(Zeta tiene el pelo negro, los ojos marrones claros, es maja pero con carácter, es buena disparando y tiene 20 años)
Y aquí estoy yo, encerrada en una maldita habitación mientras miles de zombis están al otro lado de la puerta queriendo comerme. Sabía lo que iba a pasar, sabía que todas las personas que trabajaban en el laboratorio de esta prisión iban a cagarla e iban a hacer que el apocalipsis zombi se hiciera realidad, pero no me hicieron caso.
Soy la hija del propietario de esta prisión, y prácticamente pasaba todo mi tiempo aquí metida ayudando a mi padre, mi madre se había ido cuando yo era pequeña y se casó con otro hombre, aunque fue una suerte para mi porque me trataba fatal. Mi padre ha muerto hace cuestión de horas y yo me encuentro sola, tengo un hermano, pero se fue de Nueva York a no sé dónde a trabajar cuando yo tenía 5 años, ahora él tiene 35. Tengo un único amigo que me ha hecho sentir bien durante todo el tiempo que he estado sola mientras mi padre trabajaba, uno de los prisioneros con el que hablaba, se llama Murphy y pienso ir a por él.
De repente, se escucharon aullidos de lobo y yo ya sabía perfectamente que era Moon. Moon es un lobo blanco que crié desde pequeña, le había salvado de morir y mi padre me dejó que se quedara con nosotros, es blanco y tiene los ojos negros y profundos, y lo más importante, los zombis no le notan y no van a por él.
Una llave plateada apareció por debajo de la puerta y me costó un poco asimilar para qué era.
-Que listo eres Moon- digo feliz, cogí la llave y abrí la puerta, dejé que todos los zombis entraran sin darse cuenta de mi presencia. Cuando estaban todos dentro de la habitación aturdidos les encerré y tiré la llave al suelo. Saludé a Moon con una caricia en la cabeza y él me chupó la mano feliz, el lobo me llevó hasta una habitación repleta de armas, que eran las que utilizaban los que trabajan en la prisión, además había miles de conjuntos de chica y de chico, porque también trabajaban chicas.
Me armé con todo lo que pude y cambié la ropa vieja que tenía puesta por otra nueva y que me quedaba genial, pero entonces lo escuché. Estaba segura de que la persona que estaba gritando era Murphy, a lo lejos divisé a la doctora Merch saliendo de una sala con un hombre moreno de piel. Corrí hacia ellos y abrí la puerta de donde habían salido mientras ellos me sujetaban para que no entrara, pero fue demasiado tarde, había visto todo. Había visto como unos cuantos zombis mordían al que había sido mi único amigo durante años.
-Ya es demasiado tarde Bethany, tenemos que irnos- dice la doctora.
-¡No digas ni nombre maldita asquerosa!- grito enfadada, odiaba que me llamaran por mi nombre completo porque me recordaba a mi madre, quien me llamaba así para fastidiarme.
-¡Vete Beth! ¡Sálvate! ¡No olvides que te quiero! - grita Murphy, yo no paraba de llorar y gritar. La doctora Merch me arrastró lejos de allí.
-¡Murphy!- grité muy fuerte.
-Subir al helicóptero- dice el hombre moreno.
-No pienso ir con vosotros a ninguna parte, yo iré sola- me separé de ellos y me reuní con Moon.
-Ten cuidado- dice la doctora Merch.
-No te hagas la buenita ahora, juro que si te encuentro algún día ahí fuera te mataré- digo con odio, dicho eso salí corriendo con Moon por detrás. La prisión estaba repleta de esos monstruos y prácticamente no quedaba nadie con vida que me conociera, así que era hora de reconstruir mi vida sin que nadie me prohibiera ni quitara nada, por mucho que yo fuera mayor de edad, mi padre siempre me quitaba muchas cosas y privilegios. Iba a cambiar de forma de ser y hasta me iba a cambiar el nombre, solo para dejar atrás mi pasado, un pasado que ya no tiene futuro.
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Z Nation (10k y tú)
FanfictionPuede que en un apocalipsis nada sea fácil, mucho menos sobrevivir. Pero todos tienen que tener una esperanza, y en esta historia la esperanza es Murphy, un hombre que fue mordido ocho veces por varios zombis después de que le inyectaran la prueba d...