Capítulo 17: Amantes son los que se aman.

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-Llegaremos tarde, James.-repito.

-Lo sé. Pero ya están acostumbrados, saben que siempre llegamos tarde.-dice sonriendo.

-Lo que no saben es el por qué.

-No creo que se lo imaginen.-admite- y si te soy sincero, prefiero llegar siempre tarde si es por que estamos repitiendo lo de antes.

Y no es el único. Me pasaría toda mi vida besándole, pero por desgracia, necesitamos oxígeno para vivir. Maldito oxígeno.

-Siempre podemos repetir esta noche, ¿no?-le digo pícaramente giñándole un ojo.

-No me tientes.-dice sonriendo de lado

Se levanta y yo le imito. Nos colocamos bien la ropa y el pelo (que estaban bastante desordenados), y salimos de la habitación, decididos a divertirnos un poco antes de la gran noche.

Ninguno de los dos dice nada durante el camino. Me da tiempo a reorganizar mis sentimientos, y llego a la conclusión de que esto no es amor. Es pasión, deseo, y mucha, mucha atracción del uno por el otro.

Nos adentramos en el ascensor, y él pulsa el botón de la planta baja. Miro a James de reojo, y él hace lo mismo, sonríendo.

-Tienes pintalabios rojo por toda la cara.-le digo acercándome a él dispuesta a quitárselo. Sería demasiado notable que nos hemos estado besando. Tiene mas pintalabios él, que yo.

Pero en mi intento de quitarle el pintalabios, me acorrala contra una de las paredes de el pequeño ascensor.

-No me lo quites todavía, cariño.-me dice mirándome a los ojos justo antes de atacar (de nuevo) mis labios.

Desgraciadamente, llegamos a la planta baja y las puertas del ascensor se abren. Rápidamente, le quito con mi pulgar las manchas de labial de la cara antes de salir a fuera.

-¿Siempre tenéis que llegar tarde, parejita?-nos dice Lucas.

Ambos rodamos los ojos, pero ninguno de los dos se atreve a decir nada. Nuestras respiraciones aún están entrecortadas por el beso de antes, y estoy segura de que no será el único de la noche.

Cogemos un taxi, y nos dirigimos a una de las discotecas más famosas de Roma. Durante todo el viaje, Lourdes no hace más que repetir que esta noche no vuelve al hotel sin antes ligarse a un italiano. Mientras que Vanessa discute con ella si hacer eso está bien o no, Cris y Lucas están todo el viaje haciendo cositas de enamorados, y James y yo... simplemente nos miramos de reojo, pensando en todo lo que puede pasar esta noche.

Esta noche.

Esta noche va a marcar un antes y un después en mi relación con él. Y lo sabemos. El caso es que todo estará igual que antes, seguiremos odiándonos en nuestros ratos libres. Aunque ahora, mientras que estemos solos, nos comportaremos como una especie de amantes.

"Amantes son los que sea aman."-me repite mi cabeza una y otra vez. Pero yo sé que no le amo, no aún. ¿Quién sabe si dentro de un tiempo surge algo entre ambos? Además, esto solamente será mientras estemos en Italia, cuando lleguemos a España cada uno tomará caminos distintos, ya que yo iré a estudiar a Madrid, y él se quedará en Barcelona. Ni siquiera tendremos que vernos en las comidas familiares. Y eso me relaja bastante, si eso no fuera así, seguramente no haríamos esto.

Llegamos a nuestro destino, y nos bajamos del taxi. Nos adentramos en el local, y está lleno de gente. Hace una calor enorme, y ahora me alegro de haberme puesto este vestido sin mangas. Nos introducimos entre la gente, y rápidamente Lourdes propone ir a beber algo.

Llegamos a la barra, y mientras Lourdes pide algo para todos, (seguramente chupitos), miro a James, quién está mirándome fijamente. Cuando ve que también estoy mirándole, sonríe y niega con la cabeza, diciéndome mentalmente que no beba. Y no lo voy a hacer, al menos no en exceso, quiero estar consciente de todo lo que pueda pasar esta noche.

Enemigos íntimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora