DE LA LOCURA, EL AMOR Y NUEVOS COMIENZOS.
CARLSON
Siempre supe que Bianca era una mujer que ocultaba sus sentimientos al mundo porque no le importaba que conocieran más de ella, pero nunca supe que resguardaba un corazón ya más que herido esperando no recibir un solo rasguño.
Después de haberla internado, todo el proceso hecho, Mónica recuperándose y yo viviendo junto al amor de mi vida, intenté solo desentenderme de lo sucedido y seguir sin más, pero mi lado algo enfermizo e incontrolable por brindar ayuda a mujer vulnerables me llevó a querer saber las razones de su desequilibrio mental, que la acarreó a despertar una obsesión por mí y tal vez... ayudarla. A pesar de lo que hizo fue mi amiga durante muchos años y de verdad la quise, algo dentro de mí no se sentía bien, me perturbaba no haber sido un apoyo para ella si en algún momento lo necesitó y simplemente no quise indagar, ignoraba muchas señales de su actuar sólo por suponer que era otra mujer caprichosa, sabedora de su atractivo y despreocupada.
—¿Sentiste algo más por ella? Dime la verdad —pregunta una Elizabeth furiosa sacándome de mis pensamientos. No está para nada de acuerdo que quiera volar a España para visitar una mujer que nos hizo tanto daño.
—Amor, entiéndeme —pido exasperado—. Intentó acabar con su vida, nadie ha ido a visitarla y no está cooperando para su mejoría. Por lo menos quiero saber sus razones, quiero entenderla y poder ayudar a que tome los medicamentos. —Me acerco y tomo su rostro —Jamás sentí nada parecido a lo que siento por ti, por nadie. Sabes cuánto te amo, que por ti doy la vida. Confía en mí, por favor.
—No, hiciste suficiente perdonándola. Nos hizo mucho daño, intento violarte... está enamorada, obsesionada contigo. Te ama —Lo ultimo lo hice en un susurro y retiene las lágrimas que inundan sus ojos.
Sé que está celosa y tiene sus razones. Reprimo una sonrisa porque quisiera saborear ese labio que muerde con fiereza para contenerse.
—Esto también lo estoy haciendo por mí. Quiero sentirme tranquilo sabiendo que pude hacer más y lo hice. Sólo dame un intento, por favor. Regresaré en dos días.
—Vale, haz lo que quieras —refunfuña y me da la espalda mientras se desviste para poner su camisón de dormir.
¿Cuándo va a entender que desnuda no me deja pensar con claridad?
Comienza a desaparecer su ropa con movimientos lentos y medidos que incluso creo lo está haciendo adrede. Abro mi boca levemente al darme cuenta como verdaderamente lo hace, quiere seducirme y manipularme con sexo. ¿Esa es mi Elizabeth, mi Caperucita dulce que se sigue sonrojando al mismo ritmo que respira?
Me acerco a su espalda y ayudo que una tira de su sostén desaparezca mientras roso la yema de mis dedos hasta su codo. Entierro mi rostro en su cuello y ella no se aparta.
—Sé lo que intentas hacer, mala.
Reparto pequeños besos que ella recibe gustosa, receptiva como siempre. Jadea y gira levemente dándome acceso completo para besar su hombro y terminar de desearme de la siguiente tira. Sólo la cubre una pequeña tela inferior.
—¿Estás dispuesto a irte y dejarme dormir sola? —pregunta entre jadeos mientras pasa un brazo por su espalda aferrando mi erección por encima del pantalón.
—Te pide acompañarme, tampoco quieres —digo mientras traslado mis caricias a los lados de sus montes fruncidos que me enloquecen.
El toque es casi imperceptible mientras que el suyo genera fuerza en el agarre y me hace gruñir.
Por un momento todo es silencio a medida que traslado una de mis manos por dentro de sus bragas y recibo esa humedad resbaladiza. Desde que decidimos buscar nuestro primer hijo, no hay noche, momento, día o instante que estemos solos y no termine dentro de ella.
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LIBÉRAME [Completa]
Non-Fiction[+18] Un sexy terapeuta de parejas y una dulce mujer con un pasado que la atormenta. El seguro, ella tímida. El estoico, ella emocional. El arriesgado, ella temerosa. El sensato, ella sensible. El liberal, ella recelosa. El soltero, ella separada...