Capítulo 19: Me muero de ganas.

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Ambos bajamos del taxi, y nos quedamos contemplando el enorme hotel en el que nos alojamos. Al fin llegó la tan esperada noche. Y pienso disfrutarla al máximo.

Giro mi cabeza mirándo a James, quién me observaba sonriendo.

-Deberíamos esconder a Talia si no queremos que nos hechen del hotel.-dice alzando ambas cejas.

Asiento y dejo que coga él a Talia mientras yo abro mi bolso. Menos mal que he elegido un bolso grande.

Una vez bien escondido nuestro perro (perra, mejor dicho), nos adentramos en el edificio. Ninguno de los dos dice nada hasta que llegamos a la puerta.

-¿Tienes la tarjeta?-me pregunta.

-¿No la tenías tú?-alzo una ceja.-Yo no la tengo.

-Yo tampoco.-admite con sorpresa.

-Ya sé- chasqueo la lengua.-se la di a Vanessa para que me la guardara.

James me mira con enfado y resopla. Vamos a tener que esperar a que lleguen.

Le miro suplicando que no se enfade y me siento en el suelo apoyando mi espalda en la puerta de la habitación. James me imita y me lanza una mirada en la que me demuestra que sí esta enfadado.

-No te enfades tonto.-le digo con ternura mientras doy miles de besos a su mandíbula.

-¿Todo va a salirnos mal hoy?-resopla.

-Los chicos no tardarán en llegar.-susurro acunando su rostro entre mis manos.-No te preocupes

-Eso espero.-susurra antes de besarme.-Me muero de ganas.

Sonrío como una tonta al escuchar eso, al igual que él.

-Yo también.-susurro.- Pero ahora que tenemos tiempo, ¿no crees que deberíamos de hablar lo que va a pasar a partir de ahora entre tú y yo? Yo lo tengo muy claro, pero no sé que es lo que tu quieres.-le confieso.

Él asiente mirando un punto fijo del suelo. Puedo notar como piensa, y al fin, me asiente mirándome a los ojos con una pizca de ¿miedo?

-¿Qué quieres hacer?-le pregunto, sacando a la perrita del bolso, ya que no creo que pase nadie por aquí a estas horas.

-Eres tú la que lo tiene claro, a si que, adelante.-dice haciéndome un gesto con las manos, en señal de que me dejaba hablar.

Esto va a ser difícil. Suspiro, y me armo con todo el coraje del mundo para poder contestar algo razonable. La verdad, prácticamente.

-Está bien.-Tomo aire y me dispongo a hablar.- Lo nuestro no es amor, James. Ni siquiera creo que sea cariño. Es pasión, lujuria, que tenemos acumulada de hace bastante tiempo y ha explotado. No quiero que nada cambie entre tú y yo, me divertía discutiendo contigo.

Ambos reímos levemente al recordar nuestras estúpidas peleas de adolescentes.

-Yo pienso que deberíamos darnos un tiempo para liberar todo este deseo que tenemos el uno por el otro, hacer lo que surga, lo que deseemos en el momento. Lo que pase en Roma se quedará en Roma. Cuando volvamos a España seguiremos siendo los enemigos que éramos antes, sólo que ahora un poco más... Íntimos.-James asiente con la cabeza, y continúo con mi discurso.- Ni si quiera tenemos que vernos durante un largo tiempo, como ya sabes, me voy a estudiar a Madrid en septiembre, mientras que tú continúas en Barcelona. Si el destino vuelve a juntarnos, significa que tenemos que estar juntos, y si no...Cada uno volverá a hacer su vida como si nada hubiese pasado...-termino de hablar y me quedo mirando a James, quien mira sus manos que tienen los dedos entrelazados y sus pulgares están en una lucha.

-¿En qué piensas?-susurro.

-En todo lo que acabas de decir.-confiesa sin mirarme aún.-¿De verdad piensas todo eso?

-Sí. ¿Qué es lo que está mal?- le pregunto intrigada mirando, ahora yo, sus dedos.

-No hay nada mal.- dirige su mirada hacia mí al fin.

-¿Entonces?

-No lo sé, Ariadna. Necesito tiempo para asimilar todo esto. No me había parado a pensar en el después y me has pillado por sorpresa. Solamente me estaba dejando llevar sin pensar en las consecuencias. Y me alegro de que me hayas hecho pensar en el futuro.-confiesa mirándome a los ojos.

Sonrío levemente y le beso poniendo mis manos en sus mejillas.

-Espero que esta conversación no cambie nada.-le confieso.

-No creo que nada cambie.-admite.- Sólo dame tiempo, ¿vale?

No. No. No. Esto va mal. ¿Tiempo? Eso es lo típico que se dice en las parejas antes de cortar y de que alguno de los dos se quede con el corazón roto.

Tengo muchas ganas de tener 'algo' con él. Un algo no definido, porque prácticamente no sabemos ni en que consiste nuestra relación (si a eso se le puede llamar relación), y no quiero que me deje con las ganas. Ni quiero que él se quede con las suyas.

-¿Tiempo?-pregunto mirándole con una pizca de miedo en mi mirada.

Él se limita a asentir, volviendo a mirar al suelo.

-¿Cuánto?-Busco su mirada, pero él se niega a mantenérmela.

-No lo sé. No puedo asegurarte nada. Igual solo necesito una noche, o todo un mes.-admite entristecido.

-¿Qué te ha hecho pensar así, James? ¿Y nuestra noche de pasión, como tu decías? Tenías miedo de que nos la estropease Talia, y al final la he estropeado yo.

-Ariadna, no tengo tiempo para estar en algo tan inestable como eso. ¿Y si alguno de los dos se enamora? Su corazón acabaría hecho trizas.- dice mirándome a los ojos ( al fin).

Tiene razón. Él ya no es tan crío como yo. Bueno, yo tengo dieciocho, pero... Supongo que a partir de ahora a medida que pasen los años, buscarás algo más serio, al igual que él.

Esto me entristece mucho, estaba empezando a sentirme muy a gusto a su lado. Y admito, que voy a echar de menos sus besos.

-Vamos a tener que aplazar nuestra noche de pasión.-admite entristecido.

Yo solamente me limito a asentir. Pienso en las pocas probabilidades de que esto sea una broma, o que esté borracho, pero por más que me niegue a aceptar la realidad, esto está pasando. James me acaba de dar calabazas.

-¿Me das un último beso?-susurro mirándole a los ojos.

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¡Hola amores! ¿Que tal?

Al fin he podido subir otro capítulo, no me sentía bien viendo como todas pedíais otro, y he hecho un pequeño hueco en mi agenda (todavía me queda por estudiarme más de medio tema), para complaceros.

El capítulo no da para mucho, pero algo es algo. Espero que os guste y podamos volver a 'escribirnos' pronto. Perdonad por las faltas de ortografía, pero es que lo he escrito desde el móvil y el corrector escribe lo que le da la gana.

Muchísimas gracias por los comentarios de apoyo, hay algunos que me han hecho llorar de emoción. Sois las mejores, en serio.

Os quiero mucho,

Sara.

Enemigos íntimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora