CAPÍTULO 25

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—Estás más gilipollas que nunca ¿En dónde te has dejado la cabeza y los huevos?

—No me culpes, se llama amor. —Dramatizo un suspiro y rio entre dientes.

—Estupidez extrema. He perdido a mi amigo, mi puta del alma. —Mario hace una expresión acongojada como si estuviera a punto de echarse a llorar. Indudablemente se le da más el drama.

—No entiendo como alguien puede vivir sin sentirse de esta manera. —Declaro con seriedad. Mi mejor amigo gira sus ojos y enciende el auto.

Intenta ignorar el comentario y mira de reojo, sabe que gran parte de mi comentario es una indirecta a su relación con Claudia.

—Si he de ponerme así... No, gracias. —Acelera en dirección al hospital.

Se ha dejado el portátil y mañana es su día de descanso, aprovechará que está de paso al bar donde decidimos ir para pasar por él.

—Deseo muchísimo que te sientas así, amigo. Aunque a veces no lo merezcas. —Ríe a carcajadas y bufo dándome por vencido. Nada dañará la felicidad que he sentido toda esta semana.

Sólo hasta hoy nos hemos separado y ha vuelto a dormir en su casa. El domingo fuimos por ropa para levantarnos temprano al día siguiente, llevar a mamá y Tomás al aeropuerto y luego regresar a trabajar, en la noche volvimos a vernos y dormimos juntos después de dos orgasmos extremadamente placenteros.

Así cada noche, la recogía en su trabajo, hacíamos algo de cenar o parábamos a comprar, para luego terminar desnudos en algún lugar del apartamento. Al día siguiente hacíamos ejercicio juntos, bromeábamos mientras hacíamos el desayuno y nos bañábamos juntos, llenándonos de besos, caricias, amor, compañía, alegría.

Ahora que vuelva y no esté, me hará falta tenerla entre mis brazos. No sé si preocuparme por querer sentirla todo el tiempo, incluso estoy pensando en decirle que vivamos juntos, pero me aterra en igual proporción.

Da un poco de miedo, mejor dicho, muchísimo miedo, a pesar de no importarme el poco tiempo que llevamos, relativamente. Existen temores; por dañar lo grande y bonito que estamos construyendo al dar un paso apresurado o simplemente por la convivencia y el compromiso extremo que ello amerita. Quiero pensarlo muy bien antes de lanzarme al vacío.

Ahora que comenzó los trámites de divorcio para la separación de bienes recibirá un dinero, al igual que la casa, me ha manifestado querer venderla y comprar algo más pequeño, de un solo piso y con un jardín trasero. Ha cruzado por mi cabeza crear nuestro lugar, juntos, algo propio y desde cero. Son muchas ideas impulsivas que debo pensarlas con más detenimiento.

También desea el divorcio por la iglesia, aunque sabemos que eso costará más, Anthony está dispuesto hablar sobre su infidelidad si es necesario, pero, estoy seguro que les ameritará más tiempo y dinero poder lograrlo.

Aunque odio que deban pasar tanto tiempo juntos, no me queda de otra que aceptarlo.

Esta noche se nos ha unido Bianca, enviaba mensajes amenazadores por no estar compartiendo tiempo con ella. No nos vemos desde el día que dejé la empresa y me recuerda que prometí no alejarme, pero sé que inconscientemente lo hago. A pesar de quererla, siempre he sido conocedor de sus sentimientos y no deseo tener algún inconveniente más adelante con Elizabeth, no me preocupa su relación profesional con ella porque confío que no involucra en lo absoluto y lo ha demostrado, su conocimiento ha ayudado bastante a mi novia.

Dicen que brindarle amistad a quien pide amor, es como darle pan a quien tiene sed. Antes no me importaba, pero ahora que todo se ha vuelto más fuerte y serio con Elizabeth, debo huir de situaciones como esta.

LIBÉRAME [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora