Capítulo 7: Me estás quitando la toalla con la mirada.

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Abro los ojos lentamente, la habitación está repleta de la luz que entra por la ventana. Es de día, y hace un calor infernal. No sé si es por el clima, o por el brazo que rodea mi cintura. Un momento. Un brazo, en mi cintura. Por favor, que no sea James el que tiene su cuerpo pegado al mio. Me giro lentamente y para mi sorpresa (nótese la ironía) es James.

Recuerdo que anoche después de quedar con James, volví a mi habitación y me tumbé en la cama. Debí quedarme dormida. Pero eso no explica por qué éste está tumbado a mi lado.

Le observo. Dormido tiene cara de bueno. En realidad, James es guapo. Pero es idiota, y una cosa no quita la otra. Tiene el pelo alborotado y se vé realmente tierno. Ay James, James.. ¿que voy a hacer contigo? Sólo lleva puesto sus calzoncillos, y los calcetines. Menos mal que yo llevo el pijama. Si alguien entrase ahora mismo a la habitación, pensaría que acabamos de tener una noche loca.

Me levanto, y voy al cuarto de baño. Me lavo los dientes, me peino y hago mis necesidades. Cuando salgo, veo a James sentado a lo indio encima de la cama.

-Buenos días princeso durmiente.-digo divertida. He amanecido de buen humor.

-¿Tantas ganas tenías de verme en ropa interior, que anoche me desnudaste?- alza una ceja.

-James, no estropees mi buen humor, por el bien de ambos.

-Bueno, bueno.. Sólo quería darle un poco de gracia a la situación.

-Vístete anda, son las 9:30, el bufete lo cierran a las 10:15. Si no te das prisa, te quedarás sin desayunar.

-Nos quedaremos. Porque, ¿me vas a esperar, no?

-Si tardas mucho me iré.

Y dicho esto, James se levanta, y se dirige al cuarto de baño. Y mientras él está en la ducha, yo empiezo a vestirme. Me pongo unos shorts vaqueros, un top granate, y me coloco las Vans. ¿Dónde estarán mis Ray-Ban? Recorro toda la habitación. Y las veo debajo de la cama. ¿Cómo puede ser que unas gafas de sol aparezcan debajo de la cama? Me arrodillo y estiro el brazo bajo la cama para cogerlas, y cuando estoy a punto de cogerlas, escucho abrirse la puerta del baño. Y aparece James con solamente una toalla tapando desde su cintura hasta arriba de la rodilla. DIOS MIO DE MI VIDA. ¿Desde cuándo James está tan bueno? Algunas gotas recorren todavía su torso desnudo. Quién fuera agua...

-¿Puedes dejar de mirarme así? Sé que estoy bueno, pero me estás quitando la toalla con la mirada. Y creéme, no eres la única que quiere quitarle la ropa a alguien de esta habitación.

-Muérete James.- agarro las gafas y me pongo de pié.

Me siento en el borde de la cama, y James al otro lado. Cojo el móvil, y empiezo a mandarle whatsapps a mi madre. La echo de menos, y no poco. De repente, cae la toalla que James llevaba a mi lado. AY. DIOS. MIO. Tengo a James desnudo detrás de mi. El corazón me va a mil. Sé que es mi enemigo, y que le odio, pero si está bueno ¿que hago yo? Si me giro, y se da cuenta, más vale que me trague la Tierra, pero, ¿y si no se dá cuenta? Uf.. La tentación es muy grande. Vale, me voy a girar. Si me vé, le diré que yo no sabía que no llevaba nada. Pero cuando estoy a punto de girarme y verle su hermoso trasero, me suena el móvil. Mierda. Mierda. Mierda. ¿Tienes que sonar ahora? ¿Justo ahora?

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Esto es vida. Estoy en la piscina del hotel, en una hamaca, con un mojito en la mano, y cien tíos (como mínimo) llenos de testosterona. Entre el soletón, y estos italianos, me estoy asando. Y lo mejor de todo, mi camarero es Manu. Resumiendo; estoy mejor que en brazos.

Con las chicas, hemos quedado en darnos un día de descanso. Lourdes ha quedado con un italiano monísimo en el centro (afortunada), Cris y Lucas no han salido de la habitación en todo el día (os podéis imaginar que estarán haciendo), Vanessa se ha ido de compras, y James.. No tengo ni idea. Pero espero que no esté haciendo 'cositas de enamorados' con ninguna en MI cama. Le mataría. Pero, ¿que más da ahora? Me concentro de nuevo en ponerme morena. Levanto un poco la tira de la parte de abajo de mi bikini amarillo. Si ya de por sí soy morena, este año tengo que acabar negra.

De repente, y sin saber cómo, estoy en los brazos de James, al estilo de recién casados. En el filo de la piscina.

-James, no lo hagas, por favor- pero por más que suplico, salta al agua. Y yo, con él.

Joder,está mas fría de lo que pensaba. Nado hasta la superficie, y me encuentro a James riéndose, de mí, como siempre

-¿Qué tipo de restraso mental tienes, James?- Y caigo en que está en bañador. Conmigo. En una piscina. Me da la sensación de que esto va a empezar a subir de temperatura. Malditas hormonas .

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¡Hola amores mios! Como veis, he tardado mas en subir, pero no me sentía con ánimos (estoy pasando por una 'crisis' en eso que llaman amor) y la inspiración no estaba de mi lado.

El capítulo tampoco da para mucho, pero algo es algo. Prometo que en el próximo no os decepcionaré.

Muchísimas gracias a mis seguidoras, y quiero pediros que recomendeis la novela, pues no esta teniendo demasiado éxito.

Gracias por adelantado, y espero volver a subir pronto.

Besos, Sara.

Enemigos íntimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora