⚠️CAPÍTULO 18+⚠️
Steve sintió una opresión sobre su pecho, su costado y sus piernas que lo obligaron a despertar sobresaltado con la respiración entre cortada, sentía que el aire no lograba llegar del todo hasta sus pulmones. De apoco fue abriendo los ojos con pesadez hasta percatarse que aún no amanecía y que una leve claridad helada se asomaba entre los pliegues de las cortinas. Fue cuestión de segundos para que su mente ordenara sus pensamientos y un sin fin de imágenes comenzarán a repetirse dentro de su cabeza, recordando justo en aquel instante dónde se encontraba exactamente y con quién.
Rogers respiró con calma y su mirada viajó por toda la habitación hasta detenerse en el pequeño cuerpo tibio que dormía aferrado a su pecho, vio sus brazos sosteniéndola y su mano delgada aferrarse a sus pectorales. Fue inevitable que una sonrisa boba se subirá en su boca, ella estaba ahí, junto a él.
El americano se humedeció los labios y fijó sus ojos claros sobre su chica. Podía sentir el tacto cálido de sus senos desnudos presionar la piel bronceada de su costado cada vez que su pecho subía y bajaba debido a su respiración tan apacible mientras que su aliento delicado acariciaba la piel de su cuello. Nunca la había visto tan relajada, se veía tan tierna y vulnerable que era inevitable no querer protegerla y cuidarla de todo... Aquella vista erótica de sus cuerpos entrelazados bajo las sábanas trajo cada recuerdo de la noche anterior a él.
-¿Nat?
Steve susurró en un hilo de voz pastoso y ronco, elevó su mano y enredó uno de sus mechones pelirrojos en su dedo índice mientras sus ojos bailaban sobre aquel manto escarlata que se esparcía con libertad sobre su hombro y sobre gran parte de su espalda blanca y llena de lunares. Estaba completamente prisionero por su agarre necesitado y por aquella pierna torneada que cruzaba sobre su regazo para enredarse entre sus muslos.
Si... Las sábanas revueltas entre sus cuerpos apenas y lograban cubrir lo necesario y eso le dio entrada libre para iniciar un viaje desvergonzado por todo su pequeño cuerpo.
Fue inevitable que tanta piel expuesta encendiera una llama ardiente en su interior mientras que el recuerdo de cada uno de los besos húmedos que Nat le había obsequiado lo hacían estremecer. Recordó el movimiento de sus caderas rosando sus intimidades con sensualidad, el latido acelerado de sus corazones danzando juntos hasta llegar al clímax de su encuentro, sus respiraciones cansadas y la ligera capa perlada que cubría sus cuerpos de sudor, cómplice de lo que habían consumado esa noche.
El soldado sonrió como un tonto ante todas sus memorias, su piel aún vibraba excitada, y el simple hecho de tenerla desnuda en sus brazos sólo le provocaba querer hacerla suya nuevamente. Rogers llevó su mano libre hasta la hendidura que se formaba en la espalda baja de la rusa para comenzar a deslizar las yemas de sus dedos por toda su columna vertebral, su toque era suave y delicado, podía sentir la calidez de su piel unirse con la suya. Era la cosa más bella que alguna vez hubiese visto.
-Vuelvo en unos minutos, nena...
Rogers susurró y con mucha fuerza de voluntad se safó de los brazos de Nat, depositándola con cuidado boca abajo sobre la cama, para finalmente salir de ahí. Se colocó unos bóxers y salió a la cocina del lugar donde se ocultaban. Preparó algo de café y cereal, para regresar nuevamente a la habitación. Natalia seguía tal cual la había dejado, solo que ahora su cabeza se apoyaba sobre la almohada con sus brazos abrazados a ella.
Steve colocó la comida sobre un pequeño buró, y subió por encima de la pelirroja sin aplastarla para iniciar un camino de besos por toda su espalda desnuda, acto que hizo que Nat soltara un pequeño ronroneó, avisando que quizá ya estaba por despertar. El americano sonrió orgulloso y continuo con su pequeña travesura, besando y mordisqueando cada lunar que se cruzó en su recorrido hasta llegar a su cuello para besarlo también, acto que logró que Natalia se retorciera debajo de él y riera de forma divertida.
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CAPITÁN ROGERS
FanficLa KGB es quien realmente saca del hielo a Steve Rogers, mejor conocido como el legendario Capitán América. Capturado bajo amenazas para el propio beneficio de la Unión Soviética, queda prisionero bajo la custodia de una misteriosa y hermosa rusa d...