Enemigos íntimos

Capítulo 23: Te echo de menos, mi amor.

Miro hacia abajo intentando evitar la mirada de James. La cabeza me da vueltas y vueltas. ¿Me quedo por amor, o me marcho por estudios?

James sigue mirándome fijamente, esperando una respuesta. Mirarle duele. Duele porque su mirada únicamente transmite dolor.

-No hagas esto más difícil, cariño.-Le susurro.-Tengo que irme.

James asiente lentamente con miles de lágrimas en sus ojos. Ahora que estábamos empezando una relación, ahora que empezábamos a querernos, tengo que marcharme.

-Te espero allí, ¿vale?-le susurro mirándole a los ojos. Aún tenemos las frentes unidas, no sé cuanto tiempo llevaremos en esta posición, pero sé que falta poco para que el avión despegue.

Si quiero irme, debo hacerlo ya.

Beso sus labios tiernamente con mis manos en sus mejillas. Noto algunas lágrimas por mi parte y James las aparta con sus pulgares, aún sin separarnos.

-Te quiero.-Susurro.

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Una vez dentro del avión, estoy hecha un mar de lágrimas. Quiero a James. Más que a mí misma, y he tenido que irme de su lado para darme cuenta.

Esto duele más de lo que pensaba. Ver a mi 'novio' con miles de lágrimas en los ojos, intentando sonreír en el momento antes de pasar por la puerta de embarque, es más triste que todas las películas de amor juntas. Y la estoy viviendo yo.

Nos hemos prometido llamarnos, mandarnos mensajes, y no perder la comunicación en el tiempo que estemos separados.

Cuando él vuelva... No sé que haremos. No quiero estar separada de él ni un segundo más. Nunca. Le propondré que se venga a vivir conmigo. A Madrid. Sólo de pensarlo me da un vuelco el corazón.

No me he ido a vivir con ningún novio. Prácticamente, aún no me he independizado. Y eso me altera, aunque sé, que estaré bien. Siempre que sea con él, claro está. Si acepta, todas las noches serán como esta. Incluso puede que formemos una familia.

Una sonrisa tonta escapa de mis labios por solo pensarlo. Es el hombre de mi vida. Es mi hombre. Y mi enemigo, también.

El avión despega, y cuando quiero darme cuenta, estoy profundamente dormida.

Sueño con James, claramente. Con mi "te quiero", y con su "y yo". Eso hace que miles de mariposas revoloteen por mi estómago, como cualquier quinceañera con su primer amor. Y es que James es el primero por el que siento tantísimas cosas. En tan poco tiempo, me ha hipnotizado.

Aunque quizás, todo viene de antes. De mucho antes de lo que pensaba.

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-¡Mamá!-exclamo segundos antes de salir corriendo en su dirección.

-¡Hija! Que guapa estás, cariño.-Dice con lágrimas en los ojos, aún sin separarnos de este emotivo abrazo.

-¿Cómo ha ido el vuelo?-me pregunta.

-Muy bien. He dormido todo el viaje.-Admito.-¿Y papá?

-Tenía una reunión en el trabajo.-contesta rodando los ojos.-Ya sabes, como siempre.

-No pasa nada.-admito. No quiero causar otra de tantas peleas entre ellos. Mi madre siempre se ha quejado de que mi padre viviera dependiendo siempre del trabajo, y mi padre se defiende con el argumento de que es su obligación. Entiendo a mi madre, y es normal. Pero también comprendo a mi padre.

Salimos del aeropuerto, y reviso mi móvil.

"Te echo de menos, mi amor"

Un mensaje de James hace que se me salten las lágrimas. No sabe cuantísima falta me hace.