La noche cayó pasadas las cinco de la tarde sobre Manhattan y Jess se encargó de aumentar la calefacción. Ambas se encontraban sentadas en dos arrellanados sillones en la sala de estar. Jess hablaba entusiasmadamente mientras tomaba de una botella de vodka. Lizz se había contentado con un café caliente. Nuevamente notó la diferencia entre ella y Jess. Tomaba café mientras ella tomaba vodka.
—Puedes quedarte cuanto tiempo desees pero si alguna vez llamo y te digo que necesito el lugar vacío esta noche tienes que prometerme que te irás —Dijo Jess mirando con diversión un punto inexistente del techo. Ella estaba recostada a lo largo del sillón—. En serio. Además de las compras me gustan las fiestas y los hombres.
—¿Te interesa Liam? —Preguntó Lizz.
—Ay, Liam Liam —Dijo ella—. ¡Un maestre con buena suerte! ¡Eso sí es un hombre! A él le gustan las niñas bien. ¿No es así? Apuesto a que sí. Es como un caballero con sus modales y su comportamiento. Además de que es muy guapo. Mientras siga mostrándome como una mujer con la que desearía estar no habrá problema. Un poco de buenos modales, fingir respeto por el reglamento, un par de cosas más y listo. Te enseñaré aquello algún día. Me gusta creer que los hombres son fáciles si sabes cómo tratar a cada uno.
Lizz estuvo a punto de hablar pero prefirió callar entonces. ¿En qué le incumbían a ella los asuntos de Liam? Él sabía arreglárselas perfectamente solo y era consciente de lo que hacía. Además, la molestia que sentía hacia él no se había esfumado todavía. Liam no la había tomado muy en cuenta últimamente. ¿Por qué no permitirse una pequeña venganza? De todos modos él no tardaría en conocer a la verdadera Jessy, era inteligente
—No es por nada pero realmente no me interesan los hombres —Dijo ella y Jess la miró boquiabierta.
—Espera —Dijo—. No querrás decirme que tú eres...
—¡No Jess! —Exclamó Lizz al instante—. Es decir, sí, me gustan, pero no ando todo el tiempo pensando con quién ligar. Nunca pasó por mi mente el hecho de tener alguna relación.
—Eres como mi antónimo. O realmente lo que dicen de los cazadores es cierto —Dijo Jess—. Espero que tu hermano no sea como tú.
—Es extraño, creí que hoy intentabas coquetear con Damon —Dijo Lizz y Jessy rió.
—Damon es ardiente —Dijo ella haciendo énfasis en la última palabras—. Nunca conocí un hombre tan sexy o misterioso. Pero él y querer tocar el cielo con las manos es lo mismo, inalcanzable.
—No parece una persona muy sociable —Dijo Lizz con indiferencia.
—¿Y eso qué importa? Con aquel aspecto puede ser el mismo diablo y no me importará. ¿Acaso no lo has visto chica? ¡Ese hombre es un dios! No puedo dejar de tener fantasías con él —Dijo ella y entonces suspiró antes de tomar otro sorbo de la botella—. Pero... es triste. Puedo conquistar a cualquier hombre pero no importa lo que haga no puedo conseguir que él se fije en mí. Yo sé que soy hermosa y él es hermoso. ¿Entonces por qué no estamos juntos?
—Quizás él no es de esas personas y busca algo más serio —Dijo Lizz.
—Hago de todo por él. ¿Entiendes? ¡Todo! Hasta acepte pasar este día contigo sin conocerte realmente. Aunque déjame decirte que me has caído bien, eres una buena persona. Quizás un poco callada pero nada que no se pueda solucionar con el tiempo —Dijo Jess—. Pero supongo que tú ya habrás notado que él apenas reconoce mi existencia. ¡Y en todos estos años no he conseguido ni un beso mientras que con otros me toma horas acostarme!
—¿Hace cuánto lo conoces? —Preguntó.
—Dos años —Dijo ella sonriendo al vacío—. Parece que fue hace bastante, en una discoteca.

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Cazadora
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...