Capítulo 24: Juntos.

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Nunca había visto a mi hermano llorar. Nunca.

Él siempre había sido el fuerte, mientras que yo era una llorona. Y verlo llorar en estos momentos, duele. Más duele, cuando tienes en mente que tu mejor amiga y tu hermano, acaban de presenciar la muerte de un hijo. Un hijo al que ya querían con toda su alma

Al igual que yo.

Después de hablar con ellos por Skype había llorado como una magdalena. Se merecen lo mejor, sin embargo, nada les está saliendo bien.

Ellos me habían enseñado su mismo tatuaje que se habían hecho está mañana. Un pequeño "Ariadna" estará por siempre en el lateral de su dedo corazón. Al igual que en nuestros corazones.

Cuando vuelvan a España tendrán que dar muchas explicaciones, tanto de la boda, como de su hija. Ya que la familia solo sabe una mínima parte de todo en conjunto. Saben que se casan, pero no saben ni cuando ni donde, y mucho menos sobre el bebé.

De eso hace casi más de una semana, pero no se me borra la imagen. Ahora estoy empaquetando cosas, ya que viajo a Madrid esta noche. Por suerte o por desgracia, mi compañera de piso no puede empezar el curso allí, a si que tengo el piso para mí sola. Por eso no me ha hecho falta viajar una vez antes, pues ya no tenía que aclarar nada con ella.

Mientras en mi mente afloraban mil pensamientos sobre la pareja y todas las cosas que debía llevarme, un "quiero verte" aparece en la pantalla de mi móvil.

Cojo el aparato y me tumbo bocarriba en la cama con una gran sonrisa en mi cara. Creo que es la primera de todo el día. Y eso es algo bastante raro en mí.

"Estoy empaquetando cosas. Esta noche viajo a Madrid. Vente conmigo."-respondo rápidamente. Ojalá fuése así de fácil.

"Está bien. Allí nos vemos. El tren sale a las nueve, ¿verdad?"

Una pequeña risa escapa de mis labios. Nunca desaparece su lado cómico.

"Así es. No tardes. Me muero por verte."

"Y yo, pequeña. Talia quiere ver a mami."

Jo, mi perrita. Debe haber crecido un montón desde que no la veo. Parece mentira que ya hayan pasado dos semanas desde que llegué a Barcelona.

"Mami quiere ver a Talia también. Pero le recuerdo a papi, que nos queda una "despedida" pendiente."

"Una despedida y una bienvenida, cariño"

Y por esto, es por lo que me vuelve loca. No sé cómo, puede mezclar la picardía con el romanticismo.

"Las esperaré con ansia."-Y no mentía. Llevo haciéndolo dos semanas.

"Al igual que yo. Tranquila, mi amor, ya queda menos."

Sonrío levemente y los ojos empiezan a inundarse de lágrimas.

Le necesito.

"Me voy cariño. Falta poco para que salga el tren. En la estación te espero."

Y ojalá fuese así. Si así fuése, os puedo prometer que llevaría esperando el tren más de tres horas. Todo sea por verle.

Sin esperar a recibir una respuesta, dejo el móvil a un lado de la cama y sigo empaquetando cosas. Voy a parecer un caracol con la casa a cuestas.

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-Adiós mamá. Os quiero mucho.-Digo antes de montarme en el taxi rápidamente, para que mis padres no me vean llorar.

Son mi fuente de inspiración, y separarme tanto y tan rápido de ellos... Duele.

Enemigos íntimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora