CAP 3 RUBIA O PELIRROJA

2.4K 209 16
                                    

Steve se encontraba recostado en la cama esperando que alguien se asomara por ahí. Desde la visita de ayer solo habían pasado a dejar bandejas de comida por una rendija en la puerta. No había tenido oportunidad de cruzar palabra con nadie ni ver que había al exterior de su celda.

Ahí yacía el capitán con la mirada perdida en el techo cuando sonó la alarma de activación de su puerta, alguien venia, por lo que se irguió rápido para ponerse alerta. No podía confiar en esta gente.

-Доброе утро, капитан Роджерс (Buenos días capitán Rogers) Le traigo el desayuno.

Un chico fornido de cabello azabache y ojos azules se dirigió a él, dejando la bandeja de comida sobre una mesa pegada al muro.

-Apresúrese Capitán, saldremos en 10 minutos, hoy iniciara su entrenamiento. -El rubio asintió con la cabeza para luego hablar.

-¿Tú quién eres, chico?

-Mi nombre es Andrey Vólkov, estaré a cargo de esta celda y de traer sus alimentos.

-Mucho gusto Andrey, creo que si nos vamos a estar viendo seguido quizá deberíamos omitir tantas formalidades, solo llámame Steve. -Dijo el Cap tratando de ser amable.

El chico solo asintió sin decir una palabra.

-Dime... ¿A dónde iremos, quién es la persona que va entrenarme? -El rubio quiso saber enseguida.

-Iremos a la sala de entrenamiento, debemos marcharnos, a Romanova no le gusta esperar. -Fue lo único que el ruso le respondió.

-¿Romanova? ¿Quién es él? -Steve intentó sacar más información una vez más.

-¡Andando Capitán Rogers! -Dijo Andrey ignorando las preguntas de Rogers.

-Solo Steve... -El rubio soltó para finalmente abandonar la celda.

Steve se puso alerta para observar cada detalle del lugar, contar sus pasos y observar si había algún tipo de puerta de salida, elevador o algo que fuese a servirle más adelante. Cruzaron pasillo tras pasillo, hasta llegar a una puerta gigantesca de metal. Ni siquiera habían salido del piso en el que se encontraban, no habían ventanas, elevadores, nada aparentemente a la vista. Andrey colocó una clave para abrir la puerta del lugar. Ambos hombres entraron a lo que era un enorme gimnasio, con todo tipo de instrumentos de entrenamiento, desde aparatos de gimnasia, sacos de box, ring de combate y un anexo para practicar tiro.

El lugar era impresionante, estaba equipado con todo lo necesario. Rogers estaba realmente impresionado, perdido en todo aquello hasta que un estruendoso ruido lo regresó a la realidad... Sobre aquél ring de combate habían dos mujeres luchando.

Andrey siguió su paso, acercándose hasta el lugar con Rogers tras él. No lograba distinguir bien a las chicas hasta que estuvo lo suficientemente cerca para observarlas mejor.

Sobre la gran tarima habían 2 mujeres delgadas, con cuerpos bastante atléticos, no lucían muy altas. Una de ellas tenía la piel blanca como la porcelana, el cabello pelirrojo largo y rizado, llevaba una coleta alta, shorts cortos negros y top del mismo color. Al igual que sus ojos verde esmeralda, sus labios carnosos destacaban en ella, tenía una mirada seria y fría, aparentemente sin expresión.

En cambio la otra chica, tenía la piel un poco más bronceada, cabello rubio, lacio hasta los hombros, sus ojos tenían un tono entre café claro y miel. Sus labios eran delgados, pintados de un rojo carmín. Llevaba unos shorts cortos rosados a juego de una top del mismo color. Tenía facciones un poco más relajadas. Ambas chicas eran hermosas, pero la pelirroja llamó la atención del rubio, había algo enigmático en ella, como si ocultara algo tras esa mirada dura.

CAPITÁN ROGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora