Enemigos íntimos

Capítulo 22: Te necesito.

De repente, las caras de sorpresa y tristeza se apoderan de la conversación.

-¿Qué?-exclama Vanessa sorprendida.- ¿Por qué?

Ese es el problema. El por qué. No vuelvo por mudarme a Madrid, ni por que eche de menos a mi familia, ni mucho menos por mis pequeñas amistades. Me voy por él.

No soporto estar a su lado sin besarle, sin poder decir tonterías por doquier... Sin ser suya.

Besarle se ha convertido en una necesidad, y ahora mismo, es un pecado muy tentador. Y no estoy dispuesta a caer. Me ha pedido tiempo, y se lo voy a dar.

No me puedo arriesgar a que el deseo se apodere de mí y le pierda para siempre.

Supongo que cuando ellos vuelvan a España yo ya estaré en Madrid, solamente tendré que verle en la boda.

-Joder, James en traje debe de ser jodidamente sexy.-piensa mi lado pervertido.

-Me voy para hacer la mudanza. Tengo que mudarme a Madrid antes del mes que viene.-miento.- Cuando antes empiece a hacer las maletas, antes acabaré. Además, aún tengo que ir a ver el piso, y a una reunión en la Universidad.

Todos asienten, comprendiéndome. Menos James, él sabe perfectamente el verdadero por qué, más bien el por quién.

Me mira con enfado y niega lentamente evitando que los demás noten que nos estamos transmitiendo miles de cosas con solo mirarnos.

-Vamos chicos, no os lo toméis tan mal.-digo evitando su mirada.- No voy a perderme nada. Falta menos de medio mes para que volváis vosotros.

-Ya, pero este era nuestro, posiblemente, último verano juntos. Prácticamente ya tenemos todos nuestra vida planeada. Y no es juntos.-Dice Cris.

-Después de la boda, es posible que no volvamos a vernos dos días seguidos.-Dice Lucas.-Ni si quiera a tí, Ariadna.

Todos asentimos, sabiendo que tienen toda la razón. Yo me voy a Madrid, Cris y Lucas seguramente quieran irse a vivir a otro sitio, Vanessa se va a Inglaterra, y James y Lourdes se quedan en Barcelona.

Nuestra Barcelona. No os imagináis cuanto les envidio. Sé que estudiar fuera es una oportunidad que muy pocos pueden permitirse, y debería estar brincando de felicidad, pero alejarse de la familia, de tus amigos, de tu tierra, de tu vida... es más difícil de lo que parece.

-¿Cuándo te vas?-me pregunta James.

-Mañana.

-¡¿Mañana?!-responden todos al unísono.

Yo me limito a asentir y morderme el labio, culpable de no haber sido capaz de decírselo antes.

Tampoco es que lo haya decidido con mucho tiempo de antelación... Esta mañana cuando he hablado con mi madre, se me ha pasado la idea por la cabeza y después de pensarlo mucho, he buscado un vuelo lo antes posible.

-Eso significa que esta noche hay fiesta de despedida, ¿no?-Dice pícramente Lourdes.

Todos sonreímos pícaramente, sabiendo que esta noche, puede ser (va a ser) la mejor noche de todas las vacaciones.

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-¿Qué te vas a poner esta noche?-me pregunta Vanessa desde el cuarto de baño de su habitación. Sí, sigo durmiendo con ellas. Aún no he tenido el valor suficiente para ir a la mía. Todo sería...¿Incómodo?

-No lo sé.-admito.

-Algo sexy.-Dice Lourdes. ¿La picardía no se le va a ir nunca? Por favor, que ya no tenemos quince años. La etapa de las hormonas la pasamos hace un tiempo. Está loca, lo sé, pero es mi loca. Y no la cambiaría por nada del mundo.