CARLSON
Elizabeth no contesta mis llamadas y estoy volviéndome jodidamente loco.
En su trabajo llamó a decir que no iría, incluso fui a casa de sus padres para obtener alguna noticia de ella, pero no hay nada. Estoy a punto de arrancarme el cabello uno a uno.
Me aniquila la preocupación, tanto que incluso llamé al estúpido de Anthony.
Teníamos una cita para salir a cenar y luego iríamos al cine, dormiría aquí y pasado mañana recogeríamos a mamá en el aeropuerto para pasar el fin de semana con ella.
Su hermana es mi última esperanza de que sepa dónde está o iré directamente a la policía.
—¿Sí? Buenas.
—Mérida, hola. Hablas con Carl, el novio de tu hermana. ¿Has hablado con ella, sabes dónde puede estar?
—Oh. Hola, Carl. No, no hemos hablado mucho últimamente. Se vuelve así cada vez que me oculta algo. ¿Por qué te escuchas tan alterado?
—No fue a trabajar hoy, no me contesta, no sé dónde jodidos está y ella jamás hace algo como esto. Teníamos reserva en un restaurante.
—¿Crees que le pudo haber pasado algo? —pregunta alarmada y escucho cosas removerse.
—No encuentro otra explicación, Mérida. Estoy desesperado.
—Tal vez se descargó su móvil y está en algún atasco. ¿No? —Está intentando controlar su respiración. Camino de un lado a otro en mi apartamento como un desquiciado.
—Lleva toda la tarde sin responderme, tuve tiempo de ir a su casa, a la de sus padres, esperarla en el restaurante, llamar a Anthony. Intenté estar calmado y pensar en cualquier otra posibilidad, pero ahora buscaré en hospitales, policía, agentes de tránsito, incluso la cárcel.
—¡Por Pachamama!, esto es grave. Lamento mucho no poder hacer nada desde aquí ¿No tiene amigos cercanos con los que pueda estar?
—No que yo sepa. Ya hablé con Cristopher, el único que conozco y tampoco sabe nada de ella.
—Búscala Carl, por favor y mantenme informada. Intentaré hablar en las redes sociales con alguien, aunque dudo sea de ayuda.
—Está bien, gracias. Adiós.
—Carl —me detiene antes de que pueda terminar la llamada —¿Le hiciste algo? ¿Pelearon?
—No, para nada. Todo está completamente bien entre nosotros. O eso creo...
—Vale, entonces llámame, estaré pendiente. —Cuelgo llevándome el vaso completo de whisky a la boca, sirvo otro.
Estos sentimientos al pensar que le haya podido pasar algo están matándome, no logro controlar mis nervios.
En el momento que me dispongo a salir del apartamento en dirección a la delegación más cercana, vibra el celular entre mis manos con un mensaje. Giro la pantalla con rapidez y siento como vuelve mi alma al cuerpo.
Es ella.
Elizabeth: Estoy bien, quiero estar sola y necesito pensar. No me busques por favor, mañana hablaremos.
Esto tiene que ser una jodida broma.
Siento el corazón palpitarme en la garganta, el temor y la ira me embargan. Comienzo a marcar desesperado su número, pero inmediatamente lo rechaza, vuelvo hacerlo y sucede lo mismo.
¡Contéstame el maldito teléfono Elizabeth!... O por lo menos dime dónde estás.
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LIBÉRAME [Completa]
Non-Fiction[+18] Un sexy terapeuta de parejas y una dulce mujer con un pasado que la atormenta. El seguro, ella tímida. El estoico, ella emocional. El arriesgado, ella temerosa. El sensato, ella sensible. El liberal, ella recelosa. El soltero, ella separada...