Epílogo.

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-Papá, ¿de donde vienen los niños?-Dani pregunta a James mientras está sentado en su regazo.

James me mira pidiendo auxilio sin saber que decirle.

-Cariño, los trae la cigüeña.-Interrumpo.

-¡Celia! Nos trajo una ciguüeña.-se levanta y sale en busca de su hermana pequeña para darle la noticia.

James y yo nos miramos sonríeno por la inocencia de nuestros hijos.

-Si supieran...-Murmura divertido.

-Todavía les queda mucho para saber sobre eso, y cuanto menos sepan, mejor.-Digo entre risas.

Dani y Celia vuelven a aparecer en el salón con Talia en brazos.

-¿A Talia también la trajo la ciguëña?-pregunta la pequeña abrazando a la perrita como si de un peluche se tratara.

-No lo sé.-James se encoge de hombros.-A Talia nos la encontramos cuando era pequeñita.

-¿Tan pequeña como yo?-pregunta Celia.

-Mucho mas pequeña.-Responde.

-Venga, id a vestiros que los titos no tardarán en llegar.-Me levanto del sillón y tomo a la pequeña en brazos.

James imita mi acción y él le da la mano a Dani mientras todos subimos las escaleras.

Mientras él viste (juega, más bien) a el niño yo visto a Celia.

-Mamá, ¿porqué la tita Cristina tiene una barriga tan grande?

-Porque va a tener un bebé.-Le digo mientras entramos a la cocina.

-¿Y podré jugar con él?

-Claro que sí.-Le doy un beso en la mejilla y suena la puerta.

Ya están aquí.

-¿No os dije que no trajeráis nada?-Imito estar enfadada cuando veo a mi hermano con dos bandejas de comida.

-No digas tonterías.-Entra y se dirige a la cocina a dejar lo que ha traído.-¿Dónde están mis sobrinos favoritos?-Exclama llamando la atención de mis hijos.

-Hola Cris. ¿Cómo va esa barriga?-Acaricio su vientre abultado y le doy dos besos.

-Muy bien. Ya le queda poco para salir.-Hace una mueca de dolor y ambas reímos.

-Hola tita.-Dice Nico cuando me he agachado a su altura.-Estás muy guapa.-Dice mientras me da un abrazo.

Me lo como. ¿Cómo puede querer tanto a su tita?

Mientras mi hermano y mis hijos están en una conversación tan entretenida como siempre, Cris, James y yo ponemos la mesa en el salón.

Un rato después, todos nos sentamos y cenamos muy alegremente. Da gusto pasar Nochebuenas así, en familia.

-¡Mamá!-oigo desde la cocina.-Ha venido papá Noel.

Me dirijo al comedor y veo el enorme árbol lleno de regalos. Los pequeños abren todos como si del más preciado tesoro se tratara.

-Pero mamá.-Dice Daniel mirando su nuevo coche elécrtico con tristeza.-Yo quería un hermanito.

-Creo que deberíamos trabajar en ello.-Susurra James en mi oído.

-Creo que no hará falta.-Le miro a los ojos y sonrío.-Vuelvo a estar embarazada.

-¿Qué?-Responde muy entusiasmado.

-Creo que tendremos otro príncipe en casa.

James me mira atónito y me besa con euforia.

-Te quiero mucho, Ariadna.-Dice mientras acaricia mi vientre.-Casarme contigo fué lo mejor que he hecho en la vida.

Vuelven a llamar a la puerta y Nico corre a abrirla.

-¡Tita Lourdes!-Gritan todos los pequeños al verla entrar por la puerta.

-Hola mocosos.-Dice entre risas mientras les abraza.

-Tita ha venido papá Noel.-Le dice mi pequeña muy ilusionada. Me impresiona como con muy poco son así de felices.

-¿Sí?¡Que guay!-Exclama.

-¿Y la tita Vanessa?-Pregunta Dani.

-Está muy lejos. Se ha buscado un novio, y nos ha abandonado.-Imita estar enfadada.

Los niños vuelven a darle un beso a Lourdes y se van a jugar arriba.

-¿Y tú cuando te vas a buscar un novio?-Pregunta divertida Cris.

-Ya le he pedido uno a los reyes magos. Y bueno, parece que papá Noel se ha adelantado y me lo ha traído antes de tiempo.

Todos los presentes aplaudimos y celebramos muy exageradamente que al fin encuentra alguien con quien compartir sus días.

-Vamos a brindar.-Dice Lucas cogiendo una copa de la mesa.

Todos le imitamos y las chocamos con toda la alegría del mundo.

-Feliz navidad, cariño.-Susurra James a centímetros de mis labios.

-Feliz navidad, mi amor.

Enemigos íntimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora