Steve no sabía cuánto tiempo llevaba corriendo con Natalia en brazos, pero la pelirroja ya comenzaba a temblar muerta de frío, acurrucándose en su pecho, por lo que decidió detenerse entre los congelados arbustos del lugar e intentar despertarla.
Rogers se detuvo para sentarse sobre la nieve colocando a la chica entre sus piernas. La rusa aún inconsciente dejó ir su cabeza sobre el fornido pecho de Rogers, quien enseguida la sostuvo por la cintura y los hombros para apegarla más a su cuerpo y evitar que se desplomara.
-Nat, ¿me escuchas? -Le susurró.
-Nat, por favor despierta, debemos buscar un lugar seguro. -Repitió sacudiéndola un poco.
-Cariño, vamos despierta.
Levantó la voz y le dijo esta vez realmente angustiado para después darle una pequeña palmadita en sus mejillas.
-Hmmm...
Ella apenas y pudo jadear adolorida y sin fuerzas.
-Tengo mucho frío...
Natalia finalmente respondió, arrugando el ceño sin abrir aún los ojos. Estaba tiritando de frío y soltando vaho de calor por sus labios. Con mucha dificultad comenzó abrir los ojos para percatarse de que ya no se encontraba más en la celda, sino que yacía sentada en la fría noche, entre árboles congelados a las afuera de la base de la KGB.
Rogers a cómo pudo se quitó la chaqueta y se la colocó a la pelirroja en los hombros, para después sobar sus brazos y ayudarla a entrar en calor mientras ella observaba confundida todo a su alrededor, tratando de hacer memoria de lo último que recordaba. Sin embargo, poco tiempo pasó para que la rusa comenzara a hiperventilar con desesperación cuando fue consciente de lo que estaba sucediendo.
-¡No, no, no! ¿qué hiciste?
Natalia forcejeo al borde del llanto, totalmente aterrada y desesperada, intentando soltarse del agarre del rubio. Quien reaccionó confundido sosteniéndola con firmeza para evitar que se hiciera más daño. El capitán frunció el ceño extrañado, no entendía que estaba sucediendo. ¿Por qué la chica estaba reaccionando de esa manera?
-Tranquila Natalia, hemos logrados salir de la base. Estamos a salvo ahora, pero debemos buscar un refugio, un lugar seguro...
-No, no, tú no entiendes, nunca estaremos a salvo, ellos vendrán por mí, por ti, debiste dejarme ahí, debiste dejarme morir...
Natalia espetó aterrada mientras luchaba con sigo misma y se retorcía contra el pecho de Steve para zafarse de su brazos y escapar, pero estaba demasiado lastimada y lo único que logró fue hacerse más daño y soltar uno que otro quejido de dolor ahogado en llanto.
-Natalia... ¿Qué estás diciendo? No podía dejarte ahí, mira cómo estás, casi pierdes la vida... -El capitán trató de explicarle mientras la sujetaba fuerte y enterraba su cabeza en su cuello para contenerla e intentar tranquilizarla.
-Eso hubiese sido lo mejor, debiste dejarme morir, debiste irte y abandonarme en esa celda... -La rusa sollozó hasta desgarrar la poca suavidad que quedaba en sus cuerdas vocales.
-Debo regresar, debes dejarme ir, por favor... -Natalia le suplicó.
-No, no haré eso... ¿Cómo puedes siquiera pensarlo? Tu vida vale mucho más de lo que imaginas, Natalia. Vale más de lo que te hicieron creer. Por favor, abre ya los ojos, ellos te han usado por años, te hicieron creer que no valías nada, que solo eras una máquina para asesinar, incapaz de sentir, amar, de sonreír, de tener una vida propia.
Rogers le susurró al oído mientras las escuchaba llorar y la sentía temblar entre sus brazos. Estaba realmente afectada y fuera de sí. El rubio tomó un poco de aire al sentir sus ojos cristalizarse, colocó su mano en su mentón y la obligó a mirarlo.
ESTÁS LEYENDO
CAPITÁN ROGERS
FanfictionLa KGB es quien realmente saca del hielo a Steve Rogers, mejor conocido como el legendario Capitán América. Capturado bajo amenazas para el propio beneficio de la Unión Soviética, queda prisionero bajo la custodia de una misteriosa y hermosa rusa d...