Una memoria fugaz de los acontecimientos pasados pasaron por su mente confusa. Aún adormilada lo único que podía pensar era en una sola cosa o más bien en una sola persona. Steve...
Natalia escuchó un voz ronca casi como si fuese un susurro lejano que provenía de algún lado, cosa que provocó que su cuerpo despertara abruptamente. Estaba agitada, sentía que le faltaba el aire y que una punzada oprimía sin piedad dentro de su pecho.
Si... El grito había sido suyo... La rusa se encontraba acostada sobre una cama demasiado blanda, sola, en una habitación completamente desconocida. La noche se alcanzaba a percibir por las persianas de la habitación, todo lucía demasiado silencioso.
-Steve...
La rusa susurró casi inaudible, sin embargo, no tuvo respuesta alguna. Pasó saliva y sus sentidos se pusieron en alerta mientras sentía como su ritmo cardíaco se disparaba al máximo. Una desesperación comenzó a invadir su pecho, tenía miedo, no podía perderlo, no a él.
-¿Steve?
Repitió levantando la voz un poco más y parándose de su lugar para bajar de la cama. Estaba descalza y con unos simples jeans negros y playera de algodón encima. Fue inevitable que un enorme alivio la inundara cuando se percató de que no estaba desnuda. Eso significa que nadie se había aprovechado de ella.
Antes de que siquiera pudiese hacer algo, Natalia se quedó quieta y retuvo todo el aire en sus pulmones cuando la puerta se abrió con brusquedad frente a ella. Estaba lista para matar si era necesario, no iba permitir que la lastimaran más.
-Nat, por fin despiertas... -La voz del rubio cayó sobre ella como un balde de agua helada. Era él, estaba vivo y a salvo.
-Steve... Creí que te había pasado algo...
Natalia le respondió con un tono de voz estrangulada para después y sin haber podido evitarlo correr en dirección al soldado para lanzarse contra su pecho y abrazarlo. La rusa envolvió sus brazos al rededor de su cuello con fuerza, y escondió su rostro dentro de aquel nicho cálido con olor a menta de su cuello. No quería soltarlo, su cuerpo pegado al suyo la hacía sentir segura, protegida, le daba la tranquilidad que tanta falta le hacía.
-Nat... -Steve susurró y respondió a la reacción de Natalia con bastante sorpresa, no se esperaba aquel recibimiento después de como lo había estado tratando e ignorándolo durante su viaje.
El capitán la estrechó contra su cuerpo con devoción y sin dudarlo un segundo, terminó por enredar sus brazos alrededor de su fina y delgada silueta. Olfateando la dulce fragancia que emanaba de su blanca piel, de su cabello rojizo que tanto amaba, toda ella era perfecta.
Sin embargo, algo pasó por la mente de la rusa que la obligó a separarse de golpe de él para alejarse casi como si su tacto le hubiese hecho daño. Como si la piel del americano le hubiese calado hasta los huesos, como si estuviese huyendo de las emociones que toda esa situación le estaba haciendo sentir. Pero esta vez no iba poder escapar, debía enfrentar de una vez por todas lo que comenzaba a sentir por Steve.
-Los siento, yo...
Natalia se alejó varios pasos y comenzó a caminar en dirección a la cama para apartarse de él lo más posible, pero Rogers con mucha agilidad la tomó del brazo y la hizo girar hacia él como muñeca de trapo para estamparla y aprisionarla contra su pecho una vez más.
-No, Natalia, esta vez no vas a huir. -Rogers le dijo con determinación para después envolverla bien con ambos brazos al rededor de su cintura. No tenía escapatoria.
-Suéltame Rogers...
Natalia gruñó entre dientes con la voz entre cortada, colocando las palmas de sus manos sobre el torso de Steve para intentar apartarlo. Aquella era una batalla perdida, su mente decía no, pero su corazón decía que si, y lo confirmó cuando se percató de que respiración comenzaba a alterarse. El hecho de tener tan cerca al rubio le ponía los pelos de punta.
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CAPITÁN ROGERS
FanficLa KGB es quien realmente saca del hielo a Steve Rogers, mejor conocido como el legendario Capitán América. Capturado bajo amenazas para el propio beneficio de la Unión Soviética, queda prisionero bajo la custodia de una misteriosa y hermosa rusa d...