tiempo en esta condición que tengo aquella habilidad también. Tomé aquel recuerdo. Cada vez que tomo sangre humana tengo tantas habilidades como un monarquista más. Bastó con que me mirara a los ojos para manipularlo a mi conveniencia. Esa misma noche mientras aún duraba el efecto fui tras Gael y también la utilicé a mi conveniencia. Así fue cómo logré que no me descubrieran y manipular a Richard no es muy difícil que digamos.
—¿Es muy diferente? —Inquirió ella y continuó ante su mirada de interrogación—. La Sede, digo. ¿Es muy diferente a cómo era antes de que te sucediera esto? Ha pasado un siglo y medio desde entonces.
—Todo es diferente —Dijo él y le sonrió—. ¿Cómo pretendes que no sea diferente?
—No lo sé —Dijo ella y se encogió de hombros—. A veces los años pasan y nada cambia. Al menos así es en mi país. Por otra parte tu situación es bastante curiosa. Eres un dependiente y un sanador y te llaman cada vez que hay un herido. ¿No es un poco irónico?
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Cazadora
PertualanganLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...